Los secesionistas catalanes siguieron buscando ayuda rusa después del 1-O

Melchor Saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El historiador Josep Lluís Alay, primero por la izquierda
El historiador Josep Lluís Alay, primero por la izquierda EUROPA PRESS

La mano derecha de Puigdemont viajó tres veces a Moscú entre el 2019 y el 2020

09 may 2022 . Actualizado a las 10:31 h.

El independentismo catalán no solo pidió ayuda al Kremlin antes de la intentona secesionista que desembocó el 1 de octubre del 2017 en el referendo ilegal. El separatismo aumentó sus contactos con el entorno de Vladimir Putin cuando el órdago de otoño del 2017 para romper España fracasó. Aquellos intentos del Gobierno de Quim Torra y del entorno de Carles Puigdemont de involucrar a Rusia para lograr la independencia fueron especialmente intensos en el 2019, con la esperanza de que las protestas en Cataluña durante el juicio del procés y tras la sentencia del Supremo en octubre de aquel año pudieran dar empuje a la independencia. Los viajes y los contactos de los emisarios de Torra y Puigdemont a Moscú continuaron hasta febrero del 2020, cuando la llegada de la pandemia del coronavirus paralizó todo.

The New York Times ya había desvelado en su día que el Kremlin durante el procés no solo se había dedicado a la desinformación, a enviar espías a Cataluña o a prometer el envío de supuestos mercenarios. El prestigioso rotativo estadounidense reveló que tras el 1-O había emergido una figura clave para ganarse el apoyo de Putin: el historiador Josep Lluís Alay Rodríguez, jefe de la oficina de Puigdemont y excoordinador de políticas internacionales con Quim Torra. Según varios medios y fuentes de la seguridad del Estado, Alay viajó en tres ocasiones, entre el 2019 y el 2020, a Moscú para entrevistarse con altos funcionarios del Kremlin y con el entorno del espionaje ruso, usando como tapadera viajes académicos. 

Tres viajes a Moscú

Alay, que era una de las tres personas que acompañaban a Puigdemont cuando fue detenido en Alemania, fue arrestado en el 2020 en la operación Voloh de la Guardia Civil sobre el supuesto desvío de fondos públicos para plataformas independentistas, entre ellas algunas como Tsunami Democràtic, que promovieron los disturbios del otoño del 2019.

Alay voló a Moscú en marzo del 2019, iniciado ya el juicio del procés en el Supremo, para «participar en unas conferencias». Se entrevistó con una de las personas más cercanas a Putin, Serguéi Sumin, coronel del Servicio Federal de Protección y miembro del equipo de seguridad del presidente ruso. Según fuentes de los servicios de inteligencia, fue con el empresario Alexánder Dmitrenko, entonces máximo responsable ruso en la Cámara de Comercio de Barcelona y a quien se le denegó la nacionalidad española en el 2018 por un informe del CNI sobre sus vínculos con los servicios de inteligencia del Kremlin. 

Medios del Kremlin

Cuatro días después del final del juicio en el Supremo, el 16 de junio del 2019, Alay y Dmitrenko volvieron a Moscú con Roc Fernández i Badiella, responsable entonces de contenidos digitales de la Generalitat. Según fuentes de la seguridad del Estado, Alay se vio con el famoso exespía Andrei Bezrukov, antiguo oficial del Servicio de Inteligencia Exterior, veterano agente encubierto en Estados Unidos y al que muchos consideran «contacto de entrada» al espionaje ruso. Y llegó hasta el exdiputado próximo a Putin Evgeny Primakov (nieto del expresidente del Gobierno Primakov), quien, como le pidió Alay, abrió a Puigdemont las puertas de la prensa controlada por el Kremlin.

En plenas protestas por la sentencia del procés, en octubre del 2019, llegaron a Barcelona Sumin y otra persona de confianza de Putin, Artyom Lukoyanov. Este, según The New York Times, es hijo adoptivo de un alto consejero de Putin y ha estado «profundamente involucrado» en «los esfuerzos rusos de apoyo a los separatistas de Ucrania oriental».

El tercer viaje de Alay a Moscú fue en febrero del 2020, solo días antes de la pandemia. Volvió a verse con Primakov, al tiempo que la prensa rusa intensificaba su campaña sobre la supuesta represión de los independentistas.