Hay cuatro fórmulas para ese relevo. Una opción es dejar su puesto vacante de forma temporal y que asuman sus funciones el secretario general o los vicesecretarios. Otra alternativa pasa por el nombramiento de una gestora desde Madrid tras destituir a toda la dirección actual. También podría dimitir en el comité ejecutivo y que ese organismo, compuesto por más de 60 personas, todas ellas con peso en la organización, vote a un nuevo presidente entre sus filas. Por último, cabe la posibilidad de convocar un congreso extraordinario, aunque la actual dirección fue elegida hace apenas ocho meses y podría seguir hasta el 2025. Esa fórmula permitiría que se presentase más de una candidatura, lo que abriría la puerta a divisiones.
En el partido ya se están produciendo algunos movimientos entre los partidarios de esa última opción, pero por el momento la dirección del partido no ha anunciado cómo se abordará el asunto. El secretario general, Miguel Tellado, insistió el viernes en que no iba a entrar en «futuribles» cuando el propio Alberto Núñez Feijoo todavía no ha confirmado si optará a la presidencia nacional del partido. Tampoco Feijoo ha tocado el tema durante la última semana, aunque en el pasado sí se refirió en alguna ocasión al modelo que preferiría. En el 2016, en una entrevista con La Voz, señaló que «los liderazgos no se señalan, se ganan».