El PP ignora la oferta de «ayuda» de Sánchez y negociará con los localistas para presionar a Abascal

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El líder del PP, Pablo Casado, interpela al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso.
El líder del PP, Pablo Casado, interpela al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso. JAVIER LIZÓN / EFE

Martínez-Almeida matiza el discurso de Pablo Casado: «el problema no es que Vox entre el Gobierno»

17 feb 2022 . Actualizado a las 11:20 h.

«Para siempre y en todos los territorios». Esas son las condiciones de la ruptura con Vox que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, exige al PP para facilitar con la abstención del PSOE la investidura de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de la Junta de Castilla y León. En su primer cara a cara en el Congreso con el líder del PP, Pablo Casado, tras las elecciones del pasado domingo, Sánchez se abrió de nuevo a esa abstención, pero con unas premisas inasumibles para los populares. «Estamos dispuestos a ayudar», dijo, pero para ello el PP tiene que «pedir ayuda», explicar «por qué la ultraderecha no puede entrar en los gobiernos» y «decir si es para todos los días, para siempre y en todos los territorios».

El líder de la oposición ignoró esa oferta, a la que los populares no dan ninguna credibilidad. La estrategia del PP, que tiene 31 procuradores, no pasa por el apoyo del PSOE ni por formar un Ejecutivo de coalición con Vox, sino por garantizarse el mayor número de síes a la investidura pactando con los partidos localistas Unión del Pueblo Leonés (3), Soria Ya (3), y Por Ávila (1), para presionar a los de Santiago Abascal y forzarles a una abstención para no votar solos junto a la izquierda. Algo para lo que ya han comenzado los contactos, aunque la ronda oficial de conversaciones de Fernández Mañueco no comenzará hasta el lunes con el candidato del PSOE, Luis Tudanca. El presidente en funciones hablará luego con todos los partidos, en orden de mayor a menor representación. 

Abascal amenaza con votar no

Pero, de momento, unos y otros están más en la política de gestos que en la negociación real. Consciente de esa estrategia de presión del PP, Abascal endureció también su posición y advirtió de que si «no se respeta» el derecho de su partido a entrar en el Gobierno autonómico votarán en contra de «cualquier investidura». Sin lugar por tanto para unas abstención.

Lo cierto es que, tras la dura intervención de Casado contra Vox en el comité ejecutivo del PP, en la que pareció rechazar cualquier acuerdo con lo que calificó como «populismos y radicalismos», el alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida, moderó este miércoles ese discurso y señaló que «el problema de España no es que Vox entre en un Gobierno, sino el Gobierno de Pedro Sánchez». «No me parece tan importante para el futuro de España que Vox entre como que Pedro Sánchez siga siendo presidente con apoyo de Bildu, ERC y con los que quieren concluir con el régimen constitucional del 78», sostuvo.

En la estrategia nacional del PP de sumar al menos un total de 38 síes a Mañueco se cruzan sin embargo las rencillas locales. El vicepresidente de Por Ávila y alcalde de la capital abulense, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, advirtió este miércoles de que solo están dispuestos a hablar con el propio Mañueco, pero no con «trileros políticos». Explicó que ya han recibido una llamada para un «primer encuentro» en Valladolid con Raúl de la Hoz, portavoz del PP en las Cortes de Castilla y León, al que no consideran «de fiar». Pese a todo, se mostró dispuesto a formar «un Gobierno estable», pero «a cambio de inversiones» para Ávila, porque su voto no será «regalado».