Más cauto todavía fue el presidente murciano, Fernando López Miras, que optó directamente por el silencio.
María Eugenia Alonso
El presunto espionaje a Isabel Díaz Ayuso y el desmentido tajante de Génova han convertido la batalla por el control del PP de Madrid en una guerra sin cuartel. La formación que dirige Pablo Casado reconoce que pidió explicaciones a principios de octubre a la dirigente regional para saber si favoreció a su hermano, Tomás Díaz Ayuso, con un supuesto contrato público irregular a raíz de varias informaciones en los medios, un extremo que ella negó defendiendo la legalidad de la actuación de su Gobierno. «Nunca pude imaginar que la dirección general de mi partido iba a actuar de un modo injusto contra mí», ha dicho Ayuso en una declaración en la Puerta del Sol.
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