Aragonès lanzó un aviso al presidente del Gobierno, pero también llamó a la unidad interna. Un año después de las elecciones, el secesionismo está más dividido que nunca. Las broncas internas son diarias. Tras el fracaso del procés, no han sido capaces de acordar una nueva estrategia que reactive el desafío al Estado. Aragonès apuesta por la mesa de diálogo. Pero tanto Junts como la CUP, que ni siquiera acudió a escuchar la conferencia, se han desmarcado de este foro.
En cualquiera de los casos, Aragonès, en un discurso que parecía de investidura, habló de diseño de región de futuro, de la construcción de una comunidad industrializada, europeísta, feminista, de la lucha contra el cambio climático y del bienestar, todo ello mezclado con la defensa de la amnistía y la autodeterminación.