La reforma laboral tensa el Gobierno de coalición y complica la relación con sus aliados

ESPAÑA

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, pasa por delante del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Diaz, durante un pleno en el Congreso.
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, pasa por delante del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Diaz, durante un pleno en el Congreso. MARISCAL / EFE

Arrimadas ofrece sus votos para que el Ejecutivo «no ceda al chantaje de Bildu y ERC» y los republicanos advierten a Sánchez de que un pacto con el partido naranja impedirá futuros acuerdos con ellos

24 ene 2022 . Actualizado a las 21:18 h.

La falta de apoyos para sacar adelante en el Congreso la reforma laboral que ha pactado con los sindicatos y la patronal han situado al Gobierno en una encrucijada que amenaza con provocar la división con sus aliados parlamentarios, pero también entre los propios socios de coalición. A pesar de que el ala socialista insiste que quiere aprobar esa reforma sin introducir cambios para preservar el consenso con los agentes sociales, el sector de Unidas Podemos expresó este lunes su «voluntad inquebrantable» de pactarla con sus socios de ERC, PNV y EH Bildu, que ya han advertido de que no la respaldarán tal y como está redactada. «Tenemos claro que ha de salir con la mayoría de la investidura», aseguró el coportavoz nacional de Unidas Podemos, Pablo Fernández, quien indicó que, tras lo acordado con los agentes sociales, se está en proceso de «escucha» a los socios del Gobierno.

La prioridad del PSOE es sumar el apoyo de sus aliados habituales, pero sin alterar el texto y sin descartar sacarlo adelante con una mayoría alternativa que incluya a Ciudadanos. ERC ya advirtió este lunes, sin embargo, de que si el Gobierno hace esto último «es evidente que afectará a las relaciones, complicidades y posibilidades de buscar acuerdos» futuros con ellos sobre otras cuestiones. La portavoz de los republicanos, Marta Vilalta, insistió en que ERC se «pone a disposición» del Gobierno para «dar pasos adelante» y «mejorar» esa propuesta. Pero lamentó que sea el Ejecutivo el que «no quiere negociar y no acepta que esto pueda tener margen de mejora».

Arrimadas ofrece su apoyo

El PSOE, sin embargo, no parece dispuesto a ceder y presiona a sus socios. El portavoz de los socialistas Felipe Sicilia les advirtió sobre los efectos perniciosos de su negativa a apoyar el texto. «¿En qué posición dejaría al diálogo social? ¿En qué posición queda si ahora los representantes políticos decimos que esa reforma pactada no nos sirve?», se preguntó.

A diferencia de otras ocasiones, el PSOE no se pronuncia ya sobre si prefiere convalidar el decreto de la reforma laboral solo con el apoyo del PNV, ERC y EH Bildu o intentar la vía de aprobarla con Ciudadanos. Ante esa pregunta, Sicilia se limitó a señalar que el Gobierno y el PSOE estarían «muy cómodos» si la apoyaran los 350 diputados que componen el Congreso.

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, metió más presión al Gobierno ofreciendo su apoyo para que no tenga que aceptar las modificaciones a la reforma que le exigen sus socios. La líder del partido naranja reafirmó que votarán a favor del texto acordado siempre que el Gobierno «no ceda al chantaje de Bildu y ERC» y «no se toque ni una coma». Arrimadas se reunió con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y con el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, para explicarles su posición. Según explicó a la salida, los tres coincidieron en que esta reforma «fruto de un consenso» es «muy mejorable», pero «la mayor amenaza es que los socios nacionalistas del Gobierno puedan empeorarla».