El presunto violador en serie de Guipúzcoa admite la agresión de Beasain

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

Unanue | Europa Press

La víctima no vio al agresor, el jefe de su hermano, que la asaltó al salir de casa al saber que estaba sola, la anestesió con cloroformo y supuestamente la violó

24 ene 2022 . Actualizado a las 13:44 h.

El presunto violador en serie de Guipúzcoa, que se enfrenta desde este lunes a su primer juicio por una agresión sexual supuestamente cometida en Beasain en el 2019, ha admitido los hechos que se le imputan, al no poder negar el peso de las evidencias reunidas contra él. Los hechos que serán enjuiciados a lo largo de esta semana y la siguiente, ocurrieron el 13 de julio del 2019, cuando presuntamente el acusado abordó encapuchado a la víctima en el rellano de la escalera de su domicilio, la introdujo en el interior de la vivienda, la anestesió con cloroformo y supuestamente la violó.

La Fiscalía, la acusación particular que ejerce la perjudicada, y la acción popular, a cargo de la asociación Clara Campoamor, reclaman 24 años para este hombre, de nacionalidad rumana, al que se le atribuyen varias sexuales más en Guipúzcoa entre el 2012 y el 2019, informa Efe.

En la primera jornada del juicio que se sigue en la Audiencia de Guipúzcoa, el acusado ha admitido su culpabilidad de la agresión de Beasain, pese a que ha afirmado que no recuerda los hechos debido al consumo de alcohol y drogas.

La joven violada no vio al agresor 

La joven violada en Beasain no vio a su agresor, que la asaltó por detrás cuando salía de la casa en la que vivía con su hermano y su cuñada. El acusado, jefe de su hermano, sabía que se quedaba sola en casa porque su hermano y su cuñada se habían ido a Rumanía de vacaciones. Ella conocía de una vez al jefe de su hermano porque la sobrina de este trabajaba en la misma panadería que ella.

Según la narración de la víctima, se despertó un par de veces, pero no se podía mover. La primera vez, notó que le quitaban los calcetines. La segunda, ya no había nadie y había «mucha sangre». Tenía la boca hinchada, llamó al trabajo para avisar, y no le entendían lo que decía, informa Europa Press.

La víctima ha asegurado que se encuentra «muy mal» desde la agresión, no ha podido volver a trabajar en la panadería, no puede salir sola de noche y, cuando cierra ojos, piensa que «hay un hombre ahí».

El procesado se enfrenta, en esta primera vista oral, que se prolongará a lo largo de dos semanas en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa, a penas que suman 24 años de prisión.