Marlaska no encuentra quién dirija la lucha contra la corrupción al frente de la UDEF

Melchor Sáiz-Pardo MADRID | COLPISA

ESPAÑA

Mariscal | EFE

Ni un solo comisario presentó su candidatura a la vacante

19 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Poner punto y final a la propia carrera profesional dirigiendo una de las unidades de élite de la Policía Nacional es el sueño de cualquier mando del cuerpo que ve próxima su jubilación. Cualquier concurso interno para encabezar un departamento de los punteros es respondido con una cascada de solicitudes de aspirantes entre los más del centenar de comisarios principales que rozan o superan los 60 y que aspiran a marcharse al retiro en lo más alto. En muchas ocasiones, el problema para los responsables de Interior es escoger porque a la selección final llegan varios currículo sin ninguna tacha y que, además, cumplen perfectamente el perfil requerido.

Pero esa regla, que se ha cumplido de forma inexorable en toda la historia de la la Policía, tiene una excepción desde hace años: la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Comisaría General de la Policía Judicial. Y es que nadie quiere dirigir el departamento encargado de los casos de corrupción más peliagudos del país y que, habitualmente, afectan a los partidos. La situación amenaza con convertirse en crítica en las próximas semanas. El comisario Fernando Moré Muñoz, el jefe de la UDEF, cumple 65 años el 26 de febrero y se jubila después de 39 años en el cuerpo. Y, al menos hasta hoy, no hay un solo candidato a sustituirle a pesar de que el director del CNP, Francisco Pardo, y el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, llevan meses intentado convencer a algún mando de confianza para que se presente para cubrir este cargo clave en el organigrama de las fuerzas de seguridad y que, sin embargo, se ha convertido en uno de los puestos más denostados de todo el ministerio. Según explican diversos responsables del CNP, en los últimos años ha pasado a considerarse un «puesto de alto riesgo» por las continuas insinuaciones de que esta unidad ha sido usada como ariete contra los adversarios políticos. El miedo a que el propio nombre aparezca relacionado con la UDEF al final de una carrera inmaculada comenzó sobre todo a raíz del estallido del caso Gürtel en el 2007 y las acusaciones, entonces por parte del PP, de que el ministerio que en la época dirigía Rubalcaba estaba azuzando este departamento contra Rajoy.

Pese a que los éxitos de la UDEF se han sucedido desde su nacimiento en el 2005 (Gürtel, Malaya, Ausbanc o Brugal) el tradicional rechazo de los agentes y sus mandos a que su nombre salga del anonimato se ha convertido en un escollo insalvable para optar a la dirección.

«Arma arrojadiza»

«No ha ayudado en absoluto» que la UDEF se haya convertido en «arma arrojadiza» entre los políticos, trasladan. Nadie en la cúpula de la Policía Judicial olvida la caza de brujas que la vieja Convergencia y sus diferentes marcas orquestaron contra la unidad cuando esta puso en su punto de mira la fortuna oculta del clan Pujol en los días en los que el expresidente catalán espetaba de manera despectiva aquello de «¿Qué coño es la UDEF?». Más recientemente, nadie olvida que Podemos, ya en el Gobierno, se ha dedicado a arremeter contra la unidad por «extralimitarse» en su investigación sobre su presunta financiación irregular.

En Interior no descartan que el puesto sea ocupado en interinidad por falta de candidatos.