Aragonès exige a Sánchez en Madrid que exponga su plan para Cataluña y se atreva a convocar un referendo

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

El presidente catalán, Pere Aragonès, durante su conferencia en el Club Siglo XXI, presentado por la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena y a la que asistieron los ministros de Política Territorial, Raquel Rodríguez. y de Universidades, Joan Subirats
El presidente catalán, Pere Aragonès, durante su conferencia en el Club Siglo XXI, presentado por la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena y a la que asistieron los ministros de Política Territorial, Raquel Rodríguez. y de Universidades, Joan Subirats Miguel Oses | EFE

«No podemos desaprovechar la oportunidad histórica que ofrece el diálogo porque no habrá otra ocasión», asegura el presidente catalán

14 ene 2022 . Actualizado a las 13:45 h.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, instó ayer a Pedro Sánchez a no dilatar más la celebración de la próxima reunión de la mesa de diálogo y lo emplazó, desde Madrid, a que aclare qué propuesta tiene para resolver el «conflicto catalán». Aragonès intervino en una conferencia en el club Siglo XXI, presentada por la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y a la que acudieron, entre otros, la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, y el de Universidades, Joan Subirats. «Ni Cataluña ni el Gobierno del Estado podemos desaprovechar la oportunidad histórica que ofrece el diálogo», afirmó el republicano. Y avisó: «No habrá una segunda» ocasión para resolver el conflicto. Por ello, reclamó a Sánchez fórmulas imaginativas para empezar en la próxima mesa de diálogo a «negociar soluciones». Más que un debate sobre fechas, cree que hay que abordar propuestas. La suya, insistió, es un referendo a la escocesa, y retó al Gobierno a «atreverse» tanto a ganar como a perder la consulta.

La última reunión de la mesa de diálogo fue en septiembre. La siguiente estaba prevista para este mes, pero todo apunta a que Sánchez no tiene intención de mover ficha antes de las elecciones de febrero en Castilla y León.

En septiembre, convinieron que no convocarían ningún encuentro hasta tener algo acordado digno de ser anunciado. Ahí está el problema. Hay que hallar el punto intermedio entre un referendo y una agenda para el reencuentro. Es complicado. Más aún después de que el Gobierno haya anunciado que la reforma del delito de sedición, que se apuntaba como posible salida para Puigdemont, se ha guardado en el cajón.

Aragonès, pese a todo, presionó a Sánchez para que mueva ficha. Como alternativa deslizó una propuesta que pasaría por el reconocimiento de Cataluña como nación, de su lengua y de tener política exterior, respetar las leyes que apruebe el Parlamento catalán y poner fin al déficit fiscal; todo ello sometido a votación de la ciudadanía. Aragonès necesita consolidar la mesa de diálogo para reforzar su cuestionado liderazgo. La herramienta de presión que tiene es doble: amenazar con no aprobar las leyes del Ejecutivo y la vía unilateral. Ante la atenta mirada de los ministros dijo ayer que «la autodeterminación es inevitable». Si encalla el diálogo, el Gobierno catalán «no renunciará a su objetivo», remató.