ERC, sin embargo, que no apoyó su investidura, se ha convertido en el aliado principal, clave para aprobar los Presupuestos. La llegada de los republicanos a la presidencia de la Generalitat y la presión de JxCat y la CUP a los republicanos ha hecho que esa relación se tense. La prueba de fuego de la solidez de esa alianza será la próxima reunión de la mesa de negociación sobre el «conflicto político» en Cataluña. Si allí no se dan pasos que ERC pueda presentar en Cataluña como avances en la hoja de ruta independentista, el vínculo podría llegar a romperse, lo que acercaría la posibilidad de un adelanto electoral a pesar de que Sánchez insiste en que agotará la legislatura a toda costa.
Pablo Casado no consolida su liderazgo pese al auge del PP, y Yolanda Díaz irrumpe con fuerza
Gonzalo Bareño
De los cinco principales dirigentes que concurrieron a las elecciones del 2019, en el ecuador de la legislatura solo quedan tres. Albert Rivera y Pablo Iglesias, los dos líderes de lo que se llamó la nueva política, han tenido que dejar el liderazgo de Ciudadanos y Podemos, abrasados por sus errores y su sobreexposición mediática. Sánchez lidera el PSOE sin oposición y mantiene una valoración estable. Casado no acaba de consolidar su liderazgo en el PP, lastrado por las disputas con la madrileña Isabel Díaz Ayuso, aunque los populares son primeros en casi todos los sondeos salvo el del CIS. Y Santiago Abascal, pese a su mala valoración en las encuestas, ve como Vox se dispara a medida que se frena el impulso de los populares. La sustitución de Rivera por Inés Arrimadas no ha conseguido enderezar el rumbo de Ciudadanos, hundido tras la fallida moción de censura en Murcia y el fracaso total en las elecciones madrileñas. En su enésimo giro de guion, Ciudadanos se aferra ahora a la posibilidad de recuperar el protagonismo para ser decisivo en la aprobación de la reforma laboral en caso de que ERC y EH Bildu no apoyen en el Congreso el pacto alcanzado por la patronal y los sindicatos con el Ejecutivo.