La Palma sigue a la espera de ayudas que palíen unas pérdidas de 850 millones

La Voz

ESPAÑA

Una casa sepultada por la ceniza del volcán Cumbre Vieja  en el barrio de Las Manchas
Una casa sepultada por la ceniza del volcán Cumbre Vieja en el barrio de Las Manchas BORJA SUAREZ

Algunos vecinos critican que, tres meses después del inicio de la erupción del volcán, no han recibido «ni un euro» de las compensaciones prometidas

27 dic 2021 . Actualizado a las 09:03 h.

Los técnicos han declarado oficialmente extinguida la erupción del volcán de Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma. Pero a los vecinos que han perdido sus viviendas o cultivos de poco les sirve el anuncio de las autoridades. La mayoría siguen a la espera de que se complete la tramitación de las ayudas de 400 millones de euros prometidas por el Gobierno central para paliar unas pérdidas económicas que, según la estimación de principios de diciembre del Ejecutivo autonómico, ascienden a 850 millones (los cálculos de noviembre elevaban esta cifra a más de 900 millones). Más allá de los daños económicos, los principales afectados son los vecinos que perdieron sus casas bajo el manto de lava. En total fueron evacuadas más de 7.000 personas y está por ver cuántas podrán regresar a sus viviendas y cuándo, pues sigue habiendo riesgo por la presencia de gases nocivos y algunas estructuras se podrían haber visto comprometidas.

Las cifras son abrumadoras: más de 1.300 casas han sido sepultadas por la lava, además de edificaciones agrícolas, de ocio y hostelería, colegios, parte de un cementerio, un polígono industrial, un punto limpio, más de 73 kilómetros de carreteras y casi 370 hectáreas de cultivos, además de conducciones de agua, electricidad y telefonía.

Dos de los grandes pilares económicos de la isla se han visto seriamente golpeados: el turismo, perjudicado por los constantes cierres del aeropuerto y por las cancelaciones de reservas, y la agricultura, singularmente la producción de plátanos, uva y aguacate. Si la estimación de daños realizada por la Administración local se sitúa en unos 850 millones de euros, hay que subrayar que el PIB de La Palma en el 2018 fue de 1.580 millones. El impacto económico de la catástrofe superaría, por tanto, la mitad de la riqueza generada anualmente por la isla. 

«Ha supuesto la ruina»

Varios testimonios recogidos coinciden en que ahora empieza lo peor, porque para muchos la erupción del volcán ha supuesto «la ruina».

«Las fincas que se han perdido se han perdido para siempre. Las casas se pueden volver a reconstruir en un lado u en otro, pero las fincas no», explica a Efe un agricultor que recuerda que en la erupción del volcán de San Juan, en 1949, se pudo traer tierra de otros puntos de la isla y construir bancales sobre los que cultivar plátanos, pero ahora, señala, no hay lugares de donde extraer esa tierra necesaria.

Otro de los testimonios recogidos es de un hombre que se dedicaba al alquiler de viviendas rurales y que considera que costará remontar un negocio hasta ahora muy solicitado por turistas alemanes, pero que en la mayoría de los casos son personas mayores «que han cogido mucho miedo tras la erupción».

Todos los testimonios insisten en la necesidad de que las ayudas se lleguen lo antes posible tanto de los Gobiernos central y de Canarias como de las Administraciones locales e insular y, ante la duda de que las compensaciones se entreguen pronto, los vecinos apuntan a la «necesidad de reinventarse». 

Sin compensaciones

Una joven, que ha perdido su casa, reclama que las ayudas se abonen cuanto antes porque, tres meses después, no ha recibido «ni un euro», a pesar de que ha realizado todos los trámites que le requerían para ser beneficiaria.

Las coladas de lava se llevaron su única vivienda y desde casi el comienzo de la erupción vive realojada en casa de unos amigos «pero esto no puede ser eternamente». En estos tres meses, se ha costeado todos los gastos sin ni siquiera pedir la ayuda por alquiler porque entiende que había otras familias que tenían mayor necesidad. Ahora, reclama la ayuda para que su familia y ella puedan comenzar de nuevo y precisa que solo quiere lo que le corresponde como damnificada por esta erupción volcánica.

A otra vecina de los Llanos de Aridane se le hace complicado verbalizar sus sentimientos porque «no hay forma de reconfortar el daño causado». «Llegará con el tiempo la curación total, cuando hagamos otros referentes, otros espacios», vaticina.