La Fiscalía suiza cierra la investigación por la donación de 65 millones del rey Juan Carlos a Corinna por el AVE saudí

Mateo Balín COLPISA | MADRID

ESPAÑA

El entonces rey Juan Carlos I saluda a Corinna zu Sayn-Wittgenstein en Barcelona, en una imagen del 2006.
El entonces rey Juan Carlos I saluda a Corinna zu Sayn-Wittgenstein en Barcelona, en una imagen del 2006. Schroewig | Europa Press

Cierra las diligencias que abrió en el 2018 por un posible blanqueo de capitales

28 dic 2021 . Actualizado a las 15:56 h.

Yves Bertossa, fiscal del Cantón de Ginebra, ha cerrado la investigación por blanqueo de capitales agravado que había abierto hace tres años por la millonaria «donación» que realizó Juan Carlos I a Corinna Larsen en abril del 2012. Dicha transferencia ascendía a 65 millones de euros, que la expareja del rey emérito había recibido en una cuenta suya en el banco suizo Mirabaud.

Bertossa sospechaba que el origen de este fondo pudo estar en las presuntas comisiones ilegales percibidas por el anterior monarca por la obra española del AVE saudí. Una gratificación valorada en 100 millones de dólares que el rey Abdalá entregó en el 2008 a una sociedad radicada en Panamá, de nombre Fundación Lucum y que estaba administrada por el padre de Felipe VI. Sin embargo, este siempre ha defendido que se trató de un «regalo» de su «hermano» saudí, fallecido en el 2015.

Pese a que la causa abierta por Bertossa no iba dirigida contra el emérito (que en la fecha de los hechos tenía el escudo de la inviolabilidad constitucional en España), sí le salpicaba de forma directa, ya que estaban investigados la receptora de los 65 millones tras liquidar Lucum, Corinna Larsen, su abogado suizo Dante Canonica y el asesor fiscal Arturo Fasana, la persona que controlaba las cuentas del exjefe del Estado en Suiza y que no fueron declaradas a la Hacienda española.

La decisión del fiscal ginebrino fue dada a conocer este lunes a las partes en una audiencia pública y refuerza la tesis mantenida por la defensa de Juan Carlos I: que el dinero fue una gratificación del rey Abdalá y que, en ningún caso, se trató de una contraprestación por la adjudicación a una UTE española de la obra ferroviaria Riad-La Meca. Asimismo, el archivo allana el camino para que la Fiscalía del Tribunal Supremo confirme el cierre también de las tres diligencias abiertas contra el anterior jefe del Estado en España.

Pese a la exoneración en Suiza, los tres implicados más el Banco Mirabaud tendrán que pagar de forma solidaria las costas del proceso: unos 190.000 euros, después de que Bertossa no haya podido probar que los 100 millones de dólares iniciales provenían de un delito, en este caso la malversación de caudales públicos, condición necesaria para que se llevara a cabo el blanqueo posterior.

«Sin vínculo suficientes»

El fiscal ginebrino se encontró con un obstáculo insalvable para justificar su teoría, que cualquier comisión rogatoria que enviara a Riad no iba a encontrar respuesta ante las sospechas delictivas contra uno de sus antiguos reyes. «La instrucción no ha permitido establecer un vínculo suficiente entre la cantidad recibida de Arabia Saudí y la celebración de contratos relacionados con la construcción del tren de alta velocidad», admite este lunes el Ministerio Público en un comunicado.

El Banco Mirabaud, no obstante, tendrá que abonar 49.000 euros por incumplir el reglamento financiero tras no haber informado a la oficina antiblanqueo de la transacción de 65 millones que recibió su cliente Corinna Larsen en abril del 2012.

La investigación de Bertossa se abrió tras la difusión en el 2018 de los audios de la reunión en Londres tres años antes del comisario jubilado José Manuel Villarejo, la consultor danesa y el expresidente de Telefónica Juan Villalonga, amigo de ambos. Larsen afirmó que don Juan Carlos había escondido fondos en Suiza y trató de usarla como testaferro para ocultar parte de su fortuna no declarada en España.