Seguridad Nacional sitúa a la yihad del Sahel como una «amenaza» para España

Melchor Sáiz-Pardo MADRID | COLPISA

ESPAÑA

Soldados malienses patrullando cerca de la frontera con Níger.
Soldados malienses patrullando cerca de la frontera con Níger. PAUL LORGERIE | REUTERS

Los servicios secretos contabilizan una docena de colectivos terroristas en la zona en los que hay tropas y agentes nacionales

05 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Departamento de Seguridad Nacional (DSN), el órgano que asesora al presidente del Gobierno y en el que participan los servicios de información e inteligencia militares y civiles, sitúa a los grupos yihadistas radicados en el Sahel como una de las principales amenazas para España, tanto a nivel exterior como interior.

El 29 de noviembre el DSN actualizó sus informaciones sobre los grupos terroristas islámicos que operan en esa vasta zona por debajo del Sáhara hasta contabilizar doce organizaciones salafistas de diferentes familias e ideologías que podrían presentar problemas a los intereses y las tropas españolas en la zona, al margen de tratar de infiltrar activistas en territorio nacional.

Según los últimos documentos del DSN, los grupos yihadistas que preocupan a los servicios antiterroristas españoles se asientan sobre todo en Malí, donde se ubican seis organizaciones terroristas en la mitad sur del país; Burkina Faso, con otros cuatro grupos yihadistas armados, y Níger, con un par de facciones que operan en las fronteras de Chad y Malí.

En dos de estos países «calientes», además de empresarios y compañías españolas, hay tropas nacionales en el marco de las misiones europeas de Eucap y EUTM (de capacitación y entrenamiento de las fuerzas de seguridad de Malí y Níger y del Ejército maliense).

La principal preocupación de los servicios de inteligencia, como el CNI, y de los servicios de información antiterroristas, son los ocho grupos que tienen lazos comprobados con Al Qaida y que, aunque se mueven fundamentalmente por Malí, existen datos sobre los intentos de introducir militantes en Europa. Los más inquietantes son las organizaciones vinculadas a la Jama'at Nasr al-Islam wal Muslimin (más conocidas por las siglas JNIM).

Se trata de satélites del Frente de Apoyo para el Islam y los Musulmanes, creado en el 2017 durante la guerra de Malí, y que ahora se extienden por buena parte del país. Todos ellos han nacido de los rescoldos de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), una organización que en su día tuvo contactos con los terroristas el 11-M y que durante años, antes de la eclosión del Estado Islámico (Daesh), fue la principal amenaza terrorista para España, con decenas de activistas detenidos en territorio nacional.

Los grupos terroristas del JNIM, que encabezan las listas de Seguridad Nacional, son Ansar el Eddine, con fuertes lazos con el AQMI; el Emirato de Tombuctú, enfrascado desde hace años en refriegas con el Ejército francés; Al Mourabitoun, los Almorávides, con un millar de activistas armados y contactos en varios países del Magreb; y Macina Katiba, uno de los grupos que perpetró el atentado del hotel Radisson Blu de Bamako.

Hay otros cuatro grupos con «vínculos» con el JNIM que son objeto de particular interés por parte de Seguridad Nacional: las katibas AAA, Alidougu y grupo Serma y el conglomerado de células Guimu, que se mueven por Malí y Burkina Faso.

Precisamente en este país fueron asesinados el pasado abril el reportero David Beriain y el fotoperiodista Roberto Fraile cuando grababan un documental sobre la caza furtiva en el parque nacional de Arli. Aquellos asesinatos fueron reivindicados por el JNIM, una autoría de la que los servicios de inteligencia no dudan.

Esta pléyade de grupos ligados al JNIM y a los restos de Al Qaida son para Seguridad Nacional las mayores amenazas para los intereses españoles, aunque también aparecen en los informes oficiales que se hacen llegar periódicamente a la Moncloa otras dos organizaciones yihadistas ligadas al Estado Islámico, la multinacional terrorista que se encuentra muy mermada tras su derrota en Siria e Irak en el 2018. Se trata del autoproclamado Estado Islámico del Gran Sáhara y Boko Haram (autorrenombrado ahora como Estado Islámico de África Occidental).

Nivel 4

El DSN sigue muy de cerca estos movimientos yihadistas que están surgiendo cada vez con más fuerza en el Sahel y que hoy por hoy -afirman mandos de la inteligencia española- suponen una amenaza mayor que los grupos salafistas del Magreb, que hasta ahora habían centrado la atención de los servicios antiterroristas. No obstante, el Ministerio del Interior mantiene la alerta antiterrorista en nivel 4 (en una escala de 5), una clasificación que no ha variado desde junio del 2015, cuando se llegó a este escalón tras los atentados casi simultáneos de Francia, Túnez, Kuwait y Somalia.

A pesar de que España no sufre un gran atentado yihadista desde el atropello masivo de Las Ramblas de Barcelona en agosto del 2017, lo cierto es que las detenciones de presuntos terroristas han seguido sucediéndose sin descanso. Solo este año, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado han desatado en territorio nacional una veintena operaciones que se han saldado con 37 detenidos.