La iniciativa solo se sustenta por ahora en la imagen de la vicepresidenta. Podemos enfría su entusiasmo y Errejón se acerca al proyecto de la titular de Trabajo
05 dic 2021 . Actualizado a las 15:23 h.Yolanda Díaz ha dejado ver algunas pinceladas más del proyecto político que tiene en la cabeza, pero son trazos tan imprecisos que impiden hacerse una idea global del cuadro. Esta indefinición ideológica, sumada a los diferentes ritmos de calendario respecto a la plataforma política a la que pertenece en la actualidad —Unidas Podemos tiene prisa, y la vicepresidenta, ninguna— se han convertido en un lastre para el llamado «frente amplio», que tres meses después de ser anunciado resulta todavía una incógnita.
Hasta el momento se intuye que los partidos van a tener un papel secundario porque el protagonismo tiene que ser de «la gente», que quiere ser un proyecto transversal (no limitado a la «esquinita» a la izquierda del PSOE), y supere las históricas divisiones entre conservadores y progresistas para que se sientan identificados «todos y todas». Y poco más.
Ni candidatos ni siglas
Nada de nombres ni candidatos ni siglas ni programa. Estos son los mimbres que Yolanda Díaz ha dejado ver. Reconoce que son enunciados generales, pero está convencida de que se llenarán de contenido tras la «fase de escucha» en la que se encuentra y que multiplicará a partir de enero con actos públicos y reuniones discretas con actores políticos de todos los pelajes.
De momento, todo son expectativas sustentadas por la imagen y el liderazgo de la vicepresidenta segunda del Ejecutivo. Pero antes ya pasaron otros por ese momento dulce de la popularidad y el reconocimiento social. En su día, Albert Rivera (Ciudadanos), Inés Arrimadas (Cs), Rosa Díez (UPyD), Julio Anguita (Izquierda Unida) o Íñigo Errejón (Podemos y Más País) disfrutaron de ese fervor popular en las encuestas, pero que no lograron traducir en buenos resultados electorales. El histórico y fallecido líder de IU, frustrado por unas buenas notas que no se reflejaban en las urnas, llegó a decir «quererme menos y votarme más». Yolanda Díaz sabe que en política esto es así y relativiza su buena valoración. «Todo es coyuntural —suele decir— hoy te quieren y mañana, no».
El «qué» sobre el «quién»
La número tres del Ejecutivo defiende que «lo importante no es el quién, lo sustantivo es el qué vamos a hacer». Habla con la tranquilidad de la que se siente ligera de equipaje para irse a su casa si no le gusta lo que ve. Ha avisado de que no cuenten con ella si la «presionan» o si la gestación de la plataforma o frente amplio o como se llame se convierte en una lucha «de egos». El problema es que, por ahora, todo es etéreo, una indefinición colmada de bonitas palabras.
Se pudo comprobar en el acto de Valencia, que reunió e 13 de noviembre a la flor y nata de las dirigentes de la izquierda con la exclusión de las líderes de Podemos, y que fue, en palabras de Díaz, «el comienzo de algo maravilloso». ¿Hay algo más vago que «algo»?
Esta falta de precisión ha puesto nervioso a Podemos, que espacia cada vez más sus muestras de adhesión a la causa. El recuerdo de Carmena todavía está fresco en su mente con la carga de frustración que conllevó la decisión de la exalcaldesa de Madrid de prescindir de ellos.
Podemos enfría su entusiasmo y Errejón se acerca al proyecto de la titular de Trabajo
Yolanda Díaz es el referente de Podemos porque así lo decidió Iglesias, pero el entusiasmo mengua según pasan los días. La exclusión de la cumbre de Valencia y la falta de respuesta a sus demandas han enfriado el fervor inicial. En Podemos, algunos se la ven venir, y temen que se conviertan en uno más en la amalgama que pretende cimentar la vicepresidenta segunda.
Una suspicacia alimentada por la respuesta al emplazamiento de Iglesias, desde su tribuna, a su elegida para «cerrar pronto» los acuerdos. Petición que se ha topado con un «ya veremos». Hasta enero, dicen en el equipo de Díaz, no está para nadie porque está centrada en cerrar el acuerdo laboral. Todo lo contrario que Más País, que tras un frío recibimiento a la plataforma se ha vuelto receptivo. Errejón aplaudió ayer los últimos apuntes de la vicepresidenta. «Me gustan y van en una línea que es evidente porque España no se cambia con la izquierda, se cambia con el pueblo; y para cambiar nuestro país no basta la izquierda».
Pero la realidad es que el proyecto está verde. El que podría haber sido primer banco de pruebas, las probables elecciones en Andalucía en primavera, ha vuelto a mostrar la dispersión de las fuerzas que, en teoría, deberían confluir en ese frente amplio. UP, su escisión de Adelante Andalucía y la alianza Andaluces, Levantaos que reúne a Más País, Andalucía por Sí, que agrupa a los restos del Partido Andalucista, e Iniciativa del Pueblo Andaluz, se presentan por separado.