Concretamente, y según su denuncia, se recogían insultos como «hijo de la gran puta, escoria, rata basura... No digo lo que haría contigo porque voy abrochado, cerdo», «Pues yo follaría a su mujer», «Y siempre será el parásito amigo de terroristas» o «Quien siembra vientos recoge tempestades». También recogía otros mensajes como «Se las ha mandado a la que pintó la sede de Podemos (...) No saben qué hacer para rascar más votos y crispar a la gente, son basura».
Tras tener conocimiento de estos hechos, Iglesias interpuso una denuncia para que se investigara a los integrantes de este grupo, que ya habrían sido investigados en otras ocasiones, por su presunto «carácter organizado» para «realizar amenazas y apología del terrorismo». Además, el exvicepresidente aludía entonces a que estos comentarios podrían incurrir en un delito de injurias, amenazas y calumnias especialmente graves por proceder de presuntos agentes de la autoridad policial.
También planteaba que las «graves comentarios y amenazas» contra su entorno procedían de un «gran número de integrantes» y están dirigidos «para que públicamente fomenten, promuevan o inciten de manera directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia» por «razones de ideología o posicionamiento político, en una escala de agresividad que rebasa ya la vulneración de los derechos contra el honor».