Mariano Rajoy: «Por suerte para España, Podemos se quedará reducido a los votos del PCE»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno
Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno BENITO ORDOÑEZ

El expresidente del Gobierno, que acaba de publicar «Política para adultos», considera que Sánchez se ha dejado contagiar por el populismo de Iglesias

02 dic 2021 . Actualizado a las 17:52 h.

Mariano Rajoy (Santiago de Compostela, 1955) atiende a La Voz de Galicia en su despacho del barrio de Salamanca de Madrid. En pocas horas presentará su segundo libro, Política para adultos, tras lo que se escapará a Galicia para realizar una nueva presentación, quedarse a disfrutar del puente y, aunque se decante por los percebes, inaugurar la temporada del centollo.

—¿Tan mal aprecia el panorama político actual como para que le haya impulsado a escribir?

—El panorama político actual es mejorable, pero mi libro quiere hablar de algo que está muy de actualidad en España y en otros países, que es el populismo. Es una defensa de la democracia liberal. Primero, porque las democracias defienden los principios más respetuosos con la condición humana: la libertad, los derechos humanos, la supremacía de la ley... Y segundo, porque es lo que más progreso ha generado. Entonces, defiende las democracias y es crítico con los populismos, que nos han invadido, en España y en otras zonas de Europa.

—Hay constantes alusiones críticas al Gobierno. Las medias verdades o las mentiras con la pandemia, como el supuesto comité de expertos, al pacto con Bildu o los indultos a los secesionistas, que denuncia como moneda de cambio de Sánchez para mantenerse en el poder.

—El problema más importante que se ha generado en España son los acuerdos del PSOE con los partidos populistas, que han llevado al contagio al propio PSOE. Cuando estás aliado con partidos que dicen que quieren separarse de España, con Bildu, o en coalición con partidos como Podemos, para los cuales la Transición, la Constitución, los grandes consensos que se hicieron en nuestro país para fijar las reglas de juego, no valen, pues llegas a una situación como en la que estamos: debatiendo sobre la memoria histórica, dando indultos… Todo eso rompe los grandes consensos nacionales, genera extremismo y tiñe de populismo buena parte de las decisiones del Gobierno. Ese hecho, el pacto del PSOE, el mismo que la mitad del PSOE no quería cuando cesaron a Sánchez y se abstuvieron para que el PP gobernara, es el hecho determinante de los últimos años.

—En el libro advierte de esa capacidad de contagio. ¿Considera que Sánchez se ha dejado arrastrar o contagiar por Pablo Iglesias?

—Absolutamente.

—Las referencias a Pablo Iglesias también son constantes. Por mencionar solo una: escraches.

—Sí, esa una de las grandes demagogias del populismo. Hay más, pero los escraches eran lisa y llanamente un atentado contra los derechos y las libertades de los ciudadanos, promocionado, apoyado y jaleado por Podemos. Luego, cuando le afectó a Iglesias —yo estaba radicalmente en contra, tengo que decirlo—, pues se dio cuenta de que eso no procedía. Eran malos porque iban contra él; antes, como iban contra el PP, por lo visto eran buenos. Eso es la demagogia del populismo. Un caso claro y de libro.

—También lamenta las pocas aportaciones que hicieron los ministros de Podemos al Gobierno.

—Sin ánimo de molestar a nadie, los ministros de Podemos no han aportado absolutamente nada. Si acaso, eso de «todos, todas, todes», que es una cosa que suena, con perdón, a cachondeo.

—¿El momento en el que el populismo entró en las instituciones en España fue con Podemos?

—Sí, claro. Podemos es el prototipo de partido populista. Reúne todas las características. Habla de la casta y la casta son todos menos ellos. Desde el presidente de una empresa hasta cualquier ciudadano al que la vida le ha ido bien. Es un partido adanista. Todo lo anterior a ellos no vale.

—¿Recuerda aquel primer pleno, con el bebé y las camisetas?

—Aquello fue una demagogia barata, una serie de actos absolutamente infantiles que terminaron como terminaron. Fue un patio de colegio. Como si los que estuviéramos nos hubieran puesto porque sí. Nos habían votado; y además, mucho más que a ellos.

—En O Hórreo se han quedado sin representación.

—Y al final quedarán reducidos a los votos que tenía el Partido Comunista, por suerte para España. 

«El PP debería ganar las próximas elecciones, porque es evidente que España necesita un cambio»

Las críticas del expresidente del Gobierno no van solo encaminadas hacia las fuerzas de izquierda. También hay un importante espacio para la formación liderada por Santiago Abascal.

—Se refiere a Vox como una fuerza populista, y recomienda al PP marcar ciertas distancias.

—Le critico fundamentalmente dos cosas. Primero, el tema de la inmigración, cómo lo han tratado; y segundo, el tema europeo. A estas alturas, ponerse en contra de cómo funciona la UE me parece absolutamente disparatado. Sé que muchos votantes de Vox eran votantes del PP, y estoy convencido de que volverán cuando perciban que el PP pueda ganar las elecciones. Pero creo que a un extremismo no se le debe oponer otro extremismo. A un extremismo lo que hay que oponer es seriedad, capacidad de integración e intentar contar con todos, y así es como ha ganado siempre el PP. Cuando fue capaz de dirigirse a todos y de englobar en su proyecto a mucha gente.

—Dice que muchos de los votantes volverán. ¿Eso va a ser más temprano o más tarde?

—Pronto. El PP, a poco que haga las cosas razonablemente, debería ganar las próximas elecciones, porque es evidente que España necesita un cambio de Gobierno. Lo que estamos viendo es algo a lo que por fortuna no estamos acostumbrados.

—En Andalucía, Vox ha tumbado los Presupuestos. En Madrid, los apoyará. ¿Se siente más identificado con el PP que consigue pactar con Vox o con el que marca más las distancias?

—Yo me siento identificado con el PP, que es un partido democrático, respetuoso de la Constitución, partidario de la unidad nacional y que tiene como prioridad el bienestar de las personas. Esos que dicen que no, que hay que hacer política y no prestar tanta atención a la economía, yo les digo que la mejor manera de hacer política es atender a la economía, porque eso evita, entre otras cosas, los populismos.

«El socio del PSOE es Bildu, pero de eso debió ser consciente el PNV en su día»

En la actualidad mantiene una buena relación con Albert Rivera, expresidente de Ciudadanos, también retirado de la política en activo.

—A Ciudadanos no los mete en el mismo saco, pero sí aprecia ciertos tics populistas.

—Sí. Contagiados. Cs ha hecho algunas cosas buenas y otras no tan buenas. Al final, quedó en flor de un día.

—¿No tiene la sensación de que Rivera fue el que precipitó que la moción de censura presentada por Sánchez triunfara?

—No quedé muy contento con la actuación de Albert Rivera en aquel momento, pero bueno, conviene mirar hacia el futuro.

—Es que el PNV viró entonces por el miedo a que Rivera acabase precipitando un adelanto.

—Creo que el PNV tuvo poca personalidad, porque votar unos Presupuestos de un Gobierno y a los tres días sumarse a una moción de censura no es algo habitual.

—El PNV ha dejado de ser decisivo en el equilibrio parlamentario. ¿Cree que puede acabar tirándose de los pelos?

—Es evidente que el socio ahora del PSOE es Bildu, pero de eso debió ser consciente el PNV en su día.

—Dígame tres ejemplos de políticos actuales que sigan haciendo política para adultos.

—En general, en Alemania se suele hacer política para adultos. Draghi quizás sea el caso más paradigmático, Merkel y también el nuevo canciller alemán, el socialista Scholz.

—¿Y sin salir de España?

—Feijoo hace política para adultos. En general, en España, salvo el Gobierno y sus coaliciones, se hace aún bastante política para adultos.

—¿Será Casado presidente?

—Eso espero y deseo.

—Es ganar, o marcharse.

—Bueno, no, no lo creo. Yo viví una situación similar.

—Justo era la siguiente pregunta que iba a hacerle.

—No hay que hacer pronósticos a medio y largo plazo, no tiene mucho sentido. Todavía no sabemos cuándo van a ser las próximas elecciones.

—Cuando dice que vivió algo parecido, ¿se refiere a cuando en el 2009 estaba apurado por lograr resultados y gana Feijoo en Galicia y usted se consolida dentro del partido?

—El resultado de las elecciones fue muy positivo, porque ganamos, y desde luego para mí, porque efectivamente me ayudó para fortalecerme como líder del partido.

Pilar Canicoba

«Estoy convencido de que la polémica que rodea al PP se va a arreglar»

La presentación de este miércoles en Madrid reunió por primera vez en semanas a Casado y a Ayuso, involucrados desde hace meses en una disputa interna.

—¿Cómo entiende todas estas polémicas que rodean al PP justo cuando los sondeos apuntaban a que estaría en condiciones de gobernar?

—Bueno, los que hemos estado en política sabemos que esas cosas pasan, y también sabemos que se arreglan. He tenido algunas experiencias. Estoy convencido de que esto se va a arreglar.

—En su presentación coinciden por primera vez Ayuso y Casado tras semanas evitándose.

—Como militante del PP estoy muy honrado de que vengan las máximas autoridades del partido. (Se ríe con complicidad).

—En muchos sitios señalan a García Egea como el gran responsable. En el fútbol la culpa es siempre del entrenador, ¿y en política? ¿Del secretario general?

—No me corresponde a mí opinar sobre eso. Yo lo único que deseo, como todos los votantes del PP, es que esto se arregle pronto.

—En caso de que se abriese una sucesión al frente del partido, ¿quién cree que tendría más posibilidades de aglutinar el voto del centroderecha?

—Hoy Casado, hoy Casado.

—¿Y entre Ayuso y Feijoo? ¿No aprecia ningún favorito?

—No, no, no. Es que no me corresponde hacer elucubraciones.

—En su libro desaconseja la creación de plataformas políticas para presentarse a las elecciones, precisamente lo que está montando la vicepresidenta Yolanda Díaz. ¿Cree que tiene posibilidades reales de ser presidenta?

—No, no. Con todos mis respetos, Yolanda Díaz es una representante del comunismo de toda la vida, y no me parece que sea esta una ideología que genera muchos beneficios para los ciudadanos. Creo que el comunismo es lisa y llanamente el pasado, por eso se cambian de nombre, pero siguen siendo lo mismo.

—Usted la conoce desde hace muchos años.

—Paradójicamente, no la he tratado nunca.

—Me refiero a políticamente.

—Sí, claro. Políticamente, sí.

—¿Lo que está montando le recuerda a lo que creó en Galicia hace unos años con el señor Beiras, que le llamaron AGE?

—Bueno, montan cosas que luego se desmontan, vuelven a montarlas, continúan por ahí... Oiga, al final, en el Congreso de los Diputados hay 17 partidos representados, es muy difícil gobernar así. Por eso, yo apuesto por el bipartidismo, que es lo que mejor ha funcionado en España durante 40 años.

—Un bipartidismo al que parece que poco a poco estamos regresando.

—Sí. Hay otros países que lo tienen más complicado, como por ejemplo, Italia, a la que le salva una figura indiscutida como es Mario Draghi. En Francia, donde ahora habrá elecciones, vamos a ver qué ocurre con los partidos tradicionales. Fíjese, el partido socialista tiene una intención de voto del 5 %. Al menos en España nos mantenemos fuerzas políticas que tienen algo que decir y que ya han dicho muchas cosas estos años.

—En Francia el sistema de segunda vuelta facilita mantener a los populismos alejados del poder.

—Claro. El presidente Macron, y el sistema de la segunda vuelta. Si ocurre lo mismo que la otra vez, si a la segunda vuelta llegan Macron y la extrema derecha, dará la victoria a Macron.

«El BNG no es una amenaza para Feijoo, es una amenaza para el PSdeG»

Rajoy afirma que no añora nada de su etapa como presidente. Se marchó con la conciencia tranquila, convencido de que había dejado «una España mejor» de la que asumió.

—¿Pedro Sánchez podrá decir lo mismo?

—Ha generado una enorme división entre españoles. Ese es su principal problema y el peor legado que deja.

—¿Ha perdido muchos amigos desde que salió del Gobierno?

—No, paradójicamente he ganado. Tengo más tiempo para regar las amistades. Antes no tenía tiempo de ver a nadie. Además, tenías que ver a gente que no te apetecía demasiado. Ahora, como decía Felipe González, yo ya puedo elegir con quién no me veo.

—Todavía tiene críticos que le reprochan que no hubiera dimitido antes de la moción, con el episodio del bolso sobre su escaño y la famosa comida.

—Sí, sí. Lo he explicado en un libro, pero es igual. Seguirán criticándome. Y es normal. Somos 46 millones y hay opiniones para todos los gustos.

—Inmediatamente después abrió la sucesión del PP. ¿Prefería a Soraya que a Feijoo?

—Dije que no iba a intervenir y no intervine. Y esa es la verdad. Tengo la mejor opinión posible del señor Feijoo, y siempre la he tenido.

—¿Considera que el BNG es una amenaza para su quinta mayoría absoluta?

—No. Yo creo que el BNG es una amenaza para el PSdeG.

—¿Qué le sucede al PSdeG?

—Tuvo figuras importantes. Quizá ahora es que yo no conozco a sus dirigentes.