La receta del éxito de Yolanda Díaz

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

La vicepresidenta segunda del Gobierno escaló siempre en política sin hacer prisioneros y quemando siglas, con hasta cuatro plataformas electorales diferentes como la que se propone crear ahora

29 nov 2021 . Actualizado a las 09:59 h.

Pasó de obtener apenas 1.800 votos la primera vez que concurrió como candidata a unas elecciones, en 1999 en Ferrol, a convertirse en la mujer más influyente de la política española, desde su posición de ministra de Trabajo, vicepresidenta segunda del Gobierno y la única capaz de alterar la agenda del presidente Pedro Sánchez. Es Yolanda Díaz (Fene, 1971), la afiliada más insigne del Partido Comunista, una dirigente que quizás no destaca por su enorme talla intelectual, pero sí por poseer un don natural para interpretar los estados sociales de ánimo y obrar en consecuencia. Xosé Manuel Beiras piropeó su instinto político antes de repudiarla en público por haberlo traicionado.

Pablo Iglesias pasó de mostrarla como la gran esperanza de la izquierda a admitir que no la puede controlar. Y desde la corte madrileña de las vanidades la observan con interés o con desdén, como Jiménez Losantos, que la definió como la «meiga de peluquería» al cuidado de Podemos. Pero ojo a Yolanda Díaz, a ese «electrón libre» del Gobierno, como la definió el diario francés Le Monde, porque es una mujer que no acostumbra a hacer prisioneros y que durante una década supo manejar los ingredientes de una receta de éxito, aun a costa de usar y tirar cuatro plataformas electorales diferentes que preceden a la que ahora se propone crear.

LOS ORÍGENES

Activismo comunista desde la cuna. Yolanda Díaz fue, en mayo de 1971, la primera niña nacida en la barriada de San Valentín, construida en Fene para acomodar a los trabajadores del astillero Astano. Su casa debió de asemejarse mucho a una célula revolucionaria en tiempos de la lucha antifranquista. Tanto su padre, Suso Díaz, como su tío, Pepe Díaz, eran por aquel entonces sindicalistas cualificados de Comisiones Obreras, si bien el segundo se pasará después a la nacionalista INTG que más tarde le abrirá las puertas del BNG, formación con que fue diputado dos legislaturas. Siendo todavía una churumbel giró visita a su padre en la cárcel y, tras la puesta en libertad, se acostumbró a ver en su puerta a lo más granado de la élite comunista de la época, entre ellos Santiago Carrillo, de quien dijo alguna vez que le besó la mano cuando tenía apenas cuatro años.

Yolanda Díaz abraza a Anxo Guerreiro durante un acto en Ferrol en el año 2003
Yolanda Díaz abraza a Anxo Guerreiro durante un acto en Ferrol en el año 2003 CESAR TOIMIL

LA FORMACIÓN

Pelea legal por la siglas de EU-IU. Llega a Santiago en 1986, tras la separación de sus padres, para cursar segundo de BUP en el Rosalía de Castro. Allí comparte aulas con la cofundadora de Podemos, Carolina Bescansa, y la diputada popular Paula Prado. Las tres volverían a coincidir después en la Facultad de Derecho de Santiago, donde Díaz se hizo amiga de Marta Lois, hoy portavoz municipal de Compostela Aberta. La etapa compostelana acentuó más la conciencia de clase de una joven que comprobó como su madre, Carmela Pérez, tuvo que trabajar duro para sacar a sus hijos adelante. La propia Díaz compatibilizó parte de su carrera con un trabajo eventual de camarera para poder financiarla. Con todo, cubrió un buen expediente, se fogueó en un bufete compostelano y le ganó la batalla legal a la escisión de Anxo Guerreiro (Esquerda de Galicia) para seguir usando las siglas de Esquerda Unida-Izquierda Unida.

EL DEBUT POLÍTICO

La irrupción de «La procesiones» en la escena local. Díaz se colegió en 1998 y abrió despacho en Ferrol, pero en 1999 ya se dejó seducir por la política al convertirse en la candidata de EU-IU a la alcaldía de Ferrol. Lo intentó de nuevo en el 2003, haciéndose acompañar por el carismático dirigente comunista Fernando Miramontes, que le ayudó a duplicar el número de votos, logrando dos actas de concejal. Al tercer intento, en 2007, Díaz se alzó con cuatro concejales y formó con el PSOE un gobierno de coalición que solo duró año y medio. Ella dice que aquel fue el laboratorio para aprender lo que hoy practica en Madrid. Era concejala de Cultura y se imbuyó tanto en los símbolos de la ferrolanidad que aumentó en un 45 % la asignación a las cofradías de la Semana Santa, lo que le valió que camaradas de la izquierda le colgaran el apelativo de La procesiones. La ruptura del pacto local penalizó a IU en el 2011, pero Díaz supo interpretar que la política había cambiado y encontró otra fórmula de éxito.

Xosé Manuel Beiras y Yolanda Díaz, en el Parlamento en el año 2014
Xosé Manuel Beiras y Yolanda Díaz, en el Parlamento en el año 2014 SANDRA ALONSO

FUNDACIÓN DE AGE

Pegada al carisma político de Beiras. La gran oportunidad surge en el 2012, tras la ruptura del BNG de Amio. Beiras abandona su antigua organización con los irmandiños y llama a construir la unidad de toda la izquierda que respete el derecho de autodeterminación. Díaz se siente interpelada y propone crear la Syriza gallega, termino entonces de moda, para combatir las políticas de la troika de Feijoo. Se funda así la coalición Alternativa Galega de Esquerda (AGE), que debutó en las autonómicas con 9 escaños, frente a los 7 del BNG.

La fórmula híbrida de comunistas y nacionalistas funcionó, pero su éxito fue efímero, pues enseguida empezó la pelea encubierta entre los de Beiras y los de Díaz por apoderarse de la criatura. Las escisiones y expulsiones se suceden en uno y otro flanco, hasta que, en el 2015, Díaz observa con interés el nacimiento de las mareas que le permitirán dar el salto del Parlamento gallego al Congreso, viendo como a sus espaldas AGE ardía en llamas.

LAS MAREAS

La ideóloga de la nueva criatura. El 12 de mayo del 2015, quince días antes de las elecciones municipales, Díaz aprovechó la presencia de Pablo Iglesias en el mitin de A Coruña para lanzar por primera vez la idea de crear una gran marea gallega. Acertó.

Tras el dictamen de las urnas, lo nuevo eran los «alcaldes rebeldes» de A Coruña, Santiago y Ferrol que se codeaban en foros con Manuela Carmena y Ada Colau. Al lado de las mareas, AGE era una casa en ruinas. Así que en las generales del 2015, la ferrolana renunció por sorpresa a su acta en O Hórreo para estrenar, ya en alianza con Podemos, la coalición En Marea que debutó en el Congreso con seis diputados. Yolanda salta así a la Champions de la política española, cambia de pantalla y empieza a prestar atención a todos los movimientos que se operan en Podemos.

Yolanda Díaz y Pablo Iglesias, durante un pleno en el Congreso en el año 2016
Yolanda Díaz y Pablo Iglesias, durante un pleno en el Congreso en el año 2016 BENITO ORDOÑEZ

LOS LAZOS CON IGLESIAS

El amigo de la juventud convertido en asesor. La relación entre Díaz y Pablo Iglesias se remonta a la época en la que la primera hacía incursiones a Madrid para participar en las jornadas de las juventudes comunistas. Conectaron. Y las elecciones gallegas del 2012 brindan a la ferrolana la oportunidad de fichar al politólogo como asesor de campaña, que presentó a sus socios como «un fenómeno». Dos años después, el fenómeno crea otro fenómeno, Podemos, y Díaz —invitada ocasional a los retiros de Iglesias en su casa de Ávila— ya nunca se despegó de él.

EL DISCURSO

Un lenguaje político para «los de abajo». Yolanda Díaz trajo a la política gallega un lenguaje nuevo, especialmente a partir de la creación de AGE en el 2012 junto a Beiras. Por aquel entonces hablaba constantemente de la «confluencia» de la izquierda, de la quiebra del régimen del 78 y de la quiebra democrática. También se dirigía a las «mayorías agredidas» por la crisis y hablaba de «la casta» o de «quitarle el poder a los de arriba para dárselo a los de abajo». Toda esa retórica fue popularizada poco después por Pablo Iglesias y otros líderes de Podemos.

LAS VÍCTIMAS

IU, Beiras y En Marea quedaron en el camino. Carmen Iglesias, exdiputada comunista por Ourense, admite haber sigo «purgada» por Yolanda Díaz. Es una de tantas. Cada peldaño que escaló la vicepresidenta segunda lo hizo dejando heridos. Lo sabe Vicente Irisarri, exalcalde socialista de Ferrol, que sufrió la feroz oposición de Díaz tras la ruptura del pacto de gobierno. Lo saben también Beiras o Martiño Noriega, como otros muchos se fueron quedando por la cuneta mientras ella avanzaba. Ocurrió con el propio Iglesias, al igual que ocurrió con las siglas de las que se sirvió para progresar. Primeiro IU. Después AGE, En Marea, Galicia en Común. ¿Qué será ahora lo siguiente?