Pero fue Díaz la que se llevó la gran ovación. La vicepresidenta segunda no se refirió en ningún momento al acto de Valencia, del que sigue opinando que no fue el nacimiento «de nada» y solo una oportunidad para «dialogar». En cambio, sí defendió la necesidad de «tejer alianzas». Colau fue, de nuevo, la más clara en apostar por el futuro «frente amplio» y redobló la presión sobre Díaz para que se postule como candidata electoral. Aunque reconoció que esta «nunca» quiso ser presidenta ni una líder mundial, no le dejó otra elección y aseguró que «le ha tocado serlo porque España necesita un liderazgo como el suyo».
La alcaldesa de Barcelona explicó después que no quiere «forzar» a Díaz. «Jamás lo voy a hacer y aquí lo digo. Habrá que respetarla siempre, sea cual sea su voluntad, y ya tomará esa decisión», zanjó. Colau repitió que el acto en Valencia «no fue una anécdota».