Sánchez presume de paz interna frente al PP tras culminar el entierro de Susana Díaz en Andalucía

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Jorge Zapata | EFE

La consagración de Espadas como nuevo líder pone fin a años de choques pero no disipa el temor a una larga etapa en la oposición

07 nov 2021 . Actualizado a las 18:18 h.

El PSOE andaluz ha dejado de ser, definitivamente, una piedra en el zapato de Pedro Sánchez. Al menos, en términos orgánicos. Electoralmente, los socialistas admiten su preocupación ante la consolidación del popular Juanma Moreno y la situación en la que ha quedado la antaño poderosa federación después de perder el gobierno al frente del cual se mantuvo de manera ininterrumpida durante 36 años. Pero la sintonía con Ferraz es plena, como constató este domingo el presidente del Gobierno en el congreso regional celebrado en Torremolinos.

Sánchez aprovechó la clausura del cónclave que consuma la designación de Juan Espadas como secretario general y entierra definitivamente el tiempo de Susana Díaz para presumir del nuevo clima de cohesión interna que vive su partido, frente a la pugna entre el líder de la oposición, Pablo Casado y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

«Después de ver algunas de las cosas que estamos viendo en otras organizaciones me acordaba de las palabras de Pablo Iglesias (fundador del PSOE). Dijo que ni las estridencias ni los desplantes hacían fuertes a los proyectos políticos», alegó.

El jefe del Ejecutivo ensalzó así también, de paso, la forma de estar en política del todavía alcalde de Sevilla, más templada que la de su antecesora, y le prometió todo su apoyo. «Me vas a tener como uno más, para volver a ganar. Va a ser fundamental que lo que hagamos en los próximos años lo hagamos de la mano, Juan y yo, él en San Telmo, yo en Madrid, gobernando España y Andalucía juntos», dijo.

La frase es casi idéntica a la que pronunció en un mitin junto a Díaz en el 2015, solo que entonces la arenga sentó a su destinataria, hoy simple senadora, como una patada en la espinilla. Ella gobernaba en Andalucía y aspiraba a hacerse con las riendas de la dirección federal. Él lideraba la oposición, no terminaba de despegar, y se resistía a ceder el puesto. Espadas está ahora en una situación más similar a la de Sánchez hace seis años. Las encuestas indican que está lejos de poder recuperar el poder para su partido, pero tiene la garantía de que en el corto plazo nadie va a intentar moverle la silla.

La dirección del PSOE teme que, pese a su insistencia en agotar la legislatura, Moreno acabe adelantando las elecciones a la próxima primavera, y no niega cierta inquietud por el impacto que una derrota podría tener para toda la organización en la antesala de un año electoral. El presidente de Castilla- La Mancha, Emiliano García-Page, lo verbalizó en un mensaje de vídeo en el que participó junto al resto de barones de la formación.

«Os pido que os vaya muy bien. Os lo pido, no solo os lo deseo, porque para cualquier socialista de España —admitió— es determinante que en Andalucía vayan bien las cosas».