El presidente del Cabildo de La Gomera sugiere bombardear el volcán
27 oct 2021 . Actualizado a las 21:44 h.El volcán de La Palma registraba este miércoles una intensa actividad, mientras arreciaba el embate de los terremotos, el mayor de los cuales alcanzó una magnitud de 4,8 en Villa de Mazo. El desplome sobre sí mismo del cono interior, ocurrido el martes por la noche, dio lugar a que se taponara la salida de lava, que tomó una dirección oeste, hacia el mar. Tal obstrucción hizo que la altura de la columna eruptiva alcanzara los 600 metros, lo que da idea del incremento de la actividad explosiva.
La deformación del terreno, que experimentó un abombamiento de diez centímetros en las proximidades del volcán, ha remitido casi totalmente, según ha podido comprobar la red geodésica. Los expertos habían atribuido la hinchazón de la corteza terrestre a la acumulación del magma que pugnaba por salir a la superficie. La sismicidad va ganando fuerza, algo achacable en principio a una recarga de magma en el sistema. No en balde, en las últimas 24 horas se detectaron 138 terremotos, de los cuales 21 fueron sentidos por la población. El de mayor intensidad registró una magnitud de 4,8 y el segundo de 4,6. La lava del volcán manaba profusamente, lo que ha contribuido a que las coladas eleven su altura y se levanten por encima de los 30 metros. El magma transcurría por encima de coladas anteriores y, aunque existe el riesgo de que en algunos puntos se desborde, tendía a solaparse con las riadas primigenias. Es una buena noticia porque la colada se desplazaba por zonas ya devastadas, a la vez que iba rellenando islas.
Otro buen dato es que los vientos del sur seguirán empujando el penacho de humo y cenizas hacia el sur, lo que mejorará el funcionamiento del aeropuerto de La Palma, si bien es posible que lleguen partículas finas a El Hierro. La columna de polvo y cenizas rozaba los 3.400 metros.
La idea expuesta por el presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, de bombardear el volcán para desviar la lava, fue rápidamente desechada por los expertos. Horas después de expresarla, Curbelo también rectificó y dijo que se habían tergiversado sus palabras. El geólogo Albert Ventanyol cree que la iniciativa entraña más problemas que beneficios. Bombardear el volcán supondría destruir los tubos lávicos, canales subterráneos por los discurre el magma sin causar daños. De arrasarlos, la lava se esparciría sin control, con el riesgo de que se llevara por delante edificaciones. Esta técnica se utilizó sin éxito el siglo pasado en Sicilia para frenar el avance de las coladas del Etna.
Por su parte, el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, subrayó que el suelo invadido por la lava del volcán no será declarado protegido, competencia que corresponde a la administración que representa. «La voluntad del Gobierno canario, del Cabildo de La Palma y de los ayuntamientos de El Paso, Los Llanos y Tazacorte, y también de la sociedad civil, es recuperarlos para que sean suelos agrarios», apuntó.