Yolanda Díaz intenta blindar de rivales y egos su proyecto a la izquierda del PSOE

Miguel Ángel Alonso MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, el pasado mes de septiembre en un acto en Santiago
La vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, el pasado mes de septiembre en un acto en Santiago XOAN A. SOLER

La vicepresidenta aboga por un frente amplio alejado de las jerarquías tradicionales

18 oct 2021 . Actualizado a las 10:10 h.

Como si se tratara de un puzle, la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz quiere recomponer el fragmentado espacio político de izquierdas sumando, además, las voces de colectivos profesionales y «gente que piensa diferente». Pero su nuevo proyecto que, según sostiene, va más allá de los actuales límites de Unidas Podemos, se enfrenta a los obstáculos de siempre. Las corrientes políticas, a veces irreconciliables, los rivales que alientan las diferencias y, sobre todo, el «ruido» y los «egos», como ella lo define.

Tanto Díaz como Podemos son conscientes de que tienen dos años de legislatura por delante para cerrar un «frente amplio» que revierta la tendencia negativa que ha lastrado al espacio morado desde el 2016, cuando tocó techo con 71 diputados en el Congreso. Desde entonces se han sucedido batacazos electorales y divorcios sonados. El más traumático, el de Íñigo Errejón, ex número dos del partido, que fundó Más País tras el desencuentro con Pablo Iglesias en el 2017, sobre el rumbo del partido.

Por el momento, Errejón descarta retomar la antigua alianza con Podemos y tampoco se abre al proyecto de Díaz. Ha comprobado que la apuesta de su formación por el ecologismo o temas hasta ahora secundarios en el debate público como la salud mental pueden traducirse en rédito electoral. Su candidata en las elecciones de la Comunidad de Madrid, Mónica García, superó en votos al PSOE y a Iglesias, quien dio su adiós a la política en la noche electoral del 4 de mayo.

La vicepresidenta segunda también recela de las estructuras tradicionales y jerárquicas de los partidos -mantiene su carné del PCE por «respeto» a su familia- y reconoce que el suyo es un plan «colectivo y no personal». Pero en Podemos se empeñan en señalarla como candidata. Lo volvieron a hacer el domingo pasado tanto la secretaria general de la formación morada, Ione Belarra, como Iglesias, en su regreso a un acto del partido. El antiguo líder y exvicepresidente del Gobierno, que fue el primero en nominar en público a Díaz como su sucesora, también dejó a los suyos una recomendación: «Estoy convencido de que la dirección de Podemos va a saber acompañar a Yolanda para construir ese frente amplio de izquierdas».

Pero Díaz no solo no está deshojando la margarita, directamente desdeña cualquier candidatura. «Si cambio de opinión lo diré», afirmó. En Podemos no ocultan su dependencia del aura que rodea a la vicepresidenta segunda, sobre todo después de los sondeos que certifican su buena valoración. Pero hay voces que recelan de ese protagonismo. Juan Carlos Monedero, cofundador del partido, lanzó una advertencia a la vicepresidenta: «Podemos debe ser la nave nodriza» de este futuro proyecto.

Apoyo de «la gente decente» para lograr una revolución económica y social  

Podemos quiere que la próxima década sea la de la verdadera revolución económica y social de España, para lo que es «condición indispensable» que el partido encabece el Gobierno como fuerza mayoritaria, una tarea para la que pide el apoyo de «la gente decente». Como conclusión de su Universidad de Otoño, la formación morada ha elaborado un manifiesto que, bajo el título «Brújula para ganar una década», plantea un listado de proyectos y cambios económicos, sociales y políticos que «van a ser prioritarios» para Podemos en los próximos años. Así, «en esta década, España debe» implementar mejoras salariales, mejorar la sanidad y la educación, profesionalizar los cuidados y también «recuperar su soberanía económica, industrial y productiva».