El rey emérito espera regresar a España, según su biógrafa Laurence Debray

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

Laurence Debray, autora de la biografía del rey Juan Carlos
Laurence Debray, autora de la biografía del rey Juan Carlos Pedro Cosano

«He perdido doce kilos», le cuenta Juan Carlos I a la periodista francesa, que constata que ya no tiene la cara hinchada por los medicamentos pero que se percibe en él un halo de tristeza

04 ene 2022 . Actualizado a las 10:49 h.

El último libro de la periodista francesa Laurence Debray, la biografía de Juan Carlos I, llegó ayer a las tiendas de Francia y en él el Rey emérito muestra su deseo por volver a España desde su exilio en Emiratos Árabes Unidos, donde permanece desde agosto del 2020 y donde se siente abandonado por algunos de sus amigos que le han dado la espalda, aunque también es plenamente consciente de su situación y mantiene su deseo de no perjudicar a su hijo, según informa Europa Press.

Con motivo de la publicación, Debray fue entrevistada por la cadena de televisión francesa CNews y reiteró que Juan Carlos I «espera regresar» a España. «Es muy consciente de su situación pero no se deja invadir por la amargura», ha precisado, subrayando que desde la soledad del exilio «intenta no molestar a su hijo y no molestar a la Corona».

Pero entonces, ¿cuando va a regresar a España? Esta pregunta se la hizo Debray en una conversación telefónica previa a su visita, a mediados de noviembre pasado. «No tengo ni idea. Algunos están muy contentos de que me haya marchado», le responde el rey emérito, que también le cuenta que en Emiratos tiene «buenos amigos». La periodista no entiende por qué el optó por el exilio y considera que Felipe VI no debería haber cedido ante la insistencia del Gobierno. Este le reconoce que se enfrentaba a «muchas presiones» y cuando ella le pregunta por qué no dejó Zarzuela pero se quedó en España, por ejemplo en Galicia, su respuesta es que le habrían perseguido por todas partes los periodistas. «Desde aquí no molesto a la Corona», le admite.

¿Y no podría regresar del mismo modo en que se marchó?, le inquiere entonces la periodista. «Solo hace falta que coja un avión», afirma Juan Carlos, a quien Debray anima a defenderse y a poner en valor su legado porque nadie lo hará por él. «Las instituciones que he dejado deberían bastar. Hablan por sí mismas. Pero es cierto, se destruyen más fácilmente las instituciones que se construyen», reconoce el antiguo monarca.

Pero al mismo tiempo, a sus 83 años y tras sus muchas operaciones, incluida una a corazón abierto en el 2019, el rey emérito también parece consciente de que podría no volver de su exilio. Según cuenta Debray en el libro, tras su primer encuentro en Abu Dabi le llamó de nuevo para volverse a ver. «Mi llamada llega en mal momento. Está aún muy conmovido por el entierro del príncipe Felipe de Inglaterra, su primo político», fallecido el 9 de abril», cuenta la escritora. «Fue magnífico, verdaderamente muy emotivo y elegante», le dice Juan Carlos del funeral, a lo que ella le responde que «también se hacen buenos entierros en España». «El entierro de mi padre también fue muy bonito», le reconoce. «Ahora debo pensar en el mío», agrega, lo que hace a la periodista preguntarse si «España le organizará funerales a su altura» y quién asistirá llegado el momento.

«No va vestido de rey»

En su libro Mon roi déchu (Mi rey caído), Debray expresa su fascinación por Juan Carlos I y repasa los encuentros que ha mantenido con él en los últimos años, el último de ellos en el exilio la pasada primavera. Tras varias conversaciones telefónicas y mensajes de WhatsApp durante el confinamiento, la escritora viajó a Emiratos el pasado mes de abril para reunirse en persona con él, a quien admite que esperaba encontrar «en un castillo» pero quien «no va vestido de rey» sino con ropa deportiva que le hace parecer a «un turista estadounidense» cuando la recibe.

«He perdido doce kilos», le cuenta el Rey emérito a Debray, que constata que este ya no tiene la cara hinchada por los medicamentos y tiene un aire saludable pero también se trasluce de él un halo de tristeza, aunque mantiene «su risa franca, de niño».

Juan Carlos, que ha saludado sin problemas con dos besos a la escritora tras pedirle que se quite la mascarilla -«siempre ha amado el riesgo», dice ella-, «se levanta con problemas y avanza con paso inseguro con ayuda de un bastón», precisa en su descripción del encuentro. Según Debray, «su distancia no le impide estar informado de todo». «España sigue estando evidentemente en el corazón de sus preocupaciones y el futuro de la monarquía es la primera de sus inquietudes», asegura.

En ese encuentro, el Rey emérito «habla abiertamente de la situación delicada en la que se encuentra y, con un cierto pudor, de los amigos que le han dado la espalda. Incluso aquellos que le deben la riqueza y la fama», si bien la periodista no da ningún nombre. Pese a todo, «no se queja de nada, solo constata, resignado», añade. El antiguo monarca, muy al día ya que usa WhatsApp y Zoom según la escritora, reconoce que lo que más echa de menos de España es «la comida», aunque confiesa que uno de sus amigos le hace llegar jamón serrano.

Su padre, su verdadero mentor

De la relación con don Juan, su padre, el rey emérito habló en un encuentro con Debray en el 2014, cuando aún estaba en la Zarzuela. «Él fue su verdadero mentor. Me dijo que estaba lejos físicamente pero moralmente estaba a mi lado», recuerda Defray. En este sentido, le confesó su pesar por no haber dado la importancia que tenía al acto en el que don Juan renunció a sus «derechos dinásticos» para que su hijo pudiera convertirse en rey de España. «Fue una jornada muy emotiva. Me arrepiento de no haberle atribuido más énfasis. Si tuviera que hacerlo de nuevo, le daría más importancia», le reconoció.

En cuanto a la mala relación entre su padre y Franco, el entonces monarca reconoció que era una «pelota de ping-pong» entre ambos hombres. «No me sentía dividido porque, en Madrid, sabía como tenía que actuar o comportarme. De un lado, estaba mi padre, del otro Franco. En España no podía mezclar a los dos», le explicó, reconociendo que tuvo que habituarse a la situación porque «no había otra opción». Con Franco, le contó, «había una cierta confianza entre nosotros, pero creo que me estudiaba todo el tiempo». «Intentaba conocer mi mentalidad, mis pensamientos. Yo intentaba ser yo mismo, ser natural con él».

Del dictador volvieron a hablar en su último encuentro en Abu Dabi. Entonces, Debray le preguntó qué le había dejado Franco. «Una clase media. Sin ella, no habría podido llevar a cabo la Transición», fue su respuesta.