Aragonés rebaja la tensión con JxCat y rechaza el referendo que le exige la CUP

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el consejero catalán de Economía y Hacienda, Jaume Giró, este miércoles, en el debate de política general del Parlamento catalán.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el consejero catalán de Economía y Hacienda, Jaume Giró, este miércoles, en el debate de política general del Parlamento catalán. DAVID ZORRAKINO / EUROPA PRESS

Salvador Illa ofrece al presidente catalán los votos del PSC si rompe con sus socios

30 sep 2021 . Actualizado a las 09:07 h.

ERC y JxCat tratan de rebajar sus tensiones para no poner en riesgo la legislatura catalana. Pese a sus diferencias en torno a la mesa de diálogo, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, y el portavoz de JxCat, Albert Batet, trataron este miércoles, durante el debate de política general, de aparcar las diferencias y tender puentes para recomponer la relación. Aragonés prefirió centrar sus críticas en la CUP, cuyos votos son también imprescindibles para la mayoría independentista, por exigir ahora un referendo independentista antes del 2025 sin esperar al resultado de la mesa de diálogo. «El acuerdo de investidura dice lo que dice y lo cumpliremos», señaló Aragonés, recordando que, aunque la CUP pone «condiciones nuevas» el pacto de investidura «no ponía fechas». 

«Ponga fecha al referendo»

«Presidente, ponga fecha al referendo, no pierda el tren de Escocia», le había dicho poco antes el portavoz de la CUP, Carles Riera, que tachó de «fracaso absoluto» la mesa de diálogo y acusó a Aragonés de estar «jugando la carta de la desactivación del conflicto, de la desescalada de la confrontación» y de no cumplir con el acuerdo de investidura. La formación antisistema lanzó una advertencia al señalar que para negociar con ellos los Presupuestos Aragonés debe dar un giro total y cumplir los compromisos del acuerdo de investidura. 

Junts pide unidad a ERC

Mucho menos hostil fue el debate con JxCat. Aunque reivindicó de nuevo el valor de la mesa de diálogo, Aragonés valoró «el trabajo en el exilio», en referencia al expresidente catalán Carles Puigdemont, al que mostró su solidaridad. El portavoz de Junts renunció también a las duras críticas que su partido hace fuera del hemiciclo a la posición de ERC en la mesa de diálogo y escogió como antagonista al Gobierno de Sánchez y al PSC, a los que reprochó que no tengan una «voluntad real» de llegar a un pacto. «Todos los poderes del Estado trabajan como una apisonadora, de manera constante y sin límites», afirmó, acusando a los socialistas de haberlos vetado en la mesa de diálogo.

JxCat exigió a Aragonés, eso sí, una «cultura de coalición» para «tener la máxima estabilidad e ir todos a la una» en el objetivo de alcanzar la independencia y mantener la estabilidad de la legislatura. Recordó al dirigente de ERC que en el Ejecutivo catalán hay «un empate técnico» y se trata de un Gobierno de coalición, y no de subordinación».

El líder del PSC, Salvador Illa, trató sin embargo de ahondar en las diferencias entre ERC y JxCat y se ofreció a Aragonés para prestarle su apoyo parlamentario si rompe con JxCat por su posición de rechazo al diálogo. «Creo que ve que no acabamos de ir bien. Si usted en algún momento tiene el coraje de intentar enderezar el rumbo, a nosotros y a mí nos tiene a su lado», señaló. El líder de los socialistas catalanes emplazó también al portavoz de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, y al del PP, Alejandro Fernández, a ejercer una política útil y acusó a JxCat de estar utilizando el «cinturón negro de judo en política, con la táctica del empuje del contrario usándola en beneficio propio».