La mesa de diálogo pacta trabajar de modo discreto y de forma periódica

Redacción LA VOZ

ESPAÑA

Integrantes de la mesa de diálogo, por el Gobierno, los ministros Isabel Rodríguez (Política Territorial) y Félix Bolaños (Presidencia), el presidente Pedro Sánchez; la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; y el titular de Cultura, Miquel Iceta; y por la Generalitat, su presidente Pere Aragonès, y los consejeros Laura Vilagrà (Presidencia) y Roger Torrent (Empresa).
Integrantes de la mesa de diálogo, por el Gobierno, los ministros Isabel Rodríguez (Política Territorial) y Félix Bolaños (Presidencia), el presidente Pedro Sánchez; la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; y el titular de Cultura, Miquel Iceta; y por la Generalitat, su presidente Pere Aragonès, y los consejeros Laura Vilagrà (Presidencia) y Roger Torrent (Empresa). Jordi Bedmar | GENERALITAT

Carpetazo temporal a la ampliación del aeropuerto de El Prat, aunque el compromiso a llevar a cabo la inversión de 1.700 millones se mantiene para más adelante

16 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los representantes del Gobierno y de la Generalitat en la mesa de diálogo sobre Cataluña celebrada ayer acordaron trabajar a partir de ahora de forma discreta y en encuentros periódicos. Así consta en los comunicados emitidos por ambas partes al término de esta reunión celebrada después de la que mantuvieron en el palacio de la Generalitat el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

Hay coincidencia en que las posiciones están alejadas y algunos párrafos de los comunicados lo demuestran, pero también en la disposición al diálogo para intentar llegar a acuerdos, informa Efe. El Gobierno fía principalmente esa esperanza a que se avance en la denominada agenda del reencuentro, un documento que ha realizado con 44 de las 45 demandas que ha recopilado de los presidentes de la Generalitat en los últimos años. La que queda fuera es la apuesta por la autodeterminación y la celebración de un referendo.

Si Sánchez entregó una copia de esa agenda a Aragonès, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, coordinador de la delegación del Ejecutivo central, se la ha dio también a los representantes de la Generalitat en la mesa.

El Gobierno recalca que esta agenda pretende sentar las bases de un proyecto de unidad donde se recuperen los afectos y donde Cataluña vuelva a ser uno de los motores económicos de España. «Es una invitación al diálogo y al acuerdo y supone una ampliación de horizontes, incorporando otras materias, como las infraestructuras, el crecimiento económico, la sanidad, los servicios sociales y el medio ambiente; y es un compromiso con la ciudadanía catalana», afirma el comunicado de la Moncloa. 

Tono «constructivo»

En cuanto a la ampliación del aeropuerto de El Prat, el presidente del Gobierno se mostró taxativo y afirmó que el proyecto queda «aparcado» ante la falta de consenso entre las fuerzas dirigentes en Cataluña para acometer una inversión de esta envergadura, 1.700 millones. «Hemos constatado que ahora, a juicio del Gobierno, no existe una posición madura del Ejecutivo catalán para abordar una inversión que para el Gobierno es estratégica. No hay novedades, el proyecto no está maduro y por lo tanto el Gobierno aparca esa ampliación», remató Pedro Sánchez, informa Colpisa. Ahora bien, en uno de los puntos de la agenda se señala el compromiso del Gobierno a velar por «mantener sus planes de ampliación y mejora del aeropuerto de Barcelona».

Por su parte, el Gobierno catalán destaca en su comunicado que su delegación ha trasladado su apuesta por «la amnistía y la autodeterminación» como vías para resolver el «conflicto político». Asimismo, aprovechó el encuentro para reclamar al Gobierno que en la mesa solo se hable del mencionado conflicto, y que los debates relacionados con inversiones o infraestructuras se dejen para las comisiones bilaterales.

Pese a las «posturas alejadas» entre las dos delegaciones, la Generalitat celebra el tono «constructivo» del encuentro, que en su opinión ha sido «operativo» para empezar a trabajar en pos de un acuerdo, que el Gobierno catalán recalca que «deberá ser avalado por la ciudadanía de Cataluña a través de una votación».