Sánchez y Aragonés intentarán aislar la mesa de diálogo del enfrentamiento externo

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Sánchez y Aragonès, durante su encuentro en la Moncloa el pasado junio.
Sánchez y Aragonès, durante su encuentro en la Moncloa el pasado junio. SERGIO PEREZ | rEUTERS

Llegan a la reunión de esta semana con posturas irreconciliables que deberán modular para evitar que el foro descarrile sin empezar

13 sep 2021 . Actualizado a las 10:49 h.

Llegó el momento para la reunión del Gobierno de Pedro Sánchez y de la Generalitat de Pere Aragonès después de meses hablando de ella, y las posibilidades de que sea fructífera son remotas. Todo apunta a que la cita en Barcelona será el jueves aunque la fecha, la agenda y la composición de las delegaciones siguen sin cerrarse.

Aragonès considera que es un éxito en sí que el encuentro sea posible porque hasta hace nada era «impensable» un diálogo en pie de igualdad.

Y ahora, presume, «Cataluña está a las puertas de hacer una cosa que no había conseguido nunca antes: abrir una negociación con el Estado, de Gobierno a Gobierno, para abordar el conflicto». Sánchez, sin restar trascendencia a la mesa, quiere rebajar el perfil para que Cataluña no eclipse su amplia agenda legislativa y sea el monotema de la vida política.

En lo que coinciden es en meter el foro en una burbuja que lo aísle del fragor externo que rodea las relaciones entre los dos Gobiernos y sus respectivos socios, una abstracción difícil. Los prolegómenos, con la crisis de la frustrada ampliación del aeropuerto de El Prat, han enrarecido el ambiente y no invitan al optimismo sobre el futuro, aunque Aragonès espera que la reunión de esta semana tenga continuidad y se convoque cada «dos o tres meses».

Desde la Moncloa insisten en el mensaje de que la situación es mejor que hace dos años con las calles de Barcelona incendiadas tras la sentencia del Supremo a los líderes del 1-O y una incomunicación casi total, pero la realidad es que la Moncloa y el Govern acuden a la reunión con agendas imposibles de casar.

El documento base del Gobierno de Sánchez es la denominada agenda para el reencuentro, una relación de 44 puntos con las demandas históricas de la Generalitat al Ejecutivo central. La carpeta catalana es mucho más escueta, amnistía y autodeterminación referendo mediante y hasta con fecha tentativa, antes del 2030.

«Nuestro marco es la Constitución y la ley y de ahí no nos vamos a salir», advirtió hoy una vez más la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. «La amnistía y la autodeterminación son irrenunciables», replicaron desde Esquerra Republicana, acogotada por la presiones de sus socios de Junts sobre la «inutilidad» del diálogo.

El Govern sostiene que la mesa es para encontrar una «solución al conflicto político», no para pactar infraestructuras y transferencias, que tienen su cauce en la comisión bilateral de ambas administraciones.

Solucionar lo posible

En la Moncloa defienden que se trata de hallar «soluciones a lo posible», y el mejor camino, apuntó hoy el ministro de Cultura, Miquel Iceta, es «dar respuesta a las reivindicaciones de los presidentes de la Generalitat» y que están concentradas en la agenda para el reencuentro.

Otro ministro, el de Presidencia, señaló este domingo en una entrevista en eldiario.es que «a los catalanes lo que les preocupa es luchar contra la pandemia, que el crecimiento económico sea potente, que haya avances en derechos sociales y libertades». El camino, añadió Félix Bolaños, es «hablar de lo que nos une» y «el referendo no es la solución». En paralelo al cruce de declaraciones, la Moncloa y el Palau de la Generalitat no dejan de intercambiar borradores del orden del día.

También queda por resolver la incógnita sobre la presencia de Sánchez. El Gobierno mantiene la incertidumbre pero parece improbable que no asista. Si se ausenta la representación gubernamental estaría encabezada por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y supondría dar a Podemos la jefatura. Además acudirán los ministros de Política Territorial, Presidencia, Cultura, Transportes, Raquel Sánchez, y Universidades, Manuel Castells.

Por la parte catalana, estarán Aragonès, la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, y de Empresa, Roger Torrent. Los tres de Esquerra. Junts se reserva los nombres hasta comprobar que Sánchez estará en la mesa.