El joven de Malasaña sobre la falsa agresión: «Se me fue de las manos»

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Más de 600 personas se concentraron este miércoles en Sol contra las agresiones al colectivo LGTBI
Más de 600 personas se concentraron este miércoles en Sol contra las agresiones al colectivo LGTBI SERGIO PEREZ | REUTERS

La Fiscalía decidirá si lo imputa por simulación de delito, lo que podría suponer una pena de seis a doce meses de cárcel, mientras que fuentes policiales llaman a la calma: «Que sea un contexto consentido no implica que a alguien le guste que le causen heridas físicas ni cómo ocurrió»

09 sep 2021 . Actualizado a las 19:47 h.

El joven de 20 años, que ayer admitió que denunció falsamente haber sido víctima de un brutal ataque homófobo en Malasaña, confesó ante los agentes que «se le había ido de las manos» y que «solo quería tapar» lo ocurrido para que no se enterara su novio, ya que se dedica de manera eventual a la prostitución masculina y las heridas fueron fruto de una relación consentida.

Tras su declaración en la Policía Nacional, el hombre se trasladó a su domicilio. Allí señaló que «yo no quiero hablar con nadie, lo único que quiero es que me trague la tierra», según recoge Telecinco. 

El diario ABC apunta que los investigadores le dijeron al joven que «no podemos consentir que el colectivo LGTBI esté atemorizado, y que esta tarde haya altercados o se ataque a policías en la manifestación. Tienes que contarnos la verdad». Así, el chico les comentó que «yo solo quería que me curaran las heridas y que se mantuviera mi identidad en secreto», admitió. 

El joven señaló que tras ver las marcas en la nalga, y en el labio llamó a su novio, le hizo unas curas y luego fueron al centro de salud. Allí la enfermera le dijo que si eran fruto de una agresión, por protocolo, tenía que dar parte a la Policía.

A pesar de que el chico confesó que las agresiones fueron consetidas, según ABC fuentes policiales recalcan que :«Que sea un contexto consentido no implica que a alguien le guste que le causen heridas físicas ni cómo ocurrió», y apelan a la calma. En este sentido, los agentes ponen de ejemplo las agresiones o vejaciones que en ocasiones deben soportar quienes se dedican a la prostitución y que casi nunca se denuncian.

Ahora será la Fiscalía quien decida si imputa al varón de 20 años por simulación de delito. Fuentes de la investigación señalaron a Efe que los agentes ya han enviado el atestado completo a los juzgados de Plaza de Castilla con todos los detalles de las pesquisas y la confesión del chico.

La causa está pendiente de reparto entre los juzgados de instrucción de Madrid, pero en todo caso tendrá que ser la Fiscalía la que decida si impulsa la acción contra él por simulación de delito, siempre y cuando no se persone en la causa ninguna acusación popular. En caso de no pedir la imputación del individuo, el caso se archivará, según estas mismas fuentes.

La simulación de delito, tipificada en el artículo 457 del Código Penal, contempla una multa de seis a doce meses de cárcel para la persona que, ante algún funcionario, «simulare ser responsable o víctima de una infracción penal o denunciare una inexistente, provocando actuaciones procesales». Es diferente a la infracción de denuncia falsa, ya que esta directamente señala o culpa de un delito a una persona o personas concretas.

La Policía Nacional también se pondrá en contacto con las otras dos personas participantes en el acto sexual para corroborar la versión del joven y si las heridas de verdad fueron consentidas. 

 Siguen las concentraciones LGTBI

Para el sábado, el colectivo LGTBI+ de Madrid, COGAM, ha convocado una concentración para las 19.00 en la Puerta del Sol contra la «espiral de agresiones» que están sufriendo, tanto en la capital como en otras ciudades del país. Se trata de la segunda convocatoria, tras la realizada ayer por la noche, también en la céntrica plaza madrileña. A la manifestación acudieron más de 600 personas, según fuentes policiales, que, entre otras consignas, gritaron: «Nos matan, nos matan y aquí no pasa nada», han gritado los manifestantes».

La concentración fue convocada por el movimiento Marika Madrid, que, pese al cambio en la versión del joven, decidió continuar con la protesta por «todas las agresiones, en Toledo, Melilla, Castellón y Vitoria, que no pueden quedar impunes». Durante la misma, se escucharon gritos como «A Samuel lo mataron por ser maricón», recordando el asesinato al joven de A Coruña, y otras expresiones contra el líder de Vox, Santiago Abascal, a quien acusaban de «criminal».

Sobre las 21.30 horas, los asistentes leyeron un manifiesto en el que pedían seguir saliendo a las calles para protestar contra las agresiones. «Ni una agresión más, ni una muerte más. Basta de gente en los armarios, basta de gente sufriendo por su familia, basta de gente perseguida en colegios, en los puestos de trabajo, por la calle, en el metro».

Finalmente, la concentración fue desconvocada alrededor de las 22.00 horas en Sol, con intención de terminar en la puerta de la sede del Ministerio de Justicia. Sin embargo, agentes de la Policía no permitieron el traslado y cortaron el paso en la calle del Carmen. Desde la organización respetaron las directrices pidiendo a los participantes «no repetir la imagen» ocurrida en la reivindicación por la muerte de Samuel.

Marlaska pide no banalizar los delitos de odio y cree que no debe dimitir

Sánchez mantiene la reunión de la comisión de delitos de odio para este viernes y Vox cuestiona el encuentro en una semana que califica de «ridícula»

La Voz

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha pedido no banalizar los delitos de odio y estima que no debe dimitir por las manifestaciones que ha realizado sobre la falsa agresión de Malasaña.

Marlaska ha hecho estas declaraciones tras la confesión del joven de 20 años, que denunció haber sufrido un ataque homófobo en el barrio madrileño. «Evidentemente, me enteré ayer a media tarde, cuando declaró el denunciante sobre los hechos, que modificó su declaración, y buena prueba de ello es que inmediatamente el propio Ministerio del Interior, siendo conocedor de lo que este asunto había atraído a la opinión pública, dio la noticia y expuso lo que había acontecido en el desarrollo de la investigación», ha asegurado tras las acusaciones de PP y Vox. Según ha explicado, la Policía no le trasladó antes ninguna sospecha sobre las incoherencias del denunciante y el Ministerio informó en cuanto tuvo conocimiento.

Sobre la petición de partidos de la oposición de que dimita por este episodio ha dicho: «Yo la única responsabilidad que asumo es la de seguir trabajando, y lo que me preocupa mucho es que, ante un acontecimiento como este, parece ser que todo el mundo olvida que se han incrementado los delitos de odio en el último año en un diez por ciento». Y ha añadido: «A mí lo que me parece grave es que banalicemos algo tan importante como estos hechos que nos deberían preocupar a todos, porque implican y determinan un ataque a lo que es la base de una democracia, que son los derechos humanos, las libertades fundamentales y la dignidad de las personas». 

Se mantiene la comisión de delitos de odio

El Gobierno sigue con los preparativos de la reunión de la comisión de seguimiento del Plan de lucha contra los delitos de odio que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convocó el lunes de urgencia para este viernes, a raíz de conocerse una supuesta agresión homófoba en Madrid.

De este modo, Moncloa no tiene previsto desconvocar el encuentro, que presidirá el propio Sánchez, según han informado a Europa Press fuentes gubernamentales. El Ejecutivo sostiene además que el caso se sigue investigando, tal y como ha informado el Ministerio del Interior.

Sánchez declaró este miércoles que «no habrá otra vez armarios. Lo que sí que habrá y hay es un Gobierno comprometido con la diversidad y que va a poner todos los medios para evitar los delitos de odio». 

El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, calificó de «muy serio y muy triste» la denuncia falsa de una agresión a una persona LGTBI en Madrid y cuestionó la conveniencia de celebrar la comisión de seguimiento del plan de lucha contra los delitos de odio en una semana que califica de «ridícula».