Arrimadas refuerza el discurso liberal de Ciudadanos y advierte al PP de que no se rendirán nunca

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, durante su intervención este domingo en Madrid en la clausura de la primera convención política de su formación.
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, durante su intervención este domingo en Madrid en la clausura de la primera convención política de su formación. FERNANDO ALVARADO / EFE

Los críticos evitan atacar a la líder del partido en una convención que rompe definitivamente con el legado de Albert Rivera

19 jul 2021 . Actualizado a las 09:06 h.

«Lucharemos en las playas, en las pistas de aterrizaje, en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas. No nos rendiremos jamás». En junio de 1940, cuando el mundo entero daba por hecho que el Reino Unido sería invadido por Alemania, Winston Churchill pronunció un discurso que insufló ánimo a los británicos y cambió la historia. Este domingo, en el cierre de la convención de Ciudadanos, Inés Arrimadas trató de levantar la moral de un partido al que muchos ven fagocitado por el PP a corto plazo. «No nos rendimos nunca. Y no se puede vencer a quien nunca se rinde», advirtió Arrimadas al PP, en un discurso en el que reivindicó a Cs como único y genuino representante del liberalismo en España.

Sea cual sea el destino de la formación, la convención marca un antes y un después porque el único antecesor en el liderazgo del partido, Albert Rivera, ni acudió al cónclave ni fue citado una sola vez por Arrimadas. En Cs lo ven ya integrado en el PP. Olvidada la aspiración de convertirse en el partido hegemónico de la derecha española, Cs se marca ahora como objetivo la supervivencia política, afianzando el ideario liberal frente a la socialdemocracia que inspiró su fundación, con el proyecto de volver a ser un partido bisagra imprescindible para formar gobiernos de coalición.

«El nuestro es un espacio que no puede representar ningún otro partido», afirmó Arrimadas para marcar un territorio propio, proclamando que esta convención es «el punto de partida para relanzar el proyecto liberal y de centro en España». En una intervención de más de una hora ante un reducido auditorio de 300 personas, llamó a la unidad de un partido en el que el fiasco de la moción de censura intentada junto al PSOE en Murcia no solo ha provocado una fuga de dirigentes hacia el PP, sino que también ha abierto grietas entre los que se quedan, incluidos los pocos que tienen poder político real. A ellos, Francisco Igea en Castilla y León o Juan Marín en Andalucía, pero también a destacados dirigentes críticos como el eurodiputado Luis Garicano, les reconoció Arrimadas su labor.

Los críticos evitan el choque

Conscientes del momento crítico que atraviesa una formación que se está jugando su propia supervivencia política, tampoco ninguno de los críticos utilizó esta convención para tratar de debilitar el liderazgo nacional de Arrimadas, a pesar de que su gestión haya sido muy cuestionada, no solo por los malos resultados electorales, sino también por una estrategia errática en la relación con el Gobierno socialista de Pedro Sánchez.

Después del ejercicio de autocrítica que hicieron el sábado la propia Arrimadas y el portavoz adjunto y hombre fuerte del partido, Edmundo Bal, este domingo no hubo espacio para muchos lamentos. Aunque la líder del partido admitió que se han cometido errores «en estos 15 años», incluyendo así la etapa de Rivera, afirmó que «otros, además de errores, cometen infamias y delitos». «El futuro no está escrito. Huid de los cenizos y los pesimistas que tratan de sacar conclusiones de lo que va a pasar en este país o en este partido», concluyó