Ayuso se reivindica como «contrapeso» de Sánchez y su estrategia en Cataluña

Paula de Las Heras | Juan vargas MADRID / COLPISA | EFE

ESPAÑA

J. Hellín | Europa Press

El Gobierno reprocha a la presidenta de la Comunidad de Madrid que use la Moncloa de «plataforma de confrontación»

09 jul 2021 . Actualizado a las 20:49 h.

Habló de cuestiones estrictamente relacionadas con la Comunidad de Madrid, pero poco. Isabel Díaz Ayuso defendió ayer que los presidentes autonómicos no pueden preocuparse solo por lo que pasa en su «terruño» y aprovechó su primera entrevista en la Moncloa con Pedro Sánchez, tras su victoria electoral del 4 de mayo, para ejercer de líder nacional, «contrapeso» del Gobierno, según sus propias palabras, y azote de la estrategia hacia Cataluña. No es que se calentara con las preguntas de los informadores. Todo formaba parte de una estrategia calculada.

Tras hora y media de encuentro, la presidenta madrileña compareció en la sala de prensa del complejo presidencial y descargó del tirón un arsenal contra el presidente del Gobierno. «Mi principal misión en esta reunión ha sido recordarle cuál es nuestro proyecto como comunidad y preguntarle cuál es el suyo, adónde quiere llevar a España, cuánto cuesta el chantaje independentista, si va a dejarse engañar por ellos y si va a permitir —leyó— que roben España a los españoles».

Esa búsqueda del cuerpo a cuerpo con Sánchez no es nueva. Siempre se ha interpretado, de hecho, que fue uno de los factores que contribuyeron al éxito de Ayuso en los pasados comicios de Madrid, en los que no solo fagocitó el electorado de Ciudadanos sino que, conforme al estudio poselectoral del CIS, conquistó a casi uno de cada diez votantes socialistas del 2019. La diferencia es que antes el Ejecutivo también alentaba el choque. Ahora, no tanto.

La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, no dejó sin respuesta acusaciones como la de que la actuación de Sánchez conduce a «una ruptura del orden constitucional, a un cambio de modelo y a un cambio de país» o que «si sigue por ese camino habrá que elegir: su futuro o el del país», pero se centró en defender las ayudas económicas que el Ejecutivo ha puesto a disposición de las autonomías, y especialmente de Madrid, durante la pandemia. «Desde el primer día, el presidente ha estado trabajando por la unidad de España», adujo.

Montero también censuró, aunque de modo indirecto, que Ayuso utilizara su cita en la Moncloa como «plataforma de confrontación» y pusiera el foco en Cataluña. «Es obvio que el Gobierno respeta las posiciones de todos, pero estas reuniones deberían ser una oportunidad para profundizar en los problemas de los madrileños, el avance de la vacunación o el aprovechamiento de los fondos de recuperación», se limitó a apuntar.

Lealtad institucional

Ayuso no solo atacó la estrategia de Sánchez por una cuestión de principios. «El nacionalismo es un lobo hambriento y creo que nos vamos a arrepentir durante muchos años por haberle dado tantas alas. Entiendo que todos los Gobiernos quieran poner lo mejor de su parte —concedió por un momento—, pero creo que no va a ser así como solucionemos este problema». Además, argumentó que el Ejecutivo agravia a las autonomías que actúan, dijo, con «lealtad» al Estado.

La dirigente del PP mantuvo que la armonización fiscal demandada por algunas comunidades socialistas, en especial por la valenciana, es un ataque a los madrileños y el hecho de que ERC la introdujera como exigencia para aprobar los Presupuestos solo contribuyó a engordar su discurso. «Ni Madrid ni ningún otro territorio pueden seguir dejándose pisar por los que odian a España», subrayó.

De la pomposidad de las 24 banderas a una sobria escenografía

Si la primera reunión entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso el pasado mes de septiembre estuvo marcada por la crisis del coronavirus y la imagen de ambos rodeados de 24 banderas de España y la Comunidad de Madrid, en la segunda celebrada este viernes el tema central fue Cataluña y la escenografía mucho más sobria. La cita, de una hora y media de duración, tuvo lugar en el palacio de la Moncloa, lo que supuso un cambio de escenario respecto a la reunión concertada en septiembre del 2020, en la que Ayuso ejerció como anfitriona en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. No fue el único cambio, pues entonces el cónclave estuvo marcado por la pandemia y las desavenencias en la gestión sanitaria entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno, una constante durante la crisis.

La tregua duró 20 tensos días

En su encuentro anterior, Sánchez y Ayuso escenificaron su tregua con una comparecencia conjunta en la que, flanqueados por dos docenas de banderas de España y Madrid, anunciaron la creación del Grupo Covid-19 para coordinar el trabajo de las dos administraciones. La paz duró apenas 20 tensos días, los que tardó el Gobierno en decretar el estado de alarma en la capital y ocho municipios madrileños por su alta incidencia, y desde entonces las relaciones entre ambos Ejecutivos no han levantado cabeza.

Diez meses después, la presidenta Ayuso acudió a la Moncloa avalada por su amplia victoria electoral del 4 de mayo y convencida de su rol como contrapeso a un Gobierno cuyos intereses, considera, son «distintos» de los de los españoles. En esta ocasión, Sánchez recibió a Ayuso en la escalera de acceso al edificio del Consejo de Ministros del complejo de la Moncloa y ambos se saludaron chocando sus puños. Tras posar brevemente para los informadores gráficos sin mascarilla y algo más sonriente el jefe del Gobierno que Ayuso, ambos accedieron al interior del edificio para el inicio de su entrevista, que comenzaron ya protegidos con mascarillas.

Aunque la reunión se concertó en un clima de tensión entre ambas administraciones por los indultos a los líderes presos del procés, Ayuso —que luego dio una rueda de prensa en solitario— agradeció la invitación y «el ambiente» del encuentro con Pedro Sánchez.