Tensión en el Gobierno ante la posibilidad de una inminente remodelación del Ejecutivo

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, en el Congreso
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, en el Congreso EUROPA PRESS / E. Parra. POOL

Podemos rechaza rebajar su cuota de cinco ministros aunque Sánchez redujera las carteras

07 jul 2021 . Actualizado a las 08:37 h.

La tensión en el seno del Gobierno ante una remodelación que se da por hecha va en aumento a medida que pasan los días sin que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, la confirme o la desmienta. La incertidumbre es tal, que empieza a cundir la tesis de que los cambios son inminentes porque prolongar la duda hasta septiembre, cuando el jefe del Ejecutivo pretende que se visualice un punto de inflexión en la legislatura, podría afectar negativamente a la economía y a la propia estabilidad del Gobierno.

Además de la inquietud que genera entre los ministros socialistas que ven posible que Sánchez decida relevarlos, la remodelación genera tensión entre los socios de coalición. Unidas Podemos reivindica su libertad para decidir sus representantes en el Ejecutivo y rechaza también reducir su cuota de cuatro miembros en el Consejo de Ministros, incluso en el caso de que haya una reducción de carteras. Algo que se da también por hecho.

 Un Ejecutivo más presidencialista

La formación del primer Ejecutivo de coalición de la democracia obligó a Sánchez a diseñar un Gabinete muy amplio, con 22 ministerios. Pero, asentado en un modelo muy presidencialista, el líder del PSOE optaría por una reducción de carteras que le permitiría mayor control en las decisiones y, al tiempo, evitar fricciones y competencia política entre algunos departamentos.

La principal incógnita es ahora mismo si Sánchez dará el paso de prescindir de Carmen Calvo como vicepresidenta primera. Su derrota en la pugna interna con la ministra de Igualdad, Irene Montero, en la ley Trans ha debilitado a Calvo, que mantiene también fuertes tensiones con el jefe del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Iván Redondo.

El relevo de Carmen Calvo sería un caso similar al de María Teresa Fernández de la Vega, que fue destituida por José Luis Rodríguez Zapatero como vicepresidenta primera en el ecuador de su segunda legislatura. Si en el 2010 a ella la sustituyó Alfredo Pérez Rubalcaba, a Calvo podría relevarle el catalán Miquel Iceta con el objetivo de comandar la mesa de negociación con la Generalitat con la que el Sánchez aspira a poner fin al «conflicto político» en Cataluña. Otros opinan, sin embargo, que Sánchez no dará el paso de prescindir de Calvo porque daría una imagen de debilidad ante Unidas Podemos.

 Marlaska y González Laya

Solo ese argumento, el de evitar la impresión de que cede a las presiones, podría evitar que el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, muy desgastado, fuera uno de los relevados. Un caso similar es el de la responsable de Exteriores, Arancha González Laya, una de las grandes decepciones de Sánchez, cuya destitución podría ser vista sin embargo por Marruecos como un triunfo tras la crisis de Ceuta.

Menos problemático se presenta el relevo de otra ministra que figura en todas las quinielas, la titular de Educación, Isabel Celaá, dado que ella misma ha enviado señales de que, tras conseguir aprobar la ley de Educación, aunque no sin polémica, y a sus 72 años, estaría pensando en dejar sus responsabilidades en el Ejecutivo.

Pero la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, podría aprovechar también la crisis para relevar al titular de Consumo, Alberto Garzón, dentro de la cuota de Unidas Podemos. Pablo Iglesias ya intentó sacarlo del Gobierno ofreciéndole ser el candidato en Madrid. Ahora, se le ha ofrecido ser el cabeza de cartel de Unidas Podemos en Andalucía, pero también lo ha rechazado.

Sánchez inicia su gira por el Báltico sin hacer referencia a los posibles relevos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, eludió este martes pronunciarse sobre la posible remodelación del Gobierno en el arranque de su visita oficial a Estonia, enmarcada en una gira báltica de tres días que le llevará también a Letonia y Lituania. El jefe del Ejecutivo compareció en rueda de prensa junto la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, pero evitó referencias asuntos internos, excepto para precisar que el Gobierno estudiará la decisión de la Generalitat de crear un fondo de ayuda a los líderes del procés para determinar si se ajusta a derecho o, en caso contrario, recurrir esa medida.

El periplo báltico tiene como motivo la celebración el centenario del establecimiento de relaciones diplomáticas de España con estas tres repúblicas. A finales de julio, el jefe del Ejecutivo tiene en su agenda otro viaje a Estados Unidos, donde se reunirá con inversores de Wall Street y de Silicon Valley, aunque no con el presidente, Joe Biden. Esa nutrida agenda internacional jugaría a favor de la tesis de que los cambios no llegarán hasta septiembre.

Iceta no da pistas

La posible remodelación tendría como objetivo relanzar el Ejecutivo escenificando con ese movimiento la idea, repetida por el propio Sánchez, de que, una vez aprobados los indultos a los líderes del procés, con los que pretende normalizar la situación en Cataluña, y con el plan de vacunación muy avanzado, en septiembre comienza una nueva etapa de la legislatura centrada en la recuperación económica. Si la remodelación, que se da prácticamente por segura en el propio Gobierno, no se consuma en los próximos días, en el PSOE consideran que quedaría ya para septiembre, ya que hacerlo a final de mes haría que en agosto, con casi todo el país de vacaciones, se diluyera ese efecto de relanzamiento político,

El ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, uno de los que cotizan al alza en las quinielas, no dio tampoco pista alguna al ser preguntado por los posibles cambios en el Gobierno. «La verdad es que me gusta mucho el que tengo y tengo mucho trabajo», indicó Iceta, aclarando que no está pensando «en otras cosas».