Sánchez y Aragonès constatan sus diferencias y ganan tiempo aplazando a septiembre la mesa de negociación

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente del Gobierno recibe al presidente de la Generalitat en el Palacio de la Moncloa
EUROPA PRESS / R.Rubio.POOL

El presidente catalán insiste en reclamar la amnistía, la autodeterminación y el regreso en libertad de los «exiliados»

29 jun 2021 . Actualizado a las 22:11 h.

Pedro Sánchez y Pere Aragonés constataron este martes lo complicado que será llegar a un acuerdo para normalizar la situación en Cataluña. El presidente de la Generalitat apenas se movió de su discurso previo e insistió en reclamar la amnistía y la autodeterminación como única salida y aclaró que eso es lo que planteará en la mesa de negociación. Y exigió además el «fin de la represión» y el retorno en libertad de los «exiliados», en referencia al expresidente catalán Carles Puigdemont y el resto de los fugados de la Justicia. Como estaba previsto, Sánchez situó la amnistía y la autodeterminación como líneas rojas del diálogo que no podrá traspasar y puso el acento en la posibilidad de buscar «puntos de encuentro» que favorezcan «la concordia y la convivencia en Cataluña» para «pasar página». Pero ambos evitaron que ese desacuerdo inicial bloqueara el diálogo.

Durante una reunión de dos horas y media en la Moncloa, que estuvo lastrada por la decisión del Tribunal de Cuentas de exigir 5,4 millones de euros a los líderes del procés bajo amenaza de embargo, ambos líderes decidieron ganar tiempo para superar sus profundas diferencias y aplazaron a la tercera semana de septiembre la reunión de la mesa de negociación que, según Aragonés, deberá solucionar el «conflicto político entre Cataluña y el Estado». Pero acordaron también establecer dos líneas de trabajo para negociar. Una política y otra económica. En el mes de julio se reunirá la comisión bilateral entre el Gobierno y la Generalitat para abordar las exigencias del presidente catalán en materia de inversiones e infraestructuras.

Aragonés diferenció claramente ambos espacios, dejando claro que la solución a las reivindicaciones económicas está al margen del acuerdo al que se pueda llegar en la mesa de negociación. Este último, según dijo, tendrá que ser avalado en un referendo entre la ciudadanía de Cataluña. El presidente de la Generalitat presentó incluso la propuesta de celebrar un referendo como una concesión, porque, según indicó, no reclamó en la reunión que se declare inmediatamente la independencia de Cataluña.

Retirada de las euroórdenes

Aragonés exigió a Sánchez que se retiren las órdenes de detención contra los fugados y se retiren las sanciones económicas del Tribunal de Cuentas. Pero no supo explicar qué mecanismo pretende que aplique el Gobierno para ello sin violar la separación de poderes. Según, dijo, esos instrumentos existen y lo que debe hacer el Ejecutivo es seguir la «hoja de ruta» marcada por el Consejo de Europa, que ha cuestionado la sentencia del procés y las euoroórdenes.

El Gobierno, según precisó luego la portavoz, María Jesús Montero, cree sin embargo que los «fugados» deben regresar a España y someterse a la Justicia. El Ejecutivo admite que existen diferencias «abismales» pero, según la portavoz, confía en que se encuentren soluciones «razonables». Pese a ello, Moncloa reconoce que no hay ninguna seguridad de que la negociación llegue «a buen puerto».