Convencido de haber dado la vuelta a la opinión mayoritariamente contraria de los ciudadanos hacia los indultos, el Gobierno pretende pasar página cuanto antes sobre esta cuestión y centrarse ya en la negociación con la Generalitat en el marco de la mesa de diálogo. Sánchez admitió que son «muchas las diferencias que resolver» con el presidente catalán, Pere Aragonès, con el que se reunirá este martes. Pero trató de rebajar la expectativas de la otra parte antes de la cita.
Marca los límites a Aragonés
«Ya he escuchado cuáles son sus proclamas, sus reclamaciones. Ya las conocemos todos», sostuvo, en referencia a los pronunciamientos de Aragonés y del resto de líderes secesionistas reclamando la amnistía y la independencia tras los indultos. Pero explicó que lo que el Gobierno pondrá encima de la mesa es la agenda para el «reencuentro», que ya expuso al expresidente catalán Joaquim Torra, y un paquete de inversiones en infraestructuras en Cataluña, situando siempre como límite «el respeto al pacto constitucional».