Sánchez liga el indulto a la pandemia y dice que ahora es tiempo de «perdón»

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Sánchez, durante la rueda de prensa ofrecida tras su participación en el Consejo Europeo
Sánchez, durante la rueda de prensa ofrecida tras su participación en el Consejo Europeo Horst Wagner | EFE

Advierte a Pablo Casado de que los españoles «tomarán nota» de su rechazo a la medida de gracia

26 jun 2021 . Actualizado a las 09:35 h.

«Hay momentos en los que lo útil es el castigo. Y hay momentos en los que lo útil es el perdón. Ahora estamos en ese momento». En sus primeras declaraciones públicas tras la aprobación de los indultos a los presos del procés, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, justificó de esta manera su cambio de opinión respecto a la necesidad de que los condenados cumplieran íntegramente sus penas que defendió en el pasado. Respaldó la medida afirmando que lo que deben hacer los políticos es «construir convivencia» y «unir» a la sociedad. Y enmarcó incluso los indultos en la recuperación económica tras la pandemia porque, según afirmó, se necesita «a todos arrimando el hombro» para que esa recuperación «cree oportunidades a nuestros jóvenes» y también para que se reparen «muchos de los daños de la emergencia sanitaria».

«Pasaron 44 meses en prisión»

El Gobierno se esfuerza en defender los indultos en España, pero también en explicar en Europa que son la mejor vía para la estabilidad. Frente al argumento del líder del PP, Pablo Casado, de que el perdón a los separatistas crea «un problema» a la Unión Europea, Sánchez explicó que ninguno de sus colegas comunitarios le preguntó ayer por esta cuestión. Y recordó además que las nueve personas que han sido indultadas por el Gobierno «han pasado 44 meses en prisión».

Pese a todo, quiso dejar claro que el perdón y la negociación que se abre ahora en la mesa bilateral de diálogo con la Generalitat va a «salvaguardar el cumplimiento de la legalidad democrática». Y, en el otro frente, hizo un llamamiento a «todos los partidos políticos, también al PP», para que se sumen a un «desafío que merece la pena», aunque lanzó una advertencia al líder de los populares, Pablo Casado. Recordó que él apoyó al Gobierno en el 2017 cuando se produjo el referendo ilegal del 1-O. Y añadió que «desgraciadamente, ahora estoy en el Gobierno y no cuento con el apoyo de la oposición». «Pero eso es algo de lo que los españoles sabrán tomar nota en el futuro», advirtió.

Convencido de haber dado la vuelta a la opinión mayoritariamente contraria de los ciudadanos hacia los indultos, el Gobierno pretende pasar página cuanto antes sobre esta cuestión y centrarse ya en la negociación con la Generalitat en el marco de la mesa de diálogo. Sánchez admitió que son «muchas las diferencias que resolver» con el presidente catalán, Pere Aragonès, con el que se reunirá este martes. Pero trató de rebajar la expectativas de la otra parte antes de la cita.

Marca los límites a Aragonés

«Ya he escuchado cuáles son sus proclamas, sus reclamaciones. Ya las conocemos todos», sostuvo, en referencia a los pronunciamientos de Aragonés y del resto de líderes secesionistas reclamando la amnistía y la independencia tras los indultos. Pero explicó que lo que el Gobierno pondrá encima de la mesa es la agenda para el «reencuentro», que ya expuso al expresidente catalán Joaquim Torra, y un paquete de inversiones en infraestructuras en Cataluña, situando siempre como límite «el respeto al pacto constitucional».

El Gobierno no espera ayuda del PP en ese diálogo. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, acusó a los populares de «utilizar» políticamente a los policías heridos en Cataluña, en respuesta a la diputada del PP Ana Belén Vázquez, que le recordó el caso de Álvaro, uno de esos agentes tuvo que irse del pueblo en el que vivía y cambiar a sus hijas de colegio tras haber recibido «amenazas». «¿Es concordia acosar a policías y guardias civiles en Cataluña?», preguntó.