Los indultados del 1-O salen de la cárcel y prometen trabajar por la independencia

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Avisan de que «hoy no se acaba nada», pero aparcan el «lo volveremos a hacer»

23 jun 2021 . Actualizado a las 20:54 h.

Los nueve políticos encarcelados por el procés salieron este miércoles de prisión tras ser indultados por el Gobierno. Al mediodía, abandonaron los penales de Lledoners, Wad Ras y Puig de les Basses, y nada más salir lanzaron un mensaje inequívoco: su lucha por la independencia continúa. Tres años y medio después, los dirigentes que capitanearon el desafío del 2017 recobraron su libertad. El BOE publicó los decretos con los indultos a primera hora, y poco después de las diez, el Tribunal Supremo dictó la orden de excarcelación, ejecutada de inmediato.

Tienen la pena condonada, pero seguirán inhabilitados para desempeñar cargos públicos durante años, algunos como Oriol Junqueras, hasta el 2031. Sin embargo, seguirán trabajando, según reafirmaron, a favor de la amnistía, por el regreso de los «exiliados» y para acabar la tarea que dejaron a medias en el 2017: culminar la independencia. Los discursos que pronunciaron a las puertas de las cárceles fueron de fuerte carga emotiva y reivindicativa, muy lejos de las apelaciones a la concordia y al reencuentro que hizo Pedro Sánchez. Pero las alocuciones estuvieron muy medidas. Evitaron la frase fetiche que hizo célebre Jordi Cuixart en el juicio —«volveremos a hacerlo»— y que el Tribunal Supremo usó para oponerse a los indultos.

El público coreó la frase cuando habló Cuixart, pero el presidente de Òmnium no recogió el guante. Junqueras pidió devolver a la política «todo aquello que nunca debería haber salido de la política», una apuesta por la vía dialogada y por un nuevo tiempo, como expresaron días atrás Sánchez y Pere Aragonès, quien acudió a Lledoners e hizo suyos los discursos de los excarcelados.

El tono de todos, en cualquier caso, fue de un desafío calculado y sin arrepentimiento. «Los que tienen que pedir perdón» son los que apalearon a la gente el 1-O, afirmó Josep Rull. «Salimos con la cabeza bien alta y con el corazón determinado a ganar lo que no pudimos ganar con el 1-O», se jactó Jordi Sànchez. «Que ninguno se equivoque —añadió— la represión no nos ha vencido». «Hoy no se acaba nada, todo continúa», avisó Junqueras. «No existe el indulto que hará callar al pueblo de Cataluña. No callaremos nunca», apostilló Cuixart.

El conflicto sigue

El independentismo se movilizó para arropar a los ya expresos. La imagen de los siete de Lledoners haciendo la señal de victoria no se lo pone fácil a Sánchez, si bien este ya admitió que no pretende que renuncien a sus ideales, sino que entiendan que fuera de la legalidad no hay espacio para la política.

El objetivo es presentar los indultos no como una derrota del movimiento, sino como un «triunfo», como afirmó días atrás Junqueras, como una victoria sobre el Estado español, que ha tenido que ceder, según los independentistas, ante la perspectiva de un fallo desfavorable del Tribunal Europeo de Derechos Humanos o del Consejo de Europa.

Así, los discursos tenían un doble destinatario. A la parroquia independentista la expresidenta del Parlamento, Carme Forcadell, le dijo que la excarcelación es como «una pequeña victoria para conseguir la gran victoria» de la amnistía, la autodeterminación y la república. Al segundo destinatario, el Gobierno, iba dedicado lo de que con los indultos no se acaba el conflicto. «Continuaremos trabajando para hacer realidad este sueño de una república catalana», aseguró Junqueras.