Vida y muerte de John McAfee, el excéntrico y polémico creador del antivirus informático que lleva su nombre

M. Mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

John McAfee, en una declaración judicial por videoconferencia desde la prisión
John McAfee, en una declaración judicial por videoconferencia desde la prisión Chema Moya / Efe

La Audiencia Nacional había aprobado su extradición a Estados Unidos por un delito fiscal, pero no llegará a producirse porque ha aparecido muerto en su celda de la cárcel Brians 2, en Barcelona. Según fuentes penitenciarias, se habría suicidado

24 jun 2021 . Actualizado a las 17:25 h.

Un final dramático para una vida trufada de éxito, estridencias y escándalos. John McAfee, de 75 años, el polémico creador del famoso antivirus informático del mismo nombre, ha sido encontrado muerto en la celda que ocupaba en el módulo 1 del Centre Penitenciario de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), informa Efe.

Según han informado fuentes penitenciarias, McAfee, que estaba pendiente de extradición a Estados Unidos por presunta evasión de impuestos, se habría suicidado.

Las mismas fuentes precisaron que los agentes de vigilancia y los servicios médicos de la prisión intervinieron de manera inmediata para practicar maniobras de reanimación a McAfee, pero finalmente los médicos solo pudieron certificar su muerte.

La comitiva judicial que se ha desplazado hasta el centro penitenciario estudia las causas de la muerte del interno y, según las mismas fuentes, todo apunta a que se ha quitado la vida.

Presunta evasión de impuestos

John McAfee ingresó en la prisión de Brians 2 el 4 de octubre del pasado año por orden de la Audiencia Nacional, que acordó su extradición a Estados Unidos por supuesta evasión de impuestos al haber ocultado elevados ingresos entre el 2016 y el 2018. Y eso después de que él mismo proclamara: «No he pagado impuestos federales desde hace ocho años. Los impuestos son un robo, anticonstitucionales». Lo hacía en un vídeo grabado en la cubierta de su yate en enero del 2019, al tiempo que anunciaba que sería candidato a las elecciones presidenciales de ese año. Después, se pasó seis meses navegando por el Caribe, con su mujer, sus perros y su guardaespaldas, pertrechados con armas de repetición.

Durante la vista de extradición, el empresario, cuya deuda tributaria Estados Unidos eleva a más de cuatro millones de dólares, aseguró haber pagado «millones de dólares en impuestos» y dijo ser víctima de una persecución política por haber denunciado corrupción en la agencia tributaria de su país.

«No existe prueba acreditativa de que tal cosa pudiera estar sucediendo», respondió la Audiencia Nacional, que añadió que la reclamación «tenía  amparo en un delito contra la hacienda pública -evasión fiscal-» y que concurrían los requisitos para acordarla. 

Entre otras cosas, no habría puesto en conocimiento del fisco sus ganancias con el intercambio de criptomonedas. Y es que este desarrollador de software, nacido en una base militar norteamericana en el Reino Unido en 1945, tenía una fe ciega en los bitcoins. No era, ni mucho menos, su única extravagancia. Tampoco la más llamativa. De hecho, cuesta elegir una entre todas las que acabaron convirtiendo a McAfee en una caricatura del avispado empresario que  fue. La lista es de lo más extenso. No sabe una por dónde empezar. Si por su afirmación de que había sido padre 47 veces. Si por su huida de Belice por el supuesto asesinato de un vecino. Si por su boda con la primera prostituta que contrató al ser deportado a EE.UU. desde Guatemala. Si por su desmedida pasión por las armas. Si por sus adicciones (era consumidor declarado de metilendioxipirovalerona, también conocida como sales de baño: «Soy un fan incondicional de la metilendioxipirovalerona. Creo que es una de las mejores drogas jamás creadas», llegó a afirmar.... En fin, que no es sencillo. Ni mucho menos.

Pero antes de todo eso, el de todo menos discreto multimillonario estadounidense, fue un exitoso empresario tecnológico fundador de la empresa de seguridad informática McAfee, nacida en 1987 y una de las más populares del planeta. Dejó la compañía en 1994, poco después de su salida a Bolsa.

Y no parece que desprenderse de su creación le causase dolor alguno. Y no solo por el montón de dinero que recibió a cambio: unos cien millones de dólares. Es más cuando Intel, que adquirió la compañía en el 2010 por la friolera de 7.680 millones de dólares (6.450 millones de euros) en el 2010, anunció que sustituiría su nombre por el de Intel Security, John McAfee pareció quitarse un peso de encima. «Estoy eternamente agradecido a Intel por liberarme de este terrible vínculo con el que es el peor software del planeta», fue su reacción en Twitter. Pena, ninguna.

Detrás de todos esos excesos se escondía, si es que quedaba algo de él, un matemático brillante. Se graduó en 1967 en el Roanoke College (Salem, Virginia, donde se crio), universidad que le concedió en su día el honoris causa. Y una brillante carrera: trabajó en la NASA y en empresas tecnológicas de la talla de Univac y Xerox. ¿Qué fue lo que le pasó? Se preguntarán. Dicen que todo se torció en el 2008, con la crisis. Perdió casi toda su fortuna en la bolsa. Y luego todo fue de mal en peor. Tanto que hasta hay un documental sobre lo suyo: La peligrosa vida de John McAfee, se titula. Lo pueden ver en Netflix. No recoge, eso sí, su dramático final.