El indulto a los presos del «procés» contradice las promesas anteriores de Pedro Sánchez

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Pedro Sánchez durante la conferencia ofrecida en el Liceo de Barcelona
Pedro Sánchez durante la conferencia ofrecida en el Liceo de Barcelona ALBERT GEA | Reuters

El presidente del Gobierno defendía cuando estaba en la oposición prohibir la medida de gracia por ser  una «injerencia del poder ejecutivo en decisiones del poder judicial».

22 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La concesión del indulto a los presos del procés contradice algunos de los compromisos asumidos por Pedro Sánchez siendo ya presidente del Gobierno tras desalojar a Mariano Rajoy mediante una moción de censura y también las promesas que realizó durante la campaña electoral antes de ser investido como jefe del Ejecutivo tras imponerse en los comicios generales. Pero, antes incluso de liderar la oposición, Sánchez ya se había mostrado muy crítico con la concesión de indultos por parte del Gobierno, al margen del procés. En julio del 2014, durante un debate con Eduardo Madina en el marco de las elecciones primarias del PSOE, que acabaría ganando, propuso «poner fin a los indultos» porque, según indicó, suponían una «injerencia del poder ejecutivo en decisiones del poder judicial».

 Ya como líder socialista, Sánchez criticó desde la tribuna del Congreso al Gobierno de Mariano Rajoy por recurrir a los indultos «más de lo debido». Un asunto que parecía preocuparle especialmente. «Regeneración democrática es poner fin a indultos políticos, limitar los mandatos, lista cremallera...», aseguró en Asturias en abril del 2015.

Tras llegar a la Moncloa, y con la sentencia del Supremo a los líderes del procés ya dictada, en noviembre del 2019 aseguró que «el debate del indulto no está encima de la mesa porque ni el Gobierno lo ha planteado ni hasta incluso los independentistas lo quieren». El 5 de noviembre, durante el debate electoral del 10N, el jefe del Ejecutivo rechazó de nuevo el indulto a los presos del procés, se comprometió a traer de vuelta a España a Carles Puigdemont para que rindiera cuentas ante la Justicia y prometió reformar el Código Penal para restituir el delito de convocatoria de referendos ilegales. En ese debate, afirmó, refiriéndose a la condena, que «el acatamiento implica su cumplimiento». Y garantizó a «la sociedad catalana y al conjunto de la ciudadanía española que esa sentencia se va a cumplir en su totalidad». La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, se comprometió también al «cumplimiento íntegro» de las penas. Una vez celebradas las elecciones, y formado un Gobierno de coalición con Unidas Podemos que necesitó la abstención de ERC para la investidura y su apoyo para mantener la mayoría en el Congreso, Sánchez empezó a variar su discurso. «Este es un Gobierno que apuesta claramente por el reencuentro y por la reconciliación» decía ya entonces sobre la posibilidad de la medida de gracia.