La dirección del PSOE avisa a Díaz de que Espadas ya es el líder en Andalucía

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Susana Díaz, la noche del domingo, tras confirmarse su derrota ante Juan Espadas en las primarias del PSOE andaluz
Susana Díaz, la noche del domingo, tras confirmarse su derrota ante Juan Espadas en las primarias del PSOE andaluz María José López

Ferraz descarta por ahora imponer una gestora, pero empuja a la expresidenta de la Junta a la dimisión

14 jun 2021 . Actualizado a las 19:10 h.

No habrá, por ahora, una gestora en el PSOE andaluz. Y el «por ahora» es, según fuentes de la ejecutiva federal, un matiz relevante.

El secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, aprovechó este lunes su comparecencia tras la reunión de la dirección del partido para lanzar una clara advertencia a la todavía secretaria general de la mayor federación socialista, Susana Díaz, tras su derrota del domingo en las primarias electorales frente a Juan Espadas. «La militancia ha apostado por un liderazgo —avisó— y es obligación de todos ayudar».

El PSOE celebra su congreso federal el próximo octubre y, a continuación, hasta diciembre, está previsto que tengan lugar los regionales. Ábalos dio a entender que, en ese contexto, tampoco tendría demasiado sentido forzar bruscamente la salida de Díaz, que Pedro Sánchez desea y que sus colaboradores creen que se acabará produciendo. «No tenemos prisa», adujo.

Sin embargo, entre los afines al jefe de Ejecutivo hay quien advierte de que es mejor no dejar a la expresidenta de la Junta ningún resquicio para que trate de rearmarse.

Díaz aseguró que no tiene intención de presentarse a la reelección, pero algunos de quienes, tras los comicios de Madrid, aceleraron la celebración de las primarias con el argumento de que se corría el riesgo de un adelanto electoral que pillara al PSOE sin candidato, sostienen ahora que si Juanma Moreno llama a las urnas antes del congreso y Espadas no gana, ella tratará de atrincherarse en la secretaría general.

La presión no es nueva. Cuando Díaz perdió el Gobierno andaluz, en el 2018, ya se discutió en la cúpula socialista la posibilidad de intentar defenestrarla con premura. Finalmente, sin embargo, se impuso la teoría del «fruto maduro». «Ya caerá», dijeron. En estos años, Sánchez ha intentado en varias ocasiones sin éxito una marcha pactada y durante mucho tiempo apostó por dejarla estar ante la evidencia de que ya no podía hacerle mucho daño —tras la derrota en las primarias del 2017, Díaz adoptó una actitud más bien sumisa— y movido por el deseo de no volver a agitar el patio con batallas internas. Desde Andalucía, no obstante, recibía constantes mensajes para que no desperdiciara la ocasión de apartarla definitivamente del cargo. En torno a diciembre, dio el visto bueno para la ofensiva que acabó encarnando el alcalde de Sevilla, Juan Espadas.

Alivio

Ahora vuelve el debate. En Ferraz se respira un enorme alivio ante la victoria contundente de su candidato oficioso. Un fracaso, después del revolcón electoral del 4 de mayo en Madrid y en plena controversia por la decisión de Sánchez de conceder los indultos a los condenados por el procés, habría supuesto un golpe importante que, por primera vez, podría haber afectado a su hiperliderazgo y habría sido utilizado en su contra por la oposición.

Espadas ganó de manera holgada, con un 55 % de los votos frente al 38,7% de Díaz, algo que pocos se atrevían a dar por sentado antes del domingo.

Pero la expresidenta de la Junta, que aseguró estar a disposición del ganador, no hizo el más mínimo amago de dimitir. Y eso escama tanto a sus viejos detractores como a excolaboradores ahora en el bando contrario.

Sánchez, en Bruselas por la cumbre de la OTAN, no presidió la reunión de la ejecutiva federal, de manera que lo decidido tiene, a juicio de algunos, carácter provisional. Sin embargo, fuentes de la dirección del partido recuerdan que el margen de los estatutos para promover una gestora es estrecho y obligaría a movimientos drásticos, como una revocación por parte de la militancia o dimisiones masivas en la ejecutiva. Por eso, lo ideal para Ferraz sería que Díaz dimitiera.

Los próximos días serán cruciales porque el también regidor sevillano ya apuntó ayer que desea una reorganización de equipos en el grupo parlamentario, al que él no pertenece. Los de Díaz piden integración, pero Ábalos dejó claro que lo que espera la dirección federal es que todo el partido acate las decisiones de Espadas. Para el ganador de las primarias no hay dudas: «El liderazgo me corresponde a mí llevarlo a cabo. El que no quiera entender eso es que no se quiere enterar del resultado».

 Sánchez señala la puerta

En Bruselas, Pedro Sánchez no se quiso pronunciar sobre si cree que Díaz debe dimitir ya, aunque sí apostó por la «renovación».

«La democracia habló. Ha apuntado renovación y unidad, y ese es el camino que tenemos que continuar», zanjó el también secretario general del PSOE, quien este domingo ya felicitó personalmente a Espadas por teléfono poco después de conocer los resultados.