La dirección del PP trabaja para que el «hasta aquí hemos llegado», que Casado arrojó a Abascal en la moción de censura de Vox, se plasme en hechos y se visualice entre los votantes. Pero el triunfo de Ayuso, con un discurso sin ningún guiño a la moderación, sembró la inquietud entre los defensores del giro centrista. Compartir hoy una protesta con Abascal va en la dirección contraria, no facilita el viraje centrista ni estimula a que se acerquen al PP socialistas desencantados.
En el sector de los reticentes están los barones más templados del partido, que no estarán en Colón. Feijoo, Mañueco y Moreno esgrimieron razones de agenda o personales para no acudir a un acto del que creen que solo Vox puede beneficiarse. Génova encajó las deserciones sin aspavientos y subrayó que los tres comparten el motivo de la protesta. Casado se ha visto así atrapado entre Ayuso y Feijóo. Defiende que quiere «la media» entre ambos, pero esta vez es la presidenta madrileña la que le ha marcado el paso.