El Ángeles Alvariño suspende la búsqueda de Anna y Tomás Gimeno por una avería

LA VOZ REDACCIÓN / AGENCIAS

ESPAÑA

El buque oceanográfico Ángeles Alvariño está dotado con un sonar de barrido lateral y un robot submarino
El buque oceanográfico Ángeles Alvariño está dotado con un sonar de barrido lateral y un robot submarino Miguel Barreto | Efe

El buque con base en Vigo no tocaba puerto desde el 30 de mayo y tenía previsto seguir en el mar hasta el lunes

12 jun 2021 . Actualizado a las 13:00 h.

El buque Ángeles Alvariño del Instituto Español de Oceanografía (IEO), que realiza la búsqueda en el mar de la pequeña Anna, de 1 año, y de su padre Tomás Gimeno, ha regresado al puerto de Santa Cruz de Tenerife por una avería en el equipamiento, informaron a Efe fuentes de la Guardia Civil. El Ángeles Alvariño regresará para continuar el rastreo en cuanto se solventen las incidencias técnicas, añadieron las fuentes.

Esta es la primera vez que el navío del IEO regresa a puerto desde que el 30 de mayo llegase a Tenerife para participar en la búsqueda de Tomás y sus hijas Anna y Olivia, desaparecidos el 27 de abril.

El buque tenía previsto regresar a su base en Vigo esta semana cuando se decidió prorrogar su labor de rastreo después de que el lunes encontrase una botella de submarinismo y un edredón que pertenecían a Tomás G., y el jueves por la tarde localizase el cuerpo sin vida de Olivia, de 6 años, a mil metros de profundidad, dentro de una bolsa de deporte atada a un ancla.

A bordo de esta embarcación viaja el robot submarino no tripulado Liropus, capaz de maniobrar hasta los 2.000 metros de profundidad, y que fue empleado, por ejemplo, para la observación del volcán submarino Tagoro, frente a La Restinga (El Hierro). Está equipado con siete cámaras, puede recorrer el fondo marino, enviar imágenes en directo e incluso recoger muestras. Además también cuenta con con un sonar de barrido lateral, un aparato que usa la propagación del sonido bajo el agua para obtener imágenes digitales de la superficie del fondo marino. Las señales acústicas emitidas rebotan en el fondo creando una imagen del mismo. Sus aplicaciones más comunes incluyen la cartografía detallada de comunidades de los fondos marinos, localización de tuberías, viaductos o cables, la búsqueda de objetos o yacimientos arqueológicos sumergidos, entre otros.

«Es un gran laboratorio marino», explicaba a La Voz la semana pasada Santiago Martín, responsable de Astilleros Armón, el fabricante que se encargó de la construcción del buque en el 2011 durante 16 meses para el Instituto Español de Oceanografía (IEO), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.

La Guardia Civil había destacado este pasado miércoles las dificultades del trabajo que realiza el buque oceanográfico debido a la compleja orografía de los fondos marinos canarios.