Marruecos se prepara para alargar la tensión diplomática con España

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Dos menores migrantes escapando hoy de la nave ceutí del Tarajal donde eran atendidos
Dos menores migrantes escapando hoy de la nave ceutí del Tarajal donde eran atendidos Brais Lorenzo

Rabat insiste en que «durará» mientras no se lleve ante la justicia al líder del Polisario. Marlaska niega las devoluciones en caliente de menores. El número borrado que impide a Aymen, de 13 años, hablar con su madre

21 may 2021 . Actualizado a las 23:46 h.

Pese a que el Gobierno dio este viernes por saldada la tensión diplomática con Marruecos, cuyo cénit se produjo con la entrada de más de 10.000 migrantes en Ceuta entre el lunes y el miércoles, en Rabat siguen molestos con la acogida prestada por España al líder del Frente Polisario, Brahim Gali. Rabat interpretó su ingreso en un hospital de Logroño bajo una identidad falsa el 18 de abril para tratarse de la covid-19 como casus belli. El Ejecutivo marroquí llamó a consultas a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, y el jueves anunció que «no regresará mientras dure la crisis, y la crisis durará mientras continúe su verdadera causa».

En su primera comparecencia pública desde que se desató la crisis, el ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, descartó cualquier acusación de que la entrada ilegal de miles de sus ciudadanos en España se llevara a cabo con la aquiescencia de sus fuerzas de seguridad. En cambio, lo atribuyó a la «fatiga del dispositivo policial tras las fiestas del fin de Ramadán», pero también a «la inacción total de la policía española» que, según sostuvo, se despliega en los pasos fronterizos en una proporción menor que los agentes de su país.

Lejos de mostrarse intimidado por la férrea reacción de las autoridades de la UE -que durante la semana mostraron su «apoyo incondicional» a Madrid, o las amenazas dispensadas por la ministra de Defensa, Margarita Robles, que aseguró que «con España no se juega»- Burita clamó contra lo que considera «una campaña hostil de los medios de comunicación españoles» y señaló al líder del Frente Polisario como detonante de todo. «¿Por qué no nos avisaron, ni siquiera 48 horas después? ¿No éramos socios importantes, vecinos, amigos?», afirmó.

La embajadora Benyaich también avisó al Gobierno de que si opta por sacar a Brahim Gali de España «de la misma forma que entró», supondrá el «empeoramiento de las relaciones».

En ese contexto, y en vista del enquistamiento de la situación, el Gobierno se instaló en el argumento de que Gali fue acogido «por razones humanitarias». Fue la justificación que ofreció el titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska, pese a que es sabido que él advirtió al Ministerio de Asuntos Exteriores de las consecuencias que podría traer a la diplomacia española este movimiento.

Rebajar la tensión

Aunque en el Gobierno ya se preparan para una crisis más duradera de lo que en un principio hubieran deseado, Marlaska describió la situación como «controlada» en comparación con los días anteriores e intentó rebajar la tensión. «Es cierto que ha habido un desencuentro, pero somos vecinos que se respetan».

Mientras tanto, Vox no ha dejado pasar la posibilidad de sacar rédito doméstico a la crisis explotando uno de los puntos fuertes de su programa electoral: la inmigración irregular. La formación de Abascal ha convocado manifestaciones en Ceuta, este lunes, y en Sevilla, hoy sábado, «en defensa de las fronteras». Además, Vox también amenaza con generar una crisis en el Gobierno de Andalucía, formado por PP y Ciudadanos, después de que se anunciase que la comunidad iba a acoger a 13 menores no acompañados.

El ministro del Interior, Grande-Marlaska, niega que en Ceuta se haya devuelto a menores «en caliente» 

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, cifró este viernes en 6.500 el número de migrantes devueltos a Marruecos durante la semana y también rebajó a 800 los menores no acompañados que han cruzado a lo largo de esta semana la frontera de Ceuta (en un primer momento el Gobierno habló de 1.500). Muchos de ellos son niños de siete y ocho años que desean regresar con sus padres, pero el protocolo impide su repatriación si no se conoce quiénes son sus familiares.

En el caso de los adultos, estos se están devolviendo «en caliente» en virtud de un acuerdo bilateral de 1992 que obliga a Marruecos a readmitir a las personas que se pueda demostrar que proceden de su territorio, siempre que no acrediten causas humanitarias. Aunque este procedimiento no se puede aplicar en el caso de los menores, varias oenegés han denunciado, en cambio, que sí se están produciendo.

Marlaska y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, negaron, sin embargo, que las repatriaciones se estén produciendo al margen de la ley y, en sendas entrevistas en la Cope y TVE, afirmaron que los menores devueltos se entregaron a sus padres «con todo tipo de garantías». «El resto -insistió la número dos del Gobierno-, han estado atendidos y tutelados».

La principal dificultad es, precisamente, poner en contacto a estos niños con sus familiares. Para ello se ha puesto en funcionamiento un número de teléfono que permite a los progenitores intentar localizar a sus hijos. La vicepresidenta primera del Gobierno de Ceuta, Mabel Deu, explicó que han recibido 4.400 llamadas por esta vía y están barajando derivar parte de ellas al 112 para ampliar su capacidad. 

«Situación terrible»

Tras confirmarse dos fallecidos en este inédito episodio en Ceuta, uno de ellos menor, Mabel Deu (PP), ha calificado como una «situación terrible» la entrada de los niños, que considera «una manipulación agresiva contra la voluntad de las personas», informa Efe. El objetivo fundamental del Gobierno ceutí es la reagrupación familiar de todos los menores que quieren volver a sus casas «para acabar con la preocupación y la angustia de muchas familias que ya han telefoneado buscando a sus hijos».

Los menores marroquíes que han entrado irregularmente en Ceuta siguen explicando a los servicios sociales las variadas causas que les movieron, como una excursión, ver al futbolista Ronaldo o una visita a la ciudad entre las más alegadas, según Deu, quien está convencida de que no entraron por una razón migratoria sino que «obedece a otra cosa».