Aragonès coge las riendas de la Generalitat bajo amenazas de la CUP y crisis en Junts

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Pere Aragonès y el líder de ERC, Oriol Junqueras, en el Parlamento catalán tras ser investido presidente de la Generalitat el primero
Pere Aragonès y el líder de ERC, Oriol Junqueras, en el Parlamento catalán tras ser investido presidente de la Generalitat el primero NACHO DOCE | REUTERS

Garantiza dos años de tregua al Ejecutivo y presiona con los indultos

22 may 2021 . Actualizado a las 12:53 h.

Con los votos a favor de ERC, Junts y la CUP, Pere Aragonès se convirtió ayer en el octavo presidente de la Generalitat desde la recuperación de la democracia, el tercero de Esquerra desde la Segunda República. Se declara sucesor del legado de Macià y Companys, pero también de Oriol Junqueras y de Carme Forcadell, la expresidenta del Parlamento autonómico.

Poco más de tres meses después de las elecciones y cuando apenas quedaba una semana para que expirara el plazo, Aragonès obtuvo la mayoría absoluta en la primera votación del pleno de investidura, su tercer intento tras las dos tentativas fallidas anteriores. Logró 74 votos de un total de 135 diputados. Desde Pasqual Maragall, el presidente no era investido con una mayoría tan amplia. Solo Jordi Pujol, en 1984, superó los 80 escaños.

El nuevo jefe del Ejecutivo catalán, que durante la legislatura de los hechos de octubre fue mano derecha de Junqueras, si bien no fue imputado por el 1-O, coge las riendas del Gobierno después de ser el número dos de la Generalitat, y se marca dos objetivos que sitúa al mismo nivel: la lucha contra la crisis económica y «culminar la independencia» a través de un referendo pactado con el Ejecutivo central. La mesa de diálogo es su gran apuesta para el inicio de la legislatura.

Aragonès obtuvo ayer una amplia mayoría absoluta, pero su Ejecutivo está lejos de ser fuerte y cohesionado, como pretende. Fuentes de su entorno admiten que la «convivencia» entre socios será lo más difícil.

De entrada, Junts ha tratado de desgastarle durante los tres meses que ha durado la negociación de investidura. ERC y JxCat tienen trabajo por delante para evitar las batallas internas. La situación de Junts no ayudará, teniendo en cuenta la división que hay en la formación nacionalista. 

Caras largas en Junts

Ya se especula, incluso, con que Salvador Illa no será el líder de la oposición, sino que lo será Carles Puigdemont, que sigue sin avalar públicamente el acuerdo suscrito por su partido con ERC. La renuncia de Elsa Artadi a ser la vicepresidenta complica la formación de Gobierno y anticipa mar de fondo para toda la legislatura. Las caras largas de los diputados de Junts, tras la investidura de Aragonès, eran una prueba palpable de que no sienten como suyo ese Ejecutivo. La celebración de los de ERC, en cambio, en plena escalinata del hemiciclo, parecía todo lo contrario.

El eventual procesamiento de Laura Borràs será la primera prueba de fuego para la coalición. El otro foco de conflicto se lo anticipa la CUP. Los anticapitalistas le advirtieron de que no le están dando un cheque en blanco y lanzaron dos amenazas. Le retirarán el apoyo si en unas semanas no aparta a los antidisturbios de los desahucios y le avisaron de que Cataluña debe ejercer la autodeterminación antes del final de la legislatura. 

Moción de confianza

El acuerdo entre ERC y la CUP establece que Aragonès tiene que someterse a una moción de confianza dentro de dos años. Su mandato, por tanto, arranca ya con fecha de caducidad. Dos años es también el plazo que el independentismo da de margen a la mesa de diálogo. Aragonès y ERC aseguran la estabilidad del Gobierno central hasta el 2023. Eso sí, en el entorno del presidente presionan al Ejecutivo de Sánchez para que no demore más la decisión sobre los indultos.

El expresidente Torra expresó a Aragonès todo su «apoyo para culminar el proceso de independencia de Cataluña sin renunciar a ninguna vía democrática». «Me tienes a tu disposición», le comunicó Puigdemont.

Aragonès tomará posesión el lunes. La presidenta del Parlamento firmó ayer su nombramiento y lo envió al Gobierno y a la Zarzuela. En cuanto salga publicado en el BOE, ya será oficial.

Homenaje de los diputados de ERC a Oriol Junqueras en el Parlamento

Con el puño en alto y entre aplausos. Así llegó ayer Oriol Junqueras al Parlamento catalán para asistir a la investidura de Pere Aragonès, tras salir de prisión con un permiso de doce horas, de ocho de la mañana a ocho de la tarde. Los diputados de su partido lo recibieron en la entrada de la Cámara y subió por la escalinata principal, donde le brindaron un cálido homenaje. El presidente de ERC, que cumple trece años de cárcel por sedición y malversación, no quería perderse lo que desde su partido calificaron como un día histórico.

ERC regresó a la presidencia de la Generalitat 41 años después. Josep Tarradellas fue el último presidente de Esquerra, tras la restauración de la Generalitat por el Gobierno de Suárez, pero no elegido en las urnas. El último investido en el Parlamento fue Lluís Companys, hace 80 años, por lo que la cita era más que especial para los republicanos. Fue en la escalinata de la Cámara donde posaron para una foto de grupo los diputados de ERC, alrededor de Junqueras. Los de Junts, mientras, salían con caras serias.

El presidente del grupo republicano, Josep Maria Jové, le recordó a Aragonès el peso de la historia. «Coge el relevo del último presidente republicano: Lluís Companys. Sé que para usted comporta una carga emotiva mayor que la responsabilidad del cargo», señaló. Tanto Aragonès como Jové concluyeron sus discursos con un «viva Cataluña libre». El nuevo presidente tuvo gestos hacia Junqueras y se acordó de él cuando pronunció unas palabras desde la tribuna, poco después de ser investido.

Junqueras, como Torra, Mas y Montilla, siguieron el debate desde una sala del hemiciclo, no desde la tribuna de invitados, reservada para los diputados por cuestiones del covid.

Sánchez emplaza a Aragonès a trabajar en el reencuentro «entre catalanes y el resto de españoles»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trasladó ayer su enhorabuena a Pere Aragonès por su elección como presidente y lo emplazó a trabajar «juntos» en la recuperación, la vacunación y el «reencuentro entre catalanes y el resto de españoles». «La vacunación, la recuperación sin dejar a nadie atrás y el reencuentro entre catalanes, y entre catalanes y el resto de españoles, son tareas en las que trabajar juntos. Hagámoslo posible», escribió Sánchez en Twitter, recoge Europa Press. El expresidente de la Generalitat José Montilla (PSC) lamentó, por su parte, que la amnistía y la autodeterminación sean «los ejes principales de las propuestas» de Aragonès, por ser cuestiones para las que el Ejecutivo catalán no tiene competencias. «Una cosa son los deseos y otra son las posibilidades reales de alcanzar estos objetivos, y más si se dejan de lado los problemas que tiene el país», como la recuperación económica, sostuvo.