El Ejército se despliega en Ceuta, donde han sido devueltos 4.000 de los 8.000 inmigrantes que entraron por mar

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

«Seremos firmes ante cualquier desafío», ha señalado el presidente del Gobierno en una declaración institucional. Un grupo de personas han recibido esta tarde a Pedro Sánchez con gritos e insultos a su llegada a Ceuta

22 ene 2024 . Actualizado a las 15:49 h.

La tensión volvió este martes al Consejo de Ministros. El Gobierno de Pedro Sánchez tenía sobre la mesa la mayor crisis diplomática y migratoria desde la Transición por la entrada de cerca de 8.000 marroquíes en Ceuta ante la pasividad, y hasta la colaboración, de las fuerzas de seguridad magrebíes. Un bombazo político que ni los servicios de inteligencia ni las fuerzas de seguridad ni el cuerpo diplomático vieron venir. Una crisis «inusitada», confesó el presidente.

Sánchez suspendió un viaje a París, canceló su agenda y se desplazó a Ceuta, y también a Melilla; la ministra de Asuntos Exteriores pidió explicaciones a la embajadora marroquí; se constituyó un gabinete de crisis en la Moncloa y otro de coordinación en Interior; se activaron los resortes de la «alta diplomacia», se supone que del rey Felipe VI con Mohamed VI, y ante la Unión Europea; el Ejército se desplegó en la playa del Tarajal; y el jefe del Ejecutivo incluso se puso en contacto con el líder de la oposición.

Sánchez dio la verdadera dimensión de la crisis con una declaración institucional en la que reconoció el alcance diplomático y de seguridad nacional de la situación. Garantizó «la máxima firmeza» en la respuesta y prometió poner «todos los medios necesarios» para garantizar la integridad territorial de España, la inviolabilidad de las fronteras y la seguridad ciudadana.

Aunque utilizó la palabra «desafío», el presidente del Gobierno recurrió al lenguaje diplomático para atemperar los ánimos con Marruecos, «un país socio y amigo» al que España dedica una atención preferente, «y así debe seguir siéndolo».

En paralelo, la ministra de Asuntos Exteriores citó en su despacho a la embajadora de Marruecos, Karima Benyaich, para pedir explicaciones por la apertura de la frontera. González Laya, según explicó ella misma, transmitió a la diplomática «el disgusto y rechazo» del Gobierno por la entrada masiva de inmigrantes en Ceuta, y reclamó el «compromiso» de Marruecos para recibir a las personas que sean devueltas por España.

Pero poco antes de la cita con la ministra, Benyaich avisó al Gobierno de Sánchez: «Hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir». La embajadora, que ha sido llamada a consultas por Rabat, se refería al ingreso en un hospital de Logroño de Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario. Marruecos protestó ante España y la ministra de Asuntos Exteriores alegó «razones humanitarias». Rabat tomó «buena nota» y aguardó el momento de dar su respuesta.

Visita exprés

Para hacer frente a la crisis, Sánchez llegó a Ceuta minutos antes de las cinco de la tarde, donde fue recibido con abucheos y gritos de «dimisión» por parte de algunos vecinos. El jefe del Ejecutivo y el ministro del Interior se reunieron con los mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Además, Sánchez se vio con el presidente ceutí, el popular Juan Vivas. Todo en escasa hora y media para volar después a Melilla. Unas visitas testimoniales que, sin embargo, pueden caldear más la tensión con Rabat, que ya protestó con vehemencia cuando Rodríguez Zapatero las visitó en el 2006.

A última hora de la tarde, la situación tendía a normalizarse en Ceuta con la tímida colaboración de las fuerzas de seguridad marroquíes. 

El Gobierno desplegó este mismo martes a 200 efectivos en la ciudad autónoma -150 policías nacionales y 50 guardias civiles- que completarán «una plantilla de más de 1.100 efectivos» que tratarán de «revertir la situación y garantizar la seguridad de las fronteras», según Grande-Marlaska. También se han desplegado tanquetas del Ejército en la zona costera del Tarajal.

Según ha comprobado Efe y han señalado fuentes militares, la presión migratoria se ha mantenido a lo largo de toda la madrugada, si bien las entradas se han reducido a pequeños grupos. Esta mañana al menos una treintena de personas han conseguido acceder por la playa, si bien han sido controladas en la misma zona por las unidades del Ejército.

Con anterioridad a su declaración institucional, el presidente del Gobierno se ha pronunciado sobre el conflicto fronterizo a través de su cuenta de Twitter. Pedro Sánchez ha escrito que los ciudadanos de Ceuta cuentan «con el apoyo absoluto y la máxima firmeza para velar por su seguridad y defender su integridad como parte del país ante cualquier desafío».

El presidente del PP, Pablo Casado, ha exigido este martes que el Gobierno efectúe la «devolución inmediata» de los migrantes que han entrado «de manera irregular en España a través de Ceuta» y ha mantenido una reunión telemática con el presidente ceutí, Juan Jesús Vivas. Además, el líder de la oposición ha telefoneado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ya han hablado sobre la crisis, según fuentes gubernamentales.

Las cifras de llegada de inmigrantes no tienen precedente ni en la crisis de los cayucos de Canarias de 2006, con casi 32.000 llegadas a las islas ese año, ni en el 2018, cuando se marcó la cifra más alta de llegadas a España por mar de la historia, con 57.500, casi todas por el estrecho de Gibraltar y por el mar de Alborán.

La presión migratoria ha sido constante a lo largo de toda la jornada del lunes en Ceuta y la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma ha pedido «tranquilidad» a la población. Ha añadido que se están realizando en coordinación con el Gobierno de España todas las «acciones necesarias» para «revertir la actual situación y volver cuanto antes a la normalidad».

«Sentimos miedo, nos han invadido»

Guillermo Redondo

La noche fue larga en la zona de la playa del Tarajal. Los negocios de esta barriada de Ceuta echaron el cierre cuando vieron lo que sucedía y todavía este martes prefirieron despachar a puerta cerrada. «Al principio no sabíamos lo que pasaba, pensábamos que estaban entrando 20 o 30 personas... Ya después vimos las calles abarrotadas de grupos de gente de todas las edades», contaron desde una farmacia de la zona Fati y Ramia. «Sentimos miedo. Es que Ceuta es española, es que nos han invadido, nos han invadido», repitió la auxiliar de farmacia, Fati.

«Hay miles de personas en la calle. Está la ciudad invadida, muchos establecimientos han tenido que cerrar, hay disturbios... Esto nos parece un sueño, la situación es dantesca», explicó Carlos Lara, también desde su negocio, situado a un kilómetro de la frontera.

Los ceutíes se enfrentaron a algo que aseguran no haber visto nunca a tal escala. «La noche la pasamos con mucha preocupación porque el flujo no terminaba. Veíamos imágenes de mucha gente en la frontera», señaló José María Rodríguez, profesor del instituto Luis de Camoens. Los comercios cerraron, pero no los centros educativos, que continuaron impartiendo clases, aunque Jose María reconoció que hubo poca asistencia. «Es verdad que han faltado muchos alumnos porque los padres pensaron en la seguridad», apuntó el profesor.

La tensión e inseguridad a la que se vieron expuestos trabajadores y vecinos de los barrios próximos a la frontera provocaron que su desasosiego se convirtiese en un enfado generalizado. «Sentimos una impotencia tremenda. El Ejército está en la frontera, pero se ríen de ellos. No nos sentimos seguros y no vemos respuesta del Gobierno», criticó Carlos. En la misma línea, las trabajadoras de la farmacia exigieron a los políticos «que se dejen de tonterías, que devuelvan al jefe del Polisario al Sáhara y que nos dejen tranquilos».

EE.UU. elogia el «papel clave» de Marruecos para dar estabilidad a la región

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, mantuvo este martes una conservación telefónica con el ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, una charla centrada en la escalada de tensión entre israelíes y palestinos, pero que coincide también con la crisis migratoria en la frontera de Ceuta, y en la que Washington quiso dejar claro que concede a Rabat un «papel clave» para «fomentar la estabilidad en la región».

Blinken subrayó «la importancia de una fuerte alianza bilateral» entre Estados Unidos y Marruecos, según recoge un comunicado del Departamento de Estado norteamericano que no alude a otros temas de análisis al margen del conflicto en Oriente Próximo.

Los dos responsables de Exteriores solo hablaron, según la versión difundida por Washington, de su «preocupación compartida» por la escalada de violencia en Israel, la Franja de Gaza y Cisjordania.

Bruselas llama a la calma y cierra filas con España

salvador arroyo

Bruselas está pendiente de la situación en Ceuta. «Preocupación» por la crisis migratoria abierta con Marruecos, llamada a la calma, máximo respaldo a España y petición al Gobierno de Rabat para que resuelva esta situación. La comisaria europea de Migración, Ylva Johanson ha sido la encargada de lanzar estos mensajes durante una comparecencia en la Eurocámara en la que también se ha pedido que la devolución de las miles de personas que han cruzado la frontera a nado se produzca de forma «ordenada y eficaz».

Ha sido en el tramo final de una comparecencia ante los eurodiputados, cuando la comisaria sueca se ha referido a las «llegadas irregulares sin precedentes a la ciudad de Ceuta desde Marruecos». Un flujo que viene produciéndose desde el lunes y que, según los últimos datos, se concretaría en alrededor de 6.000 personas, «un gran número de ellos niños».

El también vicepresidente, Margaritis Schinas, ha expresado también el cierre de filas con España insistiendo en que «la frontera española de Ceuta es una frontera europea». «Necesitamos ya el Pacto de política migratoria europea: acuerdos con países terceros; una robusta protección de nuestras fronteras; solidaridad entre los Estados Miembros y una política de migración legal», aseguraba en su cuenta oficial de Twitter.

Los partidos políticos españoles en el Parlamento Europeo también presionaron para que Bruselas se implique en esta crisis. Desde Ciudadanos, el eurodiputado José Ramón Bauzá exigió a Josep Borrell, «un respaldo claro de la UE» a Ceuta y España ante «el nuevo chantaje de Marruecos al país a costa de la inmigración, al mantener una pasividad deliberada para que miles de personas pasen de forma irregular a España».

 «Se veía venir», dicen los sindicatos policiales

Sindicatos policiales y asociaciones de guardias civiles acusan al Gobierno de falta de previsión para reforzar la seguridad en la frontera de Ceuta ante una situación que «se veía venir» como respuesta a la presencia del líder del Frente Polisario Brahim Ghali en un hospital español.

«Con 200 agentes es imposible controlar la situación de crisis migratoria que se ha generado», sostiene el sindicato policial JUPOL en un comunicado en el que considera muy grave el inicio de actos vandálicos. Para el SUP, el refuerzo anunciado es «un simple parche de emergencia que de poco va a servir», opinión que comparte el CSIF.

A juicio Mónica Gracia, secretaria general del SUP, es gravísimo el error de Interior de no dotar de medios humanos y materiales suficientes a Ceuta, que cuenta con una población de 85.000 habitantes y un tráfico diario fronterizo superior a 30.000 personas. «Solo hay 500 policías nacionales de plantilla».

Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), su portavoz, Pedro Carmona, ha solicitado de forma urgente un aumento del catálogo de puestos de trabajo en las regiones fronterizas, así como un incremento de los recursos materiales y la instalación de medios de contención adecuados.