El revés del PSOE y Podemos siembra recelos sobre la coalición de Gobierno

P. DE LAS HERAS MADRID, COLPISA

ESPAÑA

Juan Manuel Serrano Arce | Europa Press

La dudas agitan una legislatura larga para la recuperación económica y electoral

10 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El objetivo de Pedro Sánchez está claro. Lo ha repetido estos días a su núcleo duro y a la dirección del PSOE, con la que el jueves celebró un encuentro telemático para analizar los resultados de las elecciones en la Comunidad de Madrid: quiere agotar la legislatura y confía en que la campaña de vacunación masiva y la inyección económica que supondrán los primeros 72.000 millones de euros del plan de recuperación de la UE ayuden a dejar atrás la pandemia y a convertir el batacazo electoral de esta semana en un mal sueño. En su partido, sin embargo, hay quien admite el temor a que el camino traiga otros inconvenientes.

La primera gran incógnita a la que se enfrentan los socialistas es la de cómo afectará a la estabilidad del Gobierno la lectura que haga Unidas Podemos de lo ocurrido en Madrid (y previamente en Galicia y el País Vasco). Tanto en la dirección del grupo parlamentario como en la Moncloa admiten que aún no han tenido una conversación con su socio de coalición al respecto, ni está prevista en la agenda ninguna reunión de coordinación de las acordadas al inicio de la legislatura, aunque tarde o temprano tendrá que haberla.

La sacudida del 4M fue tan intensa como para que Pablo Iglesias dimitiera de todos sus cargos y ahora, de cara al congreso que celebrará el 13 de junio, es momento para que su formación evalúe hasta qué punto fue un acierto o un error entrar en el Ejecutivo, una apuesta que tuvo mucho de personal. Algunos creen que la marcha de Iglesias hará más fácil las cosas. Otros, incluso en el entorno del presidente, no lo tienen tan claro y admiten que se abre un período de incertidumbre.

En público, el único socialista que se ha atrevido a expresar su visión sobre esta cuestión es el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, siempre dispuesto a pronunciarse al margen de cuáles sean las directrices de Ferraz. «Lo que está pasando traerá consecuencias imprevistas en el análisis político y social. Están pasando cosas más importantes de lo que pueda parecer», dijo el miércoles, rompiendo con el argumento oficial de que no cabe lectura nacional de las elecciones madrileñas.

Page no da ni mucho menos por hecho que Podemos vaya a romper el Gobierno, pero a su juicio es muy probable que «con buenas formas» entre en la política de «tierra quemada». En la agenda del Ejecutivo hay muchos asuntos en los que los socios pueden ponerse de acuerdo —el real decreto de protección de los riders, la reforma de la ley mordaza o la de la ley de la memoria histórica—, pero también asuntos espinosos como la ley de la vivienda, la reforma de las pensiones y la del mercado laboral.

Presión desde la izquierda

La actitud que pueda adoptar en el futuro Esquerra, otro aliado clave en el Parlamento, también entra en el terreno de lo incierto. La pandemia, con todos sus sinsabores, ha permitido a Sánchez hasta ahora ir postergando sus promesas de investidura, pero tras el paréntesis electoral, la presión volverá. Sobre todo, si Pere Aragonès logra formar Gobierno. Al margen de la agenda puramente independentista, Gabriel Rufián, el portavoz republicano, dejó claro que dará también la batalla ideológica. «La izquierda a la izquierda del PSOE ha ganado al PSOE, y eso debería hacer reflexionar a los rapsodas de la Moncloa», dijo. Esa otra izquierda, Más Madrid (Más País en el Congreso), anunció que aumentará su grado de exigencia con los socialistas. «Ya no vale decir que la oposición es peor», avisó Íñigo Errejón.

Al bloque que previno a Sánchez contra un giro centrista se sumó Bildu. El rompecabezas que debe armar el Gobierno es hoy todavía un poco más complicado que hace una semana.

Casado avisa: «El tiempo de Sánchez se ha acabado con la unión del centroderecha»

El presidente del PP, Pablo Casado, cree que la victoria de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid pone de manifiesto que «hay un cambio de ciclo imparable» y advierte de que el tiempo de Pedro Sánchez «se ha acabado con la reunificación del centroderecha», según informa Efe.

En una entrevista en El Mundo, Casado considera que la victoria de Ayuso ha provocado una «implosión de la ilusión y la esperanza de la gente, al ver que hay una alternativa que sabe gestionar» y se muestra seguro de que si la reunificación se consolida, «la victoria será imparable». Apuesta por ir a por el centro, «que es lo que justifica que ahora sí sumemos».

Dos contra tres

«Ahora somos dos contra tres, porque la izquierda se ha fragmentado más. Claro que se puede ganar», subraya Casado, que tiene claro que a su formación «no le va a echar un pulso a un partido como Vox, que no gobierna nada».Desde Génova señalan que buscarán seguir convenciendo a los votantes de centroderecha, entre ellos los de Vox, con la idea de que agrupar el voto en torno al PP es la única manera de poder desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa.

Preguntado por la decisión de Pablo Iglesias de dejar la política, Casado afirma que «ha sido una mala experiencia en la historia política de España» y añade que «Sánchez es como Iglesias, pero sin coleta». «A él le aviso de que su tiempo también ha pasado».