Gabilondo plantea ahora el 4M como una batalla entre «fascismo o democracia»

M. A. Alfonso MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El candidato socialista, Ángel Gabilondo, este sábado entre la portavoz del PSOE en el Congreso y el presentador de televisión Jorge Javier Vázquez
El candidato socialista, Ángel Gabilondo, este sábado entre la portavoz del PSOE en el Congreso y el presentador de televisión Jorge Javier Vázquez Marta Fernández Jara | EUROPA PRESS

La campaña entra en una fase marcada por una mayor crispación entre bloques

25 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La campaña electoral madrileña entró este sábado en una nueva fase marcada por la crispación entre los dos bloques principales. De un lado, PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos, han convertido la cita en un combate contra «la ultraderecha», que ven representada en Vox y su potencial socio de gobierno, el Partido Popular, sobre todo después de que la candidata de la formación que lidera Santiago Abascal, Rocío Monasterio, dudara sobre las amenazas de muerte recibidas por Pablo Iglesias y su familia. Un hecho que, creen, puede dar la vuelta a los sondeos que vaticinan una amplia victoria de Isabel Díaz Ayuso.

El cabeza de lista de los socialistas, Ángel Gabilondo, dio un giro a su eslogan de campaña, que ahora ha pasado a ser «no es solo Madrid, es la democracia». Este sábado, en un mitin en Vallecas, se mostró más combativo que de costumbre con sus rivales de la derecha. «Señora Ayuso, no es momento de ser frívolos, paren a su socio», exigió mientras planteaba los comicios como una lucha entre «fascismo o democracia», en contraposición al lema anunciado por la presidenta madrileña de «comunismo o libertad».

Gabilondo aseguró que la campaña electoral ha tomado un «nuevo rumbo» que va contra «el fascismo». En el escenario le arropaban el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la directora de la Guardia Civil, María Gámez, que, al igual que Iglesias, también recibieron el jueves las misivas amenazantes que contenían balas de fusil.

«Hay que cerrar el paso al Gobierno de Colón. La señora Ayuso y la ultraderecha se sienten impunes y el pueblo de Madrid tiene que estar contra la ultraderecha y el Gobierno de Colón por nuestra libertad», insistió Gabilondo ante unos 200 militantes en un acto al que asistieron también la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra; la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto; y la número dos en la candidatura a la Presidencia regional madrileña, Hana Jalloul, informa Efe. 

Equidistancia

El candidato socialista recalcó que quienes no condenen explícitamente la violencia, en referencia a PP y Vox, deben «ser vencidos en las urnas» y que estas elecciones «no solo van de Madrid, van de democracia» porque ante amenazas de muerte «no vale la equidistancia». «Contra la mentira, nuestra palabra. Contra la xenofobia, nuestro abrazo. Contra la ultraderecha, el pueblo de Madrid. Contra el Gobierno de Colón, nuestra libertad», defendió el exrector y exministro de Educación.

Gabilondo también recriminó al PP y Vox los ataques a las personas de las colas del hambre, a los menas, a las mujeres y a los homosexuales, lo que es un «alegato no democrático», al igual que «dar cobertura a amenazas de muerte», dijo. Por eso, hizo un llamamiento a que la gente acuda a votar para vencer «al odio, al miedo y a las amenazas» y evitar que llegue a gobernar «la ultraderecha». «Hoy han sido ellos, mañana puedes ser tú, yo o cualquiera de nosotros. He vivido ya mucho y no puedo consentir que se blanquee el fascismo», dijo antes de concluir que el PSOE está «muy fuerte» para hacer que gane «la democracia».

Grande-Marlaska también censuró la «equidistancia y las medias tintas» de Vox en la condena a las cartas amenazantes. «Cuando hay señalamiento de personas, no valen las medias tintas, no vale la equidistancia, hay que hacer la condena en concreto, porque si no, esa equidistancia nos recuerda a otros fascismos, a otros tiempos y a otro momento que este Estado de derecho recuperó y derrotó», proclamó el ministro del Interior, informa Europa Press.

El efecto Sánchez no impulsa la candidatura socialista 

p. de h.

En el PSOE tenían la certeza de que la implicación directa de Pedro Sánchez en la campaña de Ángel Gabilondo, monitoreada desde la Moncloa por el jefe de gabinete del presidente, Iván Redondo, no había servido para ganar un solo voto. El temor, que lejos de ejercer como reclamo para la izquierda, la figura del jefe del Ejecutivo se hubiera convertido en un activo movilizador para la derecha. La situación se veía muy negra. Tanto que en el entorno del presidente se cifraba en un escaso 1 % las probabilidades de gobernar. Hasta que el viernes el tablero recibió una sacudida.

El episodio protagonizado durante el debate electoral de la Ser por la candidata de Vox, Rocío Monasterio, al hilo de las amenazas de muerte recibidas por Pablo Iglesias tendría, en principio, suficiente calado para convertirse en el revulsivo que ansiaba el bloque de la izquierda para sacar a parte de su electorado de la abstención o la indecisión. La duda es si será suficiente para producir un vuelco. «Si las elecciones fueran hoy, podría ser; pero quedando más de una semana resulta aventurado decir que lo cambia todo», admiten fuentes de la dirección socialista.

En el Gobierno se muestran igualmente cautos. «Tanto como convertir los sondeos en papel mojado no va a ser, pero le meterá un buen ‘meneo' a la campaña», apunta un alto cargo cercano al presidente del Gobierno.

El problema, según un veterano asesor electoral, es que no cabe prever inhibición de la derecha. «Para invertir la situación sería necesario que una hipermovilización en Fuenlabrada (territorio PSOE) fuera acompañada de una desmovilización en el barrio de Salamanca (territorio PP) y eso no va a pasar», resume.

En el PP también cuestionan que, con las tendencias de la mayoría de los sondeos, un incidente propio de la «teatralidad de la política» pueda alterar de modo significativo los pronósticos.

Sobre todo porque, argumentan, es difícil que se otorgue a Iglesias el carácter de víctima. Lo que cabe, coinciden algunas fuentes, es que Vox gane visibilidad e incluso mejore su posición frente a Díaz Ayuso, que hasta ahora ha taponado su crecimiento.

Las cosas pintan, en todo caso, mal para las fuerzas de izquierda y, en especial, para el PSOE: ni el debate del miércoles en Telemadrid, ni el botín de votos de Cs, ni el efecto Moncloa que al parecer impulsó a Salvador Illa en Cataluña juegan a favor de Gabilondo.