Policía y Guardia Civil estrechan el cerco sobre el autor de las cartas con balas

Mateo Balín MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Imagen recuperada el escáner de Correos
Imagen recuperada el escáner de Correos CORREOS

Correos escaneó las misivas de forma simultánea, pero no detectó la munición «por un error» del vigilante de seguridad

21 jul 2021 . Actualizado a las 12:34 h.

La Policía y la Guardia Civil avanzan en la investigación sobre las tres cartas con balas y amenazas de muerte dirigidas al ministro Fernando Grande-Marlaska, al líder de Podemos, Pablo Iglesias, y a María Gámez, directora general de la Guardia Civil. Las gestiones que se están realizando con Correos han podido determinar que una misma persona introdujo de forma simultánea en un buzón de Madrid los tres sobres, según han confirmado fuentes de la investigación.

Los agentes están tratando de localizar el compartimento para poder supervisar las cámaras de seguridad de la zona e identificar así al autor de los hechos. En el caso de Gámez, la carta llegó el miércoles a la Dirección General de la Guardia Civil, un día antes que los sobres dirigidos a Grande-Marlaska e Iglesias a la sede del Ministerio del Interior.

Las cartas llevaban matasellos del lunes 19 de abril, fueron recogidas del buzón por personal de Correos y siguieron el protocolo habitual de seguridad para este tipo de envíos ordinarios. Fueron llevadas en una saca al Centro de Tratamiento Automatizado de Vallecas (Madrid) y, al tratarse de cartas de más de 100 gramos, se depositaron en las cintas transportadoras para ser sometidas a escáner de rayos x y ser fotografiadas. Un mecanismo habitual para tratar de detectar envíos con explosivos.

Los investigadores han supervisado las imágenes del escaneo de este tipo de paquetes del pasado lunes y han localizado los tres envíos consecutivos de las cartas amenazantes poco antes de las 18.00 horas. Una contenía cuatro cartuchos (la de Iglesias); la segunda, dos balas (el sobre que recibió Grande-Marlaska); y la tercera, un solo proyectil (la entregada a Gámez).

Las citadas fuentes señalan que debido a «un error» del personal de seguridad que supervisaba el sistema de vigilancia no fue detectada e identificada la munición.

Retirada del vigilante

Dicho operador de área pertenece a la empresa INV Vigilancia, subcontratada por Correos. Según fuentes de la empresa pública, se ha abierto una investigación para depurar responsabilidades, ya que se trata de un incumplimiento «muy grave» del pliego de condiciones técnicas suscrito en el contrato. Con independencia del resultado final de las pesquisas, Correos ha solicitado la «retirada inmediata» del servicio del citado vigilante porque considera que «se ha dañado la imagen, el prestigio y el buen nombre» de la compañía.

El departamento de seguridad de Correos, además, ha reconocido a los investigadores que los sobres pasaron a la vez por el escáner, una circunstancia que evidencia que los tres envíos fueron depositados al mismo tiempo en el buzón. Este hecho, sumado a la similitud del contenido de las misivas, permite confirmar que se trata de una sola persona, señalan fuentes de la investigación.

Este «error» del vigilante del escáner permitiría zanjar las dudas que el sábado levantaron los principales sindicatos de Correos en una carta remitida a su presidente, Juan Manuel Serrano. Los responsables de UGT y CC.OO. expresaron su «extrañeza» por el hecho de que los sobres con las balas no fueran detectados y le pidieron información sobre cualquier modificación del operativo de seguridad. En concreto, reclamaron saber si se va a realizar una auditoría de los procesos de control que se aplican para detectar «posibles necesidades que precisen nuevas inversiones para la adecuación y mejora de los sistemas actuales».

Detección automática

El portavoz de Alternativa Sindical, Alberto García, señaló ayer que las máquinas de rayos x «tienen un sistema de detección automática, como en el aeropuerto». Y dice que si la máquina «no detecta nada raro, no pasa a la inspección del vigilante». Por ello, el sindicato exige a Correos y al jefe de seguridad «que responsabilizó al vigilante» que investigue si el error no fue de este, sino de los sistemas de escáneres automatizados.