Iglesias tiene un reto difícil: recuperar Vallecas

Guillermo Redondo MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Guillermo Redondo

El líder de Unidas Podemos, antiguo vecino de la zona, vuelve ahora como candidato al barrio donde tiene su sede la Asamblea de Madrid

18 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El viaje al centro del mapa político, rumbo al sur de la capital, supone la vuelta del hijo pródigo al barrio donde se sitúa la Asamblea de Madrid, con una tarea cada vez más difícil para Pablo Iglesias: recuperar el antiguo bastión de Podemos, Vallecas. El barrio de la zona sur de la ciudad es un hervidero político de izquierdas, una marmita de la que algunos beben y luego la cambian por champán y cócteles de más opulentos lugares. Pero el barrio no olvida. Y tampoco cambia. En Vallecas parece que la vida sigue igual y que la candidatura de Iglesias a la presidencia de la Comunidad de Madrid no levanta pasiones.

«Sería bueno que separase el ego. A mí me molaría más que fuese Garzón», explica J. P. S. —quien miente al dar sus iniciales—, de 75 años, a la puerta de un centro auditivo donde tiene cita. El vicepresidente que abandona sus funciones para volver al barro electoral ya no pasa por aquí. «Es una jugada política en función de salvar su figura. Viene del barrio y se ha olvidado de él», relata el septuagenario antes de añadir que ni lo ha votado, ni lo votará jamás, pues su condición de anarquista se lo impide. Así es la calle, así es el barrio y así las dificultades a las que se va a enfrentar la izquierda para movilizar a sus votantes en la zona.

La pandemia y los devaneos

«¿Las elecciones? Ya ni voy a votar», cuenta Miguel Iglesias, un camarero que «votaba por el socialismo», pero que asegura estar hastiado. «Iglesias se cree que va a salir después de todas las tonterías que está haciendo. Aquí no va a sacar nada», relata, más preocupado por las muertes que ha dejado la pandemia que por los devaneos de los políticos.

Esta falta de movilización entre sus votantes puede ser un problema, pero se encuentra con otro escollo: el voto útil. La izquierda está dividida. «No sé si le votaré por el voto útil. Hasta ayer dudaba entre Gabilondo y Más Madrid», relata J. Félix Jiménez, en un descanso de su labor en el Instituto de Vallecas I.

También lo piensa V. M., comercial de 27 años. «Es un poco bocazas», dice en relación al todavía vicepresidente segundo del Gobierno, pero «probablemente» le acabará votando. Ambos tienen críticas a la confrontación vivida en el seno del Gobierno de coalición de PSOE y Podemos. Les une, eso sí, un objetivo común: echar a Ayuso. La presidencia de Madrid está en liza y la actual presidenta puede dar batalla aquí porque ella también tiene un recurso que explotar: la hostelería. «Hay un nivel de libertad controlada que es bueno», explican Juan José y Arturo, dos peruanos de 33 años. «Ayuso por lo menos no está bloqueando la economía. Entre Iglesias y Ayuso... Ayuso», afirman los dos trabajadores de la restauración.

En definitiva, dos días después de anunciarse la candidatura del líder de Unidas Podemos, del hijo pródigo de estas calles y esquinas, de quien sitúo al barrio en un mapa en el que ya estaba situado, la principal arteria que la conecta con las calles de Atocha, la avenida de la Albufera, luce radiante bajo el sol, pero en el Puente de Vallecas la noticia se acoge con frialdad.