El seísmo de Murcia modifica el equilibrio político y la estrategia de todos los partidos

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

cedida

El fracaso de Cs complica los planes de Sánchez y Ayuso condiciona a Casado

14 mar 2021 . Actualizado a las 09:56 h.

La Región de Murcia se ha convertido en el epicentro de un movimiento sísmico que sacude el tablero político nacional, modifica el equilibrio entre las fuerzas políticas y obliga a todos a variar su estrategia política de forma irreversible, con independencia de que triunfe o no la moción de censura contra el PP y de que en Madrid se acaben celebrando o no nuevas elecciones.

PSOE

Primer grave error estratégico de Sánchez. El de Murcia ha sido el primer grave error estratégico del PSOE desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno. El objetivo del pacto con Ciudadanos era debilitar al PP arrebatándole un bastión autonómico, pero también atar al partido naranja como socio en caso de que una crisis con Unidas Podemos y ERC le obligara a forjar una mayoría alternativa con Ciudadanos y el PNV, que ya se puso a prueba en la última prórroga del estado de alarma. Pero el fracaso de la operación consigue todo lo contario. La crisis de liderazgo de Arrimadas tras el fiasco de Murcia y la pérdida de la vicepresidencia de Madrid, con elecciones o sin ellas, refuerza al sector de Cs critico con el PSOE, que presionará para impedir cualquier pacto con Sánchez. Y Arrimadas, que era proclive a esos pactos, tendrá que ceder. Cs sale herido, quizá de muerte. Y Unidas Podemos y ERC pueden presumir ante Sánchez de ser aliados más fiables.

Partido Popular

Casado, obligado a rehacer sus planes. La maniobra de Isabel Díaz Ayuso al convocar elecciones en Madrid arrastra al líder del PP, Pablo Casado. Tras la ruptura total con Cs, al margen de que se mantengan, por interés mutuo, los gobiernos de coalición en Andalucía y Castilla y León y León, Casado apuesta su liderazgo a un triunfo rotundo de Díaz Ayuso que le permita gobernar en solitario con apoyo solo de Vox, bien exterior o en coalición. Un escenario que trastocaría su estrategia de llegar a las generales completamente alejado de Santiago Abascal con la intención de aglutinar todo el voto de centroderecha. La jugada de Ayuso, tenga éxito o no, y el apoyo de Casado, tensiona aún más la relación del líder del PP, que ya era complicada, con el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, y el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco -que tienen pactos de Gobierno estables con Cs-, y también con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, contrario a cualquier acuerdo que dé protagonismo a Vox y lo normalice como un actor más de la política y aliado necesario para el PP en el futuro.

Ciudadanos

Un fracaso que conduce a la desintegración. El intento de Inés Arrimadas de recuperar el protagonismo político de Ciudadanos tras el batacazo en las generales del 2019, agravado en las catalanas del 2021, arriesgándolo todo a hacerse por primera vez con la presidencia de una Comunidad (Murcia), se salda con un fracaso estratégico que deja al partido dividido y al borde la implosión. Y, si cae Arrimadas, ese proceso se acelerará. Perdida por el órdago murciano la joya de la corona de Cs, que era la vicepresidencia de Madrid, su horizonte previsible es ahora el de una fuga masiva de voto en las próximas citas electorales, sean cuando sean, y, como consecuencia, una desintegración del partido, con sus cuadros más cualificados reubicándose en otras fuerzas políticas. La posibilidad de que, en caso de que finalmente haya elecciones en Madrid, Cs quedara fuera del Parlamento autonómico si no alcanza el 5 % requerido, supondría el golpe irrecuperable. De cara a las generales, ese colapso favorecería a la derecha, cuyo voto ya no estaría divido en tres partidos, sino en dos, y abarataría el coste de los escaños para el PP y Vox.

Unidas Podemos

Escenario negativo para los de Iglesias. El terremoto político de esta semana ha cogido a Unidas Podemos en una situación incómoda y de falta de protagonismo por su escasa influencia en la solución al conflicto originado en Murcia, donde la batalla se ha librado entre el PSOE, Cs y el PP, y donde el partido morado aparecía como un actor secundario, con el único papel de apoyar la moción que iba a derribar al popular López Miras. Algo que obligó además a Iglesias, inútilmente al final, a romper su veto a cualquier acuerdo que favoreciera a Ciudadanos. Pero lo más grave para Unidas Podemos sería el adelanto electoral en Madrid, una Comunidad en la que es muy débil por la fortaleza de Más País, formación de su antiguo socio Íñigo Errejón. La polarización de esos comicios hace que el partido morado corra también el riesgo de no llegar al 5 %. En las pasadas autonómicas superó ese umbral por muy poco, con un 5,5 %, lo que le permitió salvar siete diputados que ahora podría perder. Con Podemos fuera, la derecha tendría cerca la mayoría absoluta en Madrid.

VOX

Un escenario que favorece a Abascal. Vox ha visto en el fracaso de Ciudadanos la oportunidad de forzar al PP a volver a mirarle como socio futuro. Con Ciudadanos desaparecido o reducido al mínimo, Vox puede condicionar mucho más al PP. Un escenario de elecciones en Madrid le favorece sí o sí. Aunque el PP le superara por mucho, le necesitaría siempre para gobernar, si dan los números. Y si Ayuso pierde la Comunidad, Casado se debilita y Abascal se refuerza.

Los tres tránsfugas toman posesión como consejeros en el nuevo Gobierno de Miras

 

 

«El espectáculo debe acabar ya». El presidente de Murcia, Fernando López Miras intenta pasar página sobre lo ocurrido en la comunidad, donde todo apunta a que la moción de censura presentada por Cs y PSOE va a fracasar tras la salida de Ciudadanos de tres diputados tránsfugas que apoyaron al PP.

Isabel Franco, vicepresidencia, Francisco Álvarez (Empleo, Investigación y Universidades) y Valle Miguélez (Empresa e Industria), que será la nueva portavoz del Gobierno, tomaron ayer posesión de sus cargos en un acto en el que el Miras les agradeció su decisión por «anteponer el interés de todos» y formar parte de un Gobierno «fuerte, estable, unido y centrado con la prioridad irrenunciable de la lucha contra el coronavirus, en la que cualquier paso atrás tendría aterradoras consecuencias».

Mirás recalcó que los tres exdiputados de Cs tomaron posesión en un día «importante» porque algunos «no han conseguido poner en jaque la estabilidad de la región, como han intentado, en el peor momento posible, en plena pandemia, con una crisis económica y sociosanitaria evidente y cuando más fuerte necesita la sociedad a sus instituciones».

«Los murcianos no podían ser rehenes del juego político de unos pocos, y no lo van a ser» y «gracias a la responsabilidad de todos y cada uno de los consejeros del nuevo Gobierno y de su vicepresidenta, Isabel Franco, la región va a salir adelante», recalcó.

Franco, cabeza de cartel de Cs en el 2019, apartada de la dirección autonómica del partido tras la llegada de Inés Arrimadas y confirmada en su cargo tras negarse a apoyar la moción de censura que firmó, agradeció la generosidad de la entrega de sus compañeros de escaño que han decidido también votar no a la iniciativa que se debatirá la próxima semana en la Asamblea.

Desde el PSOE, gruesas palabras para los tres exdiputados de Cs. «Hemos visto como en Murcia, en la plaza pública, como si se tratara de una venta de esclavos, se gestó una compra de tres tránsfugas», criticó el secretario de organización del partido, José Luis Ábalos. El socialista destacó que es tal «la miseria» en la negociación del Partido Popular que les «cuesta mirarse a la cara».