Casado reivindica ahora los legados de Aznar y Rajoy después de ponerlos en duda

M. E. Alonso COLPISA | MADRID

ESPAÑA

Aznar y Casado, ayer en Madrid, en un coloquio organizado por el Instituto Atlántico
Aznar y Casado, ayer en Madrid, en un coloquio organizado por el Instituto Atlántico FERNANDO VILLAR | Efe

El líder popular rechaza los «cantos de sirena» que buscan reubicar al PP junto a Vox

02 mar 2021 . Actualizado a las 22:35 h.

El morbo estaba servido. Pablo Casado y José María Aznar compartiendo escenario después de que el primero renegase hace tan solo unas semanas del pasado del PP que se dirime en los tribunales y de que el segundo se desvinculase este fin de semana de cualquier sombra de corrupción en los catorce años que estuvo al frente del partido. En una entrevista en la Sexta, el expresidente del Gobierno negó saber nada de la financiación irregular del PP ni de los personajes que se movieron durante años libremente por Génova y que han terminado en la cárcel por su implicación en la trama Gürtel.

También dirigió algún dardo envenenado contra el actual líder de los populares al asegurar que el PP no está en su mejor hora a pesar de que él dejó «un partido y un espacio electoral totalmente unido». Pero Casado evitó este martes hacer más sangre y buscó reconciliarse con la vieja guardia del partido. Aprovechó el 25 aniversario del primer triunfo electoral del PP en unas generales para reivindicar el legado de Aznar, «patrimonio de todos los españoles», y de Mariano Rajoy, de cuya llegada a la Moncloa se cumplirán en diciembre diez años. Y, de paso, advertir que «pinchan en hueso aquellos que pretendan dividir a la nueva generación del partido con nuestros predecesores».

El líder conservador dijo sentirse «orgulloso» de la herencia recibida y aseguró que es compatible «con intentar erradicar cualquier conducta irregular que haya habido en el partido», como, a su juicio, hizo Aznar cuando nada más aterrizar en Génova tuvo que hacer frente al llamado caso Naseiro. En abril de 1990, el tesorero del partido Rosendo Naseiro —hombre de confianza de Manuel Fraga—, y el entonces concejal en Valencia Salvador Palop, fueron detenidos y encarcelados junto a varios ejecutivos de empresas constructoras, al ser acusados de cobrar comisiones por adjudicar proyectos inmobiliarios municipales.

Hace unas semanas Casado intentó distanciarse de sus antecesores anunciando que echaba el cierre a la sede nacional y avisando de que no le temblaría el pulso a la hora de expulsar del PP a cualquier militante, «sea quien sea», si se demuestra que ha tenido alguna implicación en la caja B. Incluso enmendó la gestión que hizo Rajoy del 1-O, aunque después matizase sus palabras ante el malestar generado en las filas populares.

Rechazo a los «cantos de sirena» que buscan reubicar al PP junto a Vox

El líder popular considera que su tarea no es mover al PP al centroderecha sino recuperar para el partido a una mayoría hoy polarizada, resistiendo a los «cantos de sirena» que le piden acercarse a Vox o, incluso, al PSOE. Lejos de marcar distancias con el pasado, Pablo Casado apeló a las cuatro legislaturas populares, que han cumplido, en su opinión, con lo que todo político desea. Esto es, «dejar las cosas mejor de cómo estaban cuando llegaron».

Durante un coloquio organizado por el Instituto Atlántico, el líder popular hizo referencia al afán de «reunificación» del espacio de centroderecha que él quiere acometer, aunque reconoció que el PP lo tiene ahora «más difícil» que en los 90 cuando Aznar fraguó su victoria. Entonces las posiciones de centro liberal «estaban de moda» y hoy están en auge los populismos.

«Ahora tenemos que llevar la mayoría social a la centralidad y moderación del partido. Se trata —arguyó— de tocar la corneta ante esa mayoría silenciosa y polarizada para que vuelva al PP». También recordó que sus predecesores tuvieron siete años de derrotas electorales antes de llegar a la Moncloa y reclamó para sí el mismo tiempo.