Urkullu presiona a Sánchez y le pide más autogobierno y gestionar con Bruselas los fondos europeos

OLATZ BARRIUSO BILBAO / COLPISA

ESPAÑA

El presidente Pedro Sánchez y el lendakari Urkullu, durante su último encuentro en la Moncloa
El presidente Pedro Sánchez y el lendakari Urkullu, durante su último encuentro en la Moncloa J. Hellín

La transferencia de prisiones, transporte por carretera y gestión de litoral, para marzo

26 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con cuatro bloques temáticos: la lucha contra el coronavirus, el autogobierno, los fondos europeos y la agilización de los compromisos institucionales, acudió ayer el lendakari Iñigo Urkullu a la Moncloa. Tras dos horas de reunión con Pedro Sánchez, ambos se comprometieron a resolver «con carácter de urgencia» algunas de las transferencias al País Vasco pendientes, entre ellas la de la gestión de los centros penitenciarios, que se concretará en marzo, según el Gobierno Vasco.

Ambos presidentes coincidieron en la necesidad de impulsar el cumplimiento íntegro del Estatuto de Guernica, atendiendo al cronograma aprobado por el Gobierno, que incluye para marzo otras cuatro transferencias, además de la de los centros penitenciarios: el transporte por carretera, la asignación del ISSN-ISBN (identificación de libros y volúmenes), la ordenación y gestión del litoral y el ingreso mínimo vital.

Además, los dos dirigentes compartieron la necesidad de superar la etapa de confrontación política en el ámbito del Estado y propiciar un escenario de diálogo y acuerdo.

Sánchez y Urkullu se han visto en plena tercera ola de la pandemia y con la cogobernanza agrietada por las discrepancias entre el Gobierno central y las comunidades autónomas por el adelanto del toque de queda. Es el gran caballo de batalla que sigue ahí, sin resolverse, a pesar de las buenas intenciones, las palabras amables y los llamamientos a la colaboración con que ambas Administración resumen la cita dela primera cumbre bilateral en dos años y medio. 

Evitar la confrontación

Tras la negativa con que el Ministerio de Sanidad despachó la semana pasada el clamor de casi todas las comunidades, que piden más manga ancha para endurecer las restricciones por el covid, Urkullu no dejó pasar la ocasión de pedir de nuevo a Sánchez que se amplíe la capacidad del País Vasco y el resto de autonomías para poder tomar decisiones y, en concreto, se les permita poner fin a la movilidad nocturna a las ocho de la tarde «en la línea de lo establecido en otros países europeos». El objetivo, según Urkullu, no es solo luchar «de forma más eficaz» contra el virus, sino también evitar la inseguridad jurídica y la «judicialización» de las medidas contra la pandemia para así ofrecer «estabilidad jurídica y claridad a la ciudadanía».

Todo un tirón de orejas a la estrategia de la Moncloa. En público, en cambio, ni un solo reproche. Al contrario. Al término de las dos horas del encuentro,, el Gobierno vasco ha hecho pública una nota en la que ensalza el clima constructivo de la reunión y la «clara voluntad política» de superar las diferencias de criterio y las cuestiones pendientes. Es más, el Ejecutivo de Urkullu recuerda que gobierna con el PSE con mayoría absoluta y que el PNV es «socio preferente y apoyo fundamental» del Gobierno PSOE-Podemos. Un marco de entendimiento mutuo que, subraya, se ha visto reforzado por la cita de ayer, en la que ambas partes han revalidado su apuesta por la cogobernanza. «El presidente del Gobierno y el lendakari han compartido la necesidad de superar la etapa de confrontación política que se está dando en el ámbito del Estado y propiciar un escenario de diálogo y acuerdo que permita dar respuesta a los problemas globales que nos afectan por igual», han insistido.

Tras verse forzada la semana pasada la ministra María Jesús Montero a retirar el borrador sobre el reparto de los fondos europeos por las quejas de los presidentes autonómicos, Urkullu ha vuelto a pedir también que el País Vasco pueda gestionar directamente el reparto con Bruselas, como ya sucede con las ayudas regionales ordinarias de la UE. Un modelo de «gestión multinivel», subrayan, «que se ha mostrado eficaz en los últimos años».