Las últimas palabras de Illa como ministro de Sanidad: «Soy un servidor público, siempre estaré donde pueda ser más útil»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

El socialista presenta su dimisión para centrarse por completo en las elecciones catalanas del próximo 14 de febrero

26 ene 2021 . Actualizado a las 14:17 h.

Salvador Illa acudió este martes a su último Consejo de Ministros, una reunión tras la que oficializará su dimisión para dedicarse a tiempo completo a las elecciones catalanas fijadas para el próximo 14 de febrero. La campaña arranca este viernes, aunque la posibilidad de un aplazamiento electoral todavía continúa en al aire. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña se ha dado de plazo hasta el 8 de enero para resolver sobre el asunto. En principio, y salvo que el estado de alarma en vigor se regulase para incrementar las restricciones, asunto requerido por varias comunidades autónomas, pero desestimado por el Gobierno central, todo apunta a que finalmente sí se celebrarán las elecciones pese a coincidir con el pico de la tercera oleada de la pandemia.

Precisamente este asunto viene siendo esgrimido por todas las fuerzas políticas, tanto de la oposición como de los habituales aliados parlamentarios, y hasta por los propios socios de Gobierno, para denunciar un conflicto de intereses entre el candidato Illa y el hasta ahora ministro Illa. Las críticas también han coincidido en lamentar el momento elegido para su salida, a solo dos días de una comparecencia fijada en el Congreso para que diera cuenta de la evolución de la crisis y del proceso de vacunación. También abundaron los ataques desde todos los frentes políticos tratando de poner de relieve un supuesto empleo de Sánchez del ministerio de Sanidad como trampolín mediático para su candidato en Cataluña. El llamado «efecto Illa».

Todas las quinielas apuntan a que la hasta ahora ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, asumirá Sanidad, y la cartera de la canaria será para el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, que hace tres semanas anunció su renuncia a presentar su candidatura a la Generalitat. De todos modos, la confirmación oficial no llegará hasta las 17.30, hora en la que Sánchez tiene previsto comparecer en Moncloa para realizar una breve declaración en la que oficializará la nueva estructura de su Gobierno.

Salvador Illa compareció en la rueda de prensa posterior a su último Consejo de Ministros, en donde aseguró que se considera «un servidor público», por lo que «siempre estaré donde pueda ser más útil». El secretario de Organización del PSC aprovechó esta intervención para enviar varios «mensajes a modo de despedida». En primer lugar, dedicó unas palabras a los miembros de la comisión de Sanidad del Congreso, unos «adversarios políticos» de los que aseguró haber «aprendido mucho». También a «los colegas de las comunidades autónomas, 23 consejeros a los que quiero expresar mi reconocimiento después de un año que no ha sido nada fácil». A continuación se centró en «los profesionales sanitarios, desde el médico especialista hasta la persona que hace labores de limpieza en los hospitales. Y concluyó el apartado de agradecimientos con un mensaje general a toda la ciudadanía española, «por su cumplimiento ejemplar de las medidas» adoptadas desde la irrupción de la pandemia, hace ya casi un año. No se olvidó de las víctimas y de sus familiares. 

Illa «confesó» que en su etapa al frente del ministerio vivió «uno de los momentos más complicados» cuando propuso al presidente del Gobierno la restricción para que los familiares no pudiesen acompañar a las víctimas mortales. «Me llevo conmigo a todos los que han perdido a un ser querido», dijo, aunque concluyó con un mensaje de optimismo: «No tengo ninguna duda de que vamos a lograr erradicar definitivamente este virus».

Illa abandona Madrid, «una ciudad fantástica», en donde deja «muchos amigos». La ministra portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, agradeció al candidato socialista a la Generalitat su «honestidad» y su «humanidad», pero sobre todas las cosas, su aportación de «serenidad a la política».