Precisamente, la defensa de Cifuentes presentó en las cuestiones previas del juicio varias pruebas de última hora para tratar de respaldar su inocencia. El tribunal las aceptó, pese a la oposición de algunas de las partes. En concreto, el abogado aportó un certificado académico que acredita que superó las asignaturas del máster que realizó en el 2012 y el trabajo de fin de máster (TFM). También entregó un pendrive que contiene una copia de la agenda como delegada del Gobierno en Madrid, del 2 de julio de 2012, con una cita de la fecha en la que defendió su trabajo. La fecha es controvertida porque Rosado declaró que había fijado ese día por orden de Álvarez Conde, si bien nunca comprobó si aquel día hubo tribunal alguno.
Tras la declaración de Cifuentes, llegó el turno de las testificales de las profesoras Clara Souto y Alicia López de los Mozos, cuyas firmas constan en el acta como integrantes de aquel tribunal. Ambas, en calidad de testigos, negaron haber evaluado a la expresidenta madrileña.