El Gobierno catalán decidirá el viernes si aplaza las elecciones, aunque ya prepara el terreno

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

La exportavoz del Gobierno catalán, Meritxell Budó, fue una de las espiadas
La exportavoz del Gobierno catalán, Meritxell Budó, fue una de las espiadas EUROPA PRESS

Salvador Illa mantendrá el cargo de ministro de Sanidad si los comicios del 14 de febrero se acaban posponiendo

13 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Paradojas de la política catalana: las elecciones para la presidencia del Barça, fijadas para la semana que viene, van camino de celebrarse en la fecha prevista y en cambio las catalanas podrían posponerse para la primavera. Los comicios autonómicos para el Parlamento catalán del 14 de febrero están en el aire y su celebración es a día de hoy toda una incógnita. Lo que sí se sabe es que la decisión definitiva sobre si se aplaza la cita electoral o se mantiene saldrá de una reunión entre el Gobierno y los partidos catalanes convocada para el viernes que viene. Lo confirmó este martes el Ejecutivo catalán, consciente de que cada formación mira de reojo a las encuestas. Si no hay consenso, que difícilmente lo habrá, la Generalitat deberá mojarse, algo que no ha querido hacer hasta ahora por si el movimiento puede acabar afectando a JxCat y ERC.

Si la decisión fuera aplazar la cita electoral, el consejo de gobierno de la Generalitat debería volver a reunirse el mismo viernes y el vicepresidente con funciones de presidente, Pere Aragonès, firmaría el decreto de suspensión y aplazamiento. Por si acaso, ya está todo preparado. En el decreto podría incluir la fecha alternativa, que apunta al 30 de mayo, cuando la curva de contagios por el covid-19 «vaya a la baja», según apuntó la dirigente de JxCat.

El Gobierno catalán, tras su reunión semanal, no quiso soltar prenda sobre si es partidario o no de mantener la fecha inicial del 14 de febrero, aunque la consejera de Presidencia, Meritxell Budó, sí dejó caer algunas pistas. Aseguró que la situación es «grave» (Salud notificó hoy la peor cifra de enfermos de coronavirus desde el inicio de la pandemia), que estamos en puertas de la tercera ola, que nada hace pensar que el 29 de enero, cuando arranca la campaña, estaremos en una situación mejor y que hace falta una reflexión sobre la fecha.

Además, recordó que Galicia y el País Vasco decidieron posponer sus citas con las urnas a pesar de que no se encontraban en situación de confinamiento domiciliario. Hasta la fecha, esa era la única condición que se ponía sobre la mesa. Según Budó, esta premisa ya no sería necesaria. La decisión sobre los comicios responderá a razones estrictamente sanitarias, dijo, aunque a nadie escapa que los intereses electorales de unos y otros también juegan su papel.

Los socialistas, por ejemplo, son los únicos que han defendido abiertamente que la fecha del 14-F debe mantenerse, pues a su juicio no se dan las condiciones para una suspensión. Los comunes, en cambio, ayer dieron a entender que son partidarios del aplazamiento.

Illa se pone de perfil

Si se acabara confirmando el retraso, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, dijo que Salvador Illa no debería cesar aún como ministro. Illa, cuando fue designado candidato a la presidencia de la Generalitat, en sustitución del propio Iceta, ya advirtió de que no dejaría el cargo en el Gobierno central hasta el inicio de la campaña y hoy reiteró esa idea. Los socialistas no quisieron precipitar la crisis de gobierno, pues desde hace semanas la celebración de los comicios está en el aire, y evitaron de esta forma dar un paso en falso antes de tiempo.

El ministro evitó pronunciarse sobre la eventual suspensión, alegó que la decisión corresponde al Gobierno y a los partidos y alegó que él está ahora centrado al «101% en combatir el virus». El PSC es quien más presiona por que no haya aplazamiento y quien mejor sale parado en los sondeos, aupado por el efecto Illa, que podría diluirse si transcurren unos meses.

JxCat y ERC no se acaban de decidir. Junts necesita tiempo para consolidar a Laura Borràs como candidata y confía en que ERC sufra aún más el desgaste al frente del Gobierno. Los republicanos siempre han presionado para celebrar cuanto antes las elecciones, pues encabezaban con solvencia las encuestas. Pero ahora también valoran el aplazamiento. Igual que los comunes y Ciudadanos, castigados en los sondeos.